Udine, 4 de julio de 1983. En la Piazza XX Settembre, la más grande de la ciudad y el nombre de la cual hace honor a la unificación italiana, miles de manifestantes se reúnen bajo un solo grito de claras resonancias secesionistas: "Zico o Austria". Los habitantes de la mayor urbe de la histórica región del Friùli, antiguamente parte del Imperio Austro-Húngaro, llenan las calles de la ciudad con pancartas que reclaman la independencia de la región y ponen en peligro la integridad territorial de Italia. Más allá de los históricos agravios culturales, lingüísticos y políticos respecto el Estado, esta vez el motivo de peso es otro: o la Federación Italiana permite el fichaje de Zico por el Udinese, o los friulanos se anexionan a Austria.

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Manifestantes en la ciudad de Udine amenazando con la anexión a Austria. (Fuente: RAI)

El fichaje más inesperado de la historia del calcio

El verano de 1983 todo el mundo sabe de sobras quién es a Arthur Antunes Coimbra, popularmente conocido como Zico. El mediapunta brasileño figura, junto con Platini y Maradona, entre los tres mejores mediocampistas ofensivos del mundo y es la estrella absoluta de la selección brasileña que un año antes, en el Mundial de España, cae eliminada en Sarrià contra Italia en cuartos de final pero practicando un juego vistoso que enamora a todo el mundo. A pesar de tener treinta años, el "Pelé blanco" hace tiempo que tiene ofertas de grandes clubs de Europa, y después de haber ganado todos los títulos posibles con el Flamengo brasileño, el verano de 1983 decide cruzar el charco y dar por fin el salto a Europa. La Juventus, la Roma, el Milan o incluso el Real Madrid se interesan por él, pero para sorpresa de todo el mundo, es un humilde club de la ciudad de Udine quien consigue cerrar un acuerdo verbal con el astro de Río de Janeiro.

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Zico vistiendo la camiseta del Udinese en uno de sus primeros partidos en la liga italiana. (Fuente: Wikipedia)

El secreto de la inesperada operación radica en Alberto Giuliodori, intermediario friulano con buenas conexiones en el fútbol brasileño y gran amigo de Lamberto Mazza, presidente del Udinese y propietario de la multinacional Zanussi, la segunda empresa más importante de Italia. Sólo hay un inconveniente: para que Zico juegue en el humilde club del norte de Italia hay que pagar 6.000 millones de liras al Flamengo, es decir, unos 4 millones y medio euros actuales. Teniendo en cuenta que hasta el momento el fichaje de Maradona por el Barça (2,5 millones de euros) era el más caro de la historia, la cantidad económica es astronómica. Pero además todavía hay otro problema: Zanussi, después de una fuerte bajada de ventas en los últimos años, está en crisis y amenaza con un ERE a más de 4.500 trabajadores, casi un 20% de la plantilla. A pesar de todo, finalmente el Udinese decide sacar adelante el fichaje asumiendo el 60% del coste del traspaso, que pagará en negro y a través de un oscuro entramado de bancos; el otro 40% irá a cargo de una empresa con sede ficticia en Londres creada expresamente para la ocasión, Grouping Ltd, que gestionará los derechos de imagen de Zico y recuperará la inversión a partir de acuerdos con Coca-Cola o Adidas.

Una cuestión de estado

¿Es lícito que un club sin dinero y propiedad de un empresario que tiene que despedir miles de trabajadores fiche al futbolista más caro del mundo? La duda sólo sería ética si no fuera por las claras irregularidades y sombras que esconde la operación, motivo por el cual la Federación Italiana de Fútbol, al enterarse del astronómico precio del traspaso, decide intervenir y no sólo bloquea el fichaje de Zico, sino también el de otro brasileño, Tonino Cerezo, que ya había llegado a otro acuerdo multimillonario con la Roma. También el sindicalista Luciano Lama, portavoz del CGIL (Confederación General Italiana del Treball), alza la voz y dice que el fichaje es un hecho intolerable teniendo en cuenta la cantidad de trabajadores que están a punto de quedarse en la calle, pero las protestas contra los despidos en Zanussi tienen menos éxito que la multitudinaria manifestación que se produce en Udine cuando la Federación anuncia que Zico no jugará en el equipo de la ciudad.

Zico y Cerezo

Zico y Cerezo -en el centro-, compañeros de selección y rivales durante dos temporadas en el calcio. (Fuente: Udinese.it)

Con pancartas que dicen "nos avergonzamos de ser italianos" o "Italia, corrupta y traidora," el inesperado brote de un nacionalismo friulano apagado y dormido desde hacía décadas cuenta con el apoyo de los políticos de la región, que secundan las movilizaciones de los aficionados. Las presiones del Udinese y la Roma, junto con la fuerte movilización popular, ponen la Federación entre la espada y la pared hasta que finalmente el presidente de la República, Sandro Pertini, se pronuncia y afirma en la televisión que desea ver a Zico y Cerezo jugando a Italia. Al día siguiente el Comité Olímpico Italiano declara nulo el dictamen de la Federación Italiana de Fútbol y, como es lógico, en Udine la noticia se recibe con tanta alegría que se celebra como un título. El 5 de agosto de 1983, ya enterrada la amenaza de la anexión con Austria y en un Stadio Friuli lleno hasta arriba con 50.000 personas, Zico debuta con el Udinese en un amistoso contra el Real Madrid -con Zanussi en la camiseta)- y que el equipo italiano gana por 2-1, con un gol de falta directa de la nueva estrella del calcio.

El fin de un sueño

Aquella temporada, la 1983-1984, con una plantilla con muy poca calidad y liderada al cien por cien por Zico actuando como "un motor Ferrari en un utilitario", tal como lo definió la prensa deportiva italiana, el Udinese acaba 9.º en la clasificación y el brasileño consigue marcar 19 goles, sólo uno menos que el capo cannoniere de la liga, Michel Platini. La temporada siguiente a la de su fichaje, sin embargo, el año que en Italia coinciden Platin, Maradona, Zico y Cerezo, el "Pelé blanco" se pasa gran parte del año lesionado y no puede evitar que el Udinese sufra para alcanzar la permanencia en un campeonato que se lleva contra todo pronóstico el Hellas de Verona, otro club humilde.

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El año 2009, después de ser nombrado Ciudadano de Honor de la ciudad de Udine. (Fuente: Udinese.it)

Finalmente el verano de 1985, tras acusaciones de evasión fiscal y exportaciones ilegales, Zico decide poner fin a la aventura italiana y vuelve al Flamengo, dejando para siempre un recuerdo imborrable en Udine -ciudad de la cual el año 2009 fue nombrado Ciudadano de Honor-, y el Friùli, la región que un verano de 1983 salió a la calle protagonizando la primera y única amenaza de rebelión secesionista de la Historia provocada por un jugador de fútbol.