Marc-André Ter Stegen, como todos los jugadores del Barça, ha cambiado los entrenamientos en la Ciutat Esportiva Joan Gamper por la rutina doméstica. El portero alemán, confinado en su residencia de Castelldefels con el fin de evitar la propagación del coronavirus, ha explicado cómo está viviendo la situación en una videollamada emitida en directo por el club.

El futbolista blaugrana ha admitido que el confinamiento "no es fácil" pero ha destacado que, gracias al hecho de tener que quedarse en casa, puede ver cómo crece su hijo Ben, de sólo tres meses de edad. "En cada situación negativa hay algo positivo. Ahora puedo estar con mi familia, ver crecer a mi hijo. Al principio es complicado porque no duermes, pero lo estamos llevando bien", ha afirmado.

Ter Stegen, por otra parte, ha apuntado que los miembros del equipo están "en contacto con los preparadores físicos del club" y ha revelado que estos los han dividido en diferentes grupos para que las rutinas sean más sencillas. "Hay buena comunicación y nos ayudan mucho", ha explicado.

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