El movimiento de los chalecos amarillos que ha trastocado Francia ha trascendido también, en el mundo del fútbol. Las movilizaciones sociales han obligado a suspender dos partidos de la Ligue 1 programados para el viernes, en el caso del Mónaco-Niza, y para el domingo, el Saint-Etienne-Olympique de Marsella.

Estos dos enfrentamientos no serán los primeros pospuestos. Anteriormente, también se tuvo que suspender el PSG-Montpeller y el Toulouse-Olympique de Lyon.

El martes pasado el primer ministro francés, Eduoard Philippe, anunció que no se subirían los impuestos de combustible, según anunció AFP. Aun así, y después de anunciar que se aplicará un plan de ayudas de unos 500 millones de euros, las protestas no se han detenido. Las movilizaciones denuncian la pérdida de poder adquisitivo, el cierre de líneas férreas de la periferia, falta de hospitales y cierre de escuelas.