Sin Kyrie Irving. Sin Gordon Hayward. Contra muchas adversidades. Contra el mejor jugador del mundo. Los Boston Celtics no han podido acabar con la dinastía de LeBron James y no se han podido coronar como campeones de la Conferencia Este de la NBA, pero la derrota no borra una temporada excelente que dibuja un futuro más que prometedor en el TD Garden.

Un equipo con muchas vidas

El renacimiento de los Celtics se empezó a gestar hace unas temporadas y se culminó el verano pasado: Kyrie Irving y Gordon Hayward llegaban a Massachussetts para completar una plantilla joven necesitada de líderes. La mala suerte, no obstante, ha acompañado a Boston durante todo el curso y el destino, caprichoso, le ha obligado a disputar los playoffs sin ninguna de sus dos estrellas. Para muchos entrenadores la montaña hubiera sido imposible de escalar, pero Brad Stevens no piensa lo mismo. Brad Stevens no ha renunciado nunca a intentar obrar el milagro.

La fórmula del éxito encuentra su primer ingrediente en el hecho de conseguir que los jugadores rindan por encima de las expectativas. Que Jayson Tatum y Jaylen Brown tenían mucho futuro no era ningún secreto; lo que no se esperaba el mundo del baloncesto estadounidense es que su presente fuera igualmente brillante. Al Horford, Marcus Smart y Marcus Morris han aportado, aparte de su incuestionable calidad, un carácter competitivo loable al equipo. Y evidentemente, el paso adelante de Terry Rozier ha acabado de perfilar una franquicia que ha estado a punto de imponerse en una Conferencia que ha contado con uno de los mejores Toronto Raptors de la historia y con un LeBron James muy inspirado.

El gran punto fuerte de los pupilos de Stevens es que no suelen desengancharse del marcador. Nunca se les puede dar por muertos, porque se enganchan al marcador como una garrapata y no permiten que su rival sentencie antes de llegar al último cuarto. Las siete vidas de los gatos se quedan cortas comparadas con ellos. Y si en eso le sumas una gran regularidad como locales y un juego que prioriza el conjunto en detrimento de las individualidades, la receta sólo puede acabar con un plato delicioso.

Boston tiene motivos para sonreír

La trayectoria de Boston es todavía más elogiable si se echa un vistazo a la media de edad de los conjuntos que han diputado los playoffs este curso. Los tres equipos más jóvenes que los Celtics (Trail Blazers, Raptors y Pacers) hicieron muy buenas temporadas regulares, pero a la hora de la verdad la falta de experiencia les ha pesado demasiado. En los momentos decisivos, la veteranía es un factor más que condicionante, y sólo hay que analizar a los otros tres finalistas de Conferencia para darse cuenta de ello: Warriors, Cavaliers y Rockets tienen tres de las cuatro medias de edad más elevadas de la NBA.

Equipo Media de edad
Portland Trail Blazers 24,5
Toronto Raptors 25,4
Indiana Pacers 25,5
Boston Celtics 25,6
Philadelphia 76ers 25,7
Milwakee Bucks 26,1
Utah Jazz 26,2
Minnesota Timberwolves 27,3
Miami Heat 27,3
New Orleans Pelicans 27,5
Oklahoma City Thunder 27,6
Washington Wizards 27,9
Golden State Warriors 28,5
San Antonio Spurs 28,6
Cleveland Cavaliers 28,9
Houston Rockets 29,3


No ha podido ser. Las ausencias de Irving y Hayward y el buen rendimiento de LeBron James han evitado que una franquicia llamada a dominar la NBA en el futuro próximo empiece a imponer su autoridad en el presente. Los Celtics se han quedado a sólo un paso de las Finales, pero la derrota contra los Cavaliers no puede borrar una temporada brillante en el TD Garden. Seguro que vuelven con mucha fuerza y preparados para ser candidatos al anillo. Boston tiene muchos motivos para sonreír a pesar de la eliminación.