Cada temporada, los futbolistas de las categorías inferiores del Barça y el Espanyol son tentados con suculentas ofertas de clubs extranjeros, que les ofrecen proyectos deportivos ambiciosos y unos salarios de primera categoría. En muchas ocasiones el destino de los fugados es Inglaterra, y es que entidades como el Manchester City, el Arsenal o el Chelsea no tienen ningún inconveniente al ofrecer cifras astronómicas a los niños -y también a sus padres- con el fin de adquirir sus servicios. Ahora, sin embargo, las cosas cambiarán. La entrada en vigor del Brexit en el Reino Unido tendrá muchas consecuencias en todos los ámbitos de la vida, también en el fútbol.
Con el Brexit, los clubs de la Premier League ya no podrán fichar promesas de entre 16 y 18 años de otras ligas. El artículo 19 del Reglamento sobre el Estado y la Transferencia de Jugadores de la FIFA especifica que sólo se permite el traspaso de jugadores menores de edad de entre 16 y 18 años en territorio del Espacio Económico Europeo. Un Espacio que el Reino Unido abandonará durante los próximos once meses.
EFE
Este hecho impedirá que los clubs ingleses repitan jugadas como la de Cesc Fàbregas, Ignasi Miquel o Héctor Bellerín; tres futbolistas que, siendo adolescentes, dejaron La Masia para probar fortuna en el Arsenal. Ejemplos, sin embargo, hay muchos, también en el Espanyol. Pablo Maffeo o Óscar Tarensi, dos perlas blanquiazules, abandonaron la Ciudad Deportiva Dani Jarque para enrolarse en el Manchester City. El idilio del club skyblue con los jugadores catalanes, de hecho, ha ido en aumento. Los fichajes de Éric García y Adrián Bernabé, dos cadetes del Barça, fueron algunas de sus operaciones más mediáticas.
"Estos casos no se podrán repetir. Los clubs de la Premier han hecho muchas adquisiciones en el mercado juvenil, algunas con mucho éxito y otros con menos, porque al final sólo son chavales. Se reducirán estas circunstancias porque será imposible legislativamente", defiende en EFE el técnico español Víctor Oltra, ahora en el Leeds United.
El Barça y el Espanyol no deberían estar tranquilos -el mercado francés e italiano sigue exhibiendo músculo- pero como mínimo pueden olvidarse de la amenaza de la Premier. Y todo gracias a un referéndum.