El Real Betis ha entrado en una fase decisiva para asegurar la continuidad de uno de los grandes pilares del proyecto: Isco Alarcón. El futbolista malagueño, que ha sido diferencial desde su llegada, está recuperándose de su lesión pero mantiene intacto su peso interno y su impacto en el equipo. De este modo, el club verdiblanco considera imprescindible blindarlo cuanto antes, aunque eso implique realizar un esfuerzo económico mayúsculo. Y es que Isco está ante la posibilidad de firmar el contrato más importante de su etapa en el conjunto verdiblanco.

Un contrato hasta 2028 y un salario de estrella

La realidad es que el Betis negocia con Isco un acuerdo que podría extender su vínculo hasta 2028, dos años más de lo inicialmente previsto. Y es que la directiva, consciente de la dificultad de encontrar un jugador de su perfil y rendimiento, ha aceptado que para mantenerlo deberán situarlo en la élite salarial del vestuario. Según fuentes internas, su nuevo contrato lo colocaría al nivel de Antony, futbolista brasileño que actualmente ocupa el escalón más alto en remuneración dentro del club.

Isco gol Betis

De este modo, Isco pasaría a ser uno de los jugadores mejor pagados de la plantilla, igualando cifras que hasta ahora parecían reservadas solo para grandes operaciones de mercado. El Betis entiende que este esfuerzo no solo responde a su rendimiento deportivo, sino también a su influencia en el juego, en la gestión de partidos y en la madurez de un vestuario que ve en él a un líder natural. Su peso competitivo es tal que Manuel Pellegrini considera su renovación como una prioridad absoluta.

Un movimiento estratégico para asegurar el futuro del equipo

Y es que el Betis sabe que perder a Isco sería un golpe tremendo en un momento clave del proyecto deportivo. El conjunto verdiblanco necesita estabilidad, continuidad y referencias claras para competir en Liga y en Europa, y la figura del malagueño cumple todos esos requisitos. Su calidad, su visión y su capacidad para construir juego en los momentos más difíciles lo convierten en un futbolista insustituible.

Así pues, el club ha asumido que el esfuerzo económico es inevitable. Isco, que está ya en la fase final de su recuperación, quiere sentirse valorado y respaldado, y el Betis está dispuesto a dárselo. Las conversaciones avanzan y la intención del futbolista es positiva, aunque todo depende de que se materialice ese salto salarial que lo coloque a la altura de Antony.

Así pues, el Betis se encuentra ante un escenario decisivo: pagar la millonada necesaria para retener a su gran estrella… o arriesgarse a perder al futbolista que más ha cambiado la cara del equipo en los últimos años.