El Barça ha sido un rebelde que se ha salido con la suya del Benito Villamarín. A pesar de tener los miedos de siempre y las dificultades habituales, esta vez ha sabido remontar y resistir contra el Betis para llevarse tres puntos vitales (2-3).
1917: los miedos y el juego de siempre
Después de una semana movida con el conflicto con Abidal y la eliminación de la Copa, el Barça necesitaba reponerse contra el Betis para no dejar escapar el tren de la Liga. Pero a pesar de las intenciones de ser intensos, fiables en defensa y efectivos en ataque, parecía que no se había aprendido la lección.
En el minuto 6 el Betis ya ganaba. Y ha sido gracias al aviso del VAR de un claro penalti de Lenglet por manos. Y Canales no ha fallado desde los once metros, engañando completamente a Ter Stegen. Un espejismo de inicio que ha sido arreglado por De Jong, que ha hecho un golazo de volea, con previo control dentro del área, después de una magnífica asistencia de Messi.
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Ha sido un poco el juego de los disparates. Nadie sabía cómo acabaría la guerra. El Barça ha seguido jugando con calma y pasividad, como si fuera el juego que se practicaba en 1917. La fórmula Semedo-Umtiti-Lenglet-Junior no estado tan buena como se esperaba Setién. Y cada vez que los blaugrana salían con la pelota jugada, el Betis estaba allí, a escasos centímetros, haciendo una presión asfixiante y efectiva.
Pero aunque el Barça ha dominado, un nuevo gol en contra lo ha desestabilizado. Fekir ha empezado su espectáculo particular. Ha sido como el Joker, que dominaba todos los registros... rabonas y regates de fantasía. Y con un golazo gracias a un disparo seco y potente en el minuto 26 ha vuelto a poner al Betis en frente en el marcador. Hay que decir que también ha sido gracias a una de las muchas pérdidas de Arturo Vidal.
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Érase una vez en el Villamarín...
Pero si en los finales el Barça siempre se empequeñece, como en el pasado partido de Copa en San Mamés, esta vez ha sido el contrario. En la última jugada de la primera mitad Busquets ha aprovechado una falta picada por Messi desde casi el medio del campo, para controlar y fusilar al estilo De Jong la portería del Betis.
Una fórmula, la del balón parado, que ha aprovechado el Barça para remontar. A pesar de dominar durante la segunda mitad y siempre estar más cerca de la remontada que el Betis, ha aprovechado nuevamente una falta para confirmar el cambio de sentido del marcador. Repetición de falta picada por Messi desde casi cuarenta metros de la portería y remate de Lenglet hacia gol. Minuto 72 y el Barça ya ganaba por primera vez en el partido. Diferencia de clases contrastada y esta vez sin la fuerza de los parásitos.
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Ni con las múltiples revisiones del VAR ni con posibles penaltis no pitados el Betis ha podido superar a un Barça de carácter. Sí que ha habido movimiento en el tramo final con dos expulsiones por doble amarilla: una de Lenglet y otra de Fekir. El partido, ya caliente y dentro de los últimos diez minutos, todavía se ha roto más. El Barça ha vuelto a sufrir sin el control del partido y el Betis ha confiado hasta el final en punto en que finalmente no ha llegado.
Érase una vez en el Villamarín... todo el mundo recordaba la última derrota en la final de Copa. Pero esta vez la victoria se la ha llevado el Barça, como si fuera el Espartaco, que se medio recupera de los incendios. Y además mantiene el Real Madrid y el liderato a tres puntos.