La imagen perfecta de la familia Bellingham comienza a resquebrajarse. Lo que parecía un cuento de éxito, con dos hermanos brillando en la élite europea, se está transformando en una fuente de preocupación y tensión, tanto en Alemania como en España. Y el que más podría estar pagando las consecuencias es, sorprendentemente, Jude Bellingham, el jugador estrella del Real Madrid.
Todo comenzó con la gran apuesta del Borussia Dortmund por Jobe Bellingham, el hermano menor. El club alemán desembolsó 30,5 millones de euros por un futbolista de apenas 20 años que había mostrado destellos de talento en el Birmingham y el Sunderland, pero sin experiencia real en la élite. Se esperaba que fuese el heredero natural de Jude, quien dejó una huella imborrable en el Signal Iduna Park antes de partir a Madrid. Sin embargo, la operación no ha salido como se esperaba: el joven Bellingham no despega, y su entorno se tambalea.

Altas tensiones en el entorno familiar de los Bellingham
El diario BILD ha revelado que las tensiones familiares están afectando gravemente al rendimiento de Jobe. Sus padres, Mark y Denise Bellingham, atraviesan una crisis personal que ya ha trascendido al ámbito deportivo. Durante el último partido de Champions League frente al Athletic Club, ambos fueron vistos sentados en zonas opuestas de la grada VIP, separados por amigos que intentaban mediar. “El ambiente es tenso, incómodo, y Jobe lo está sufriendo en silencio”, asegura una fuente cercana. Inevitablemente, el asunto también estaría afectando a Jude.
A esta situación se suma un conflicto abierto entre el padre de los Bellingham y la directiva del Dortmund. Mark Bellingham, visiblemente molesto por la falta de minutos de su hijo, protagonizó un altercado con el entrenador, Niko Kovac, y con el director deportivo, Sebastian Kehl, tras la primera jornada de la Bundesliga. Desde entonces, tiene prohibida la entrada al vestuario. Un episodio que ha deteriorado aún más la relación entre el entorno del jugador y el club.
La situación familiar no es ajena a Jude Bellingham
El resultado se refleja en el campo. Jobe no rinde, juega con miedo, y parece completamente desconectado del equipo. En los últimos encuentros ha perdido la titularidad y no ha completado un solo partido. La presión de justificar una inversión millonaria, unida al caos familiar, está minando su confianza. “Le pesa el apellido”, apuntan en Alemania. “No consigue ser él mismo”.

Y esa presión, inevitablemente, también está llegando a Jude. En Madrid se habla de un Bellingham más serio, más introvertido. Desde su regreso tras la lesión de hombro, su rendimiento ha bajado ligeramente, y el entorno del club sospecha que la situación familiar le está afectando emocionalmente. Fuentes cercanas al vestuario del Real Madrid reconocen que el jugador “está preocupado por su hermano” y que intenta, en la distancia, ayudarle a superar este momento.