El pasado 9 de noviembre Josep Maria Bartomeu, cuando no había ninguna crisis en la junta directiva, cuando Ernesto Valverde aún era el entrenador y cuando el equipo no temblaba, dijo en una entrevista en Associated Press una frase que vista con perspectiva lo deja retratado. Algunos dirán que es un mentiroso, algunos otros que estaba fuera de contexto, pero estas declaraciones no se las ha llevado el viento.
El presidente blaugrana aseguró que "en las próximas dos, tres, cuatro temporadas nuestro líder seguirá siendo Leo Messi". Una frase que perfectamente podría repetir en estos días y que, más o menos, ya va diciendo desde hace unas semanas. "Es el mejor del mundo de la historia, está con nosotros, y él ha dicho que quiere retirarse en el Barça": esta ya sería una respuesta un poco caduca a día de hoy.
Messi y Bartomeu después de firmar la última renovación
Una cláusula que no preocupaba a Bartomeu
En la misma entrevista Bartomeu explicaba la ya famosa cláusula liberadora de la que tanto se está hablando. "Messi tiene un contrato hasta la 2020/21 que dice que si quiere dejar el club antes de empezar esta última temporada, puede hacerlo. Para dejar el fútbol o para ir a otro club", decía Bartomeu. Una cláusula que, como él mismo afirmaba, tenían el contrato de jugadores como Xavi, Iniesta o Puyol. Pero, lejos de preocuparle, Bartomeu tenía claro que Messi nunca desearía hacer efectiva esta cláusula. Una vez más, se equivocaba.
"Lo que pasa es que este tipo de jugadores no nos tienen que preocupar. Son jugadores tan culés que dudo que vayan a jugar en otro club. Seguro que Messi jugará en el Barça muchos más años, no solo hasta el 2021." Y esto es lo que sucede cuando consigues que el mejor jugador del mundo, por muy culé que sea, que lo es, se vea continuamente rodeado de mediocridad.
Messi, arrodillado, se lamenta durante un partido del Barça. / Europa Press
Pero la frase que ahora más se le echa en cara es una sobre el futuro de Messi ligado al Barça: "Leo Messi puede seguir jugando en el Barça hasta que él lo crea conveniente. Se ha ganado el derecho a decidir cuándo quiere dejar el fútbol". Ahora parece que los tiros ya no van en la misma dirección. Bartomeu no quiere ni oír hablar de una posible salida de Messi a no ser que algún club abone la cláusula de rescisión de 700 millones de euros.
Los meses han acabado cambiando a todo el mundo, pero sobre todo la crisis ha desenmascarado a algunos y a algunas declaraciones que sólo eran de cara a la galería. Con el problema sobre la mesa, Bartomeu pretende silenciarlo a base de poder. Ahora les tocará reunirse y encontrar una solución por el bien del Barça.