El Sol y el buen tiempo daban la bienvenida en el tramo final de la última etapa de la Volta a Catalunya. Con unas condiciones mucho más propensas a pasear por los alrededores de Montjuïc que a practicar ejercicio intenso, los ciclistas han contado con el apoyo de una buena cantidad de personas en los últimos compases de una semana de mucho esfuerzo.

Aun así, y más comparándolo con otras etapas como la de ayer, la temperatura ha sido ideal también para la práctica deportiva y los corredores lo han agradecido. La fiesta ha sido completa y ha tenido un final feliz no sólo en términos deportivos; en las improvisadas gradas la gente ha disfrutado del espectáculo y todo el mundo ha resultado ganador.

Volta en Catalunya 2017 Jordi Carné ambiente

La Volta traspasa fronteras

En torno a la línea de meta por la cual los ciclistas participantes han tenido que pasar en ocho ocasiones se podía ver gente de todas las edades y con diferentes intereses. Algunos se centraban en las pantallas gigantes instaladas para no perder detalle de lo que sucedía en aquellos tramos que no podían ver; otros preferían situarse en las partes más altas de la zona para contemplar el recorrido de las bicicletas; y por último, el sector formado por las familias con niños sólo pretendía pasarlo bien.

También es más que destacable que durante gran parte del recorrido los participantes han contado con el apoyo de los aficionados, es decir que no sólo han sido acompañados en la línea de meta. Después de muchos kilómetros en las piernas, el aliento del público es muy importante para no perder fuerzas.

Volta en Catalunya 2017 Jordi Carné public

Las paradas con comida, bebidas y otros obsequios de los patrocinadores también han hecho acto de presencia en un acontecimiento que, como es habitual, ha tenido éxito en Catalunya. Y no sólo ha tenido repercusión a nivel local, pues la Volta también ha traspasado fronteras y prueba de eso es la multitud de extranjeros presentes entre el público.