Este domingo, Rusia ha sido el escenario de una de las operaciones más impactantes de la guerra de Ucrania hasta ahora, y que muchos analistas consideran que pasará a la historia. Se trata de un ataque coordinado con drones ucranianos contra varios aeródromos rusos, que golpeó duramente la infraestructura militar del Kremlin. Esta acción no solo destacó por su envergadura y planificación esmerada, sino también por su efecto simbólico y estratégico: demostró que la guerra ya no es solo una realidad para los ucranianos, sino también para los propios ciudadanos rusos, que hasta la fecha vivían a relativa distancia del conflicto.
Los drones ucranianos atacaron aeródromos en varias regiones: Múrmansk, Irkutsk, Ivánovo, Riazán y Amur. Aunque el Ministerio de Defensa ruso informó de que muchos de los drones fueron repelidos y que no hubo víctimas mortales, varios aviones fueron destruidos. Todavía no existe una cifra oficial de daños, pero fuentes ucranianas aseguran que hasta 41 aeronaves militares quedaron destruidas o inservibles. Entre ellas están bombarderos estratégicos, como los Tu-95 y aviones de vigilancia A-50, fundamentales para las operaciones militares de largo alcance de Rusia, detalla El Confidencial. Esta pérdida supone un golpe muy duro a la capacidad rusa de seguir lanzando misiles de crucero desde zonas alejadas del frente.
Más de un año y medio preparando el ataque
Según fuentes ucranianas, el ataque se preparó durante más de un año y medio, e incluyó la entrada encubierta de los drones dentro de territorio ruso, aparentemente transportados por camiones comerciales, destaca El Confidencial. Estos drones fueron escondidos bajo techos móviles dentro de cobertizos de madera y, una vez llegada la hora, fueron activados a distancia y elevados desde dentro del propio país. Esta maniobra sorprendió completamente a las fuerzas rusas, poniendo en evidencia las debilidades en sus defensas internas.
María Avdeeva, experta en seguridad y desinformación, ha destacado la novedad y el impacto de la operación, afirmando que Rusia ya no puede reemplazar los bombarderos destruidos y que el ataque marcará un precedente histórico. Las bases atacadas incluyen Bélaya (en el sureste de Siberia), Olenya (cerca de Noruega y Finlandia), Dyágilevo e Ivánovo, todas ellas clave en la estrategia militar rusa.
This will be in textbooks.
— Maria Avdeeva (@maria_avdv) June 1, 2025
Ukraine secretly delivered FPV drones and wooden mobile cabins into Russia. The drones were hidden under the roofs of the cabins, which were later mounted on trucks.
At the signal, the roofs opened remotely. Dozens of drones launched directly from the… pic.twitter.com/sJyG3WyYYI
El analista Valentin Chatelet, del Atlantic Council, considera que esta operación, conocida como "Tela de Araña" o el "Pearl Harbor ruso", no solo ha alterado el equilibrio militar, sino que también ha revelado carencias graves en la seguridad y la infraestructura aéreas rusas. Para él, la determinación de Kyiv de llevar la guerra al corazón del territorio ruso demuestra una nueva etapa en el conflicto, mucho más atrevida y capaz de romper la lógica de superioridad con la que Moscú había operado hasta ahora.