La pretemporada ya es historia. El nuevo Barça de Ernesto Valverde empieza a rodar con una prueba de altura, el Real Madrid. Los blaugrana, con los únicos refuerzos de Nélson Semedo y Gerard Deulofeu, afrontan la ida de la Supercopa de España y fían gran parte de su éxito, una temporada más, a la lucidez de Leo Messi con la pelota en los pies (22:00 horas / TV3 y Telecinco).

Valverde es el mejor fichaje

Cuatro partidos y unas cuantas ruedas de prensa después, Ernesto Valverde ha desvanecido las (pocas) dudas que despertaba su llegada al banquillo del Camp Nou. El entrenador extremeño ha tenido que convivir en sus primeros días en el Barça con el 'caso Neymar'. Y eso ha desviado el foco de atención de un equipo que ha evidenciado síntomas de congeniar con su nuevo jefe.

Tranquilo, comedido, coherente y sin afán de protagonismo. Así se ha mostrado Valverde. Tiene la difícil tarea de alargar el ciclo victorioso que recuperó Luis Enrique y lo tendrá que hacer sin uno de los pinchos del tridente. Contra su voluntad y la del vestuario, Neymar ha decidido hacer las maletas para brillar en París, lejos de la alargada sombra de Messi. El Barça de Valverde no será el Barça del tridente.

A la espera de ver qué es capaz de hacer el club con los 222 millones que ha ingresado por la venta de Neymar, el entrenador del Barça no tiene alternativa y tendrá que adaptarse en el primer asalto contra el Madrid. El Gamper contra el Chapecoense sirvió de banco de pruebas. Y Gerard Deulofeu lo aprovechó para reivindicarse ante un público que parece dispuesto a darle una segunda oportunidad. La mejor noticia, aparte de su gol y las dos asistencias, es su sintonía con Messi y Suárez. Un entendimiento que puede acabar por desnivelar la balanza.

Siempre Messi

Messi y diez más. Así se podría resumir la apuesta del Barça para afrontar el enésimo Clásico. Recientemente renovado hasta el 2021, el '10' vuelve a ser el gran argumento de un equipo un año más grande. El adiós de Neymar enaltece su figura, cada vez más próxima a la de un creador de juego que a la de un delantero. Y es que su fútbol tiene tantos registros que es capaz de ser decisivo en diferentes zonas del campo.

La temporada pasada el Barça naufragó cuando los rivales esposaban su medio del campo. El equipo se diluía y era incapaz de conectar al tridente. El club veía en Marco Verratti al hombre ideal para recuperar el fútbol de toque pero se tropezó con el muro del PSG. Y hasta el momento no ha encontrado alternativas. Tal y como hizo en el último partido de Liga en el Santiago Bernabéu, Messi tendrá que volver a cargarse el equipo a la espalda.

Al Barça no le queda más remedio que seguir confiando en la vieja guardia para superar un Madrid que aprovecha cualquier oportunidad de mercado para rejuvenecerse.

Madrid sin techo

Ya no es sólo suerte. Algunos se resignaban a aceptar los primeros éxitos de Zinedine Zidane y los explicaban con la fortuna en momentos clave. Ahora, 20 meses después de hacerse cargo del primer equipo del Real Madrid, Zidane ya suma seis títulos. El último, hace cuatro días, la Supercopa de Europa, contra el Manchester United.

El Madrid dominó al United con una exhibición de juego en los primeros 60 minutos. El club ha encontrado la fórmula mezclando talento joven y futbolistas sobradamente contrastados para confeccionar una de las plantillas más equilibradas del mundo. La política de fichajes ha cambiado. Ahora se busca que los jugadores exploten en el Santiago Bernabéu, en vez de comprarlos después de ganar el Balón de Oro.

Sumar talento acostumbra a dar buenos resultados. El Madrid ha conseguido, en los últimos meses, dominar la posesión gracias al cambio de sistema. El 4-4-2, con cuatro mediocampistas, da mucha más solidez al equipo y lo hace igual de imprevisible en ataque. Zidane tendrá que buscar una alternativa para suplir a Luka Modric en el partido del Camp Nou y es que el croata arrastra una sanción de la Supercopa del 2014. La otra baja, insensible por los planes del Madrid, es la de Jesús Vallejo, central de 20 años, por lesión.

Cristiano Ronaldo, con pocos entrenamientos en las piernas, jugó los primeros minutos (7) de la temporada contra el Manchester. Sin embargo, se hace difícil pensar que empiece el Clásico desde el banquillo. Su presencia, unida a la Gareth Bale y Karim Benzema, obligaría al Madrid a volver al 4-3-3. Un sistema que lo hace más vulnerable.

Los once de El Nacional