El Real Madrid ganó por la mínima al Talavera (2-3) y se clasificó para los octavos de final de la Copa del Rey. El partido, más allá de la clasificación del conjunto blanco, estuvo marcado por la polémica arbitral. El VAR todavía no está disponible en esta ronda —entra en funcionamiento en octavos— y este hecho acabó beneficiando al Real Madrid, que consiguió avanzar de ronda y mantener vivo a Xabi Alonso. Y es que las dudas alrededor de la figura del entrenador donostiarra persisten, o incluso se agravan, y su despido parece solo cuestión de tiempo. Su continuidad depende de una mejora sustancial tanto en el juego como en los resultados, pero, de momento, no hay ningún indicio que invite al optimismo. 

Un penalti inexistente da la victoria al Real Madrid contra el Talavera

El duelo contra el Talavera siguió la misma línea de juego que ha caracterizado toda la temporada: un fútbol plano y previsible, casi exclusivamente dependiente de las individualidades de Kylian Mbappé. El francés marcó el primer y el tercer gol del Real Madrid, y fue también protagonista indirecto en el segundo. Uno de sus goles fue de penalti, en una acción muy discutida por unas supuestas manos dentro del área del jugador local Marcos Moreno. Las imágenes muestran que la acción no era punible: primero, el defensa juega el balón con la cabeza y solo después le impacta en el brazo. Según el reglamento, este tipo de jugadas no deben sancionarse. Sin este penalti, y manteniéndose el resto del desarrollo del partido, el duelo habría acabado 2-2 y se habría ido a la prórroga. Es decir, la ausencia del VAR acabó beneficiando al Real Madrid ante un equipo de Primera Federación.

Xabi Alonso continúa sin margen

Más allá de esta acción decisiva, los otros goles del conjunto madridista tampoco fueron consecuencia de un juego elaborado. Uno llegó en propia puerta y el otro, tras un error claro del portero del Talavera en un disparo de Mbappé. De hecho, los locales tuvieron la oportunidad de empatar en los últimos instantes, pero Lunin, vestido de Courtois, lo evitó con una intervención decisiva. El mal juego del Real Madrid, sin embargo, no es ni casual ni puntual. Los blancos se han acostumbrado a encadenar partidos grises, siempre supeditados al talento individual de sus delanteros. O, más concretamente, al de Mbappé.

Todo este contexto sitúa a Xabi Alonso en el centro de la diana. A los rumores sobre el descontento de algunos pesos pesados del vestuario, como Vinícius o Valverde, se añade la falta de señales de mejora respecto al juego del año pasado con Ancelotti. De hecho, los problemas son muy similares: una clara ausencia de control en el centro del campo, dificultades para sostener la presión alta, una defensa frágil en determinadas situaciones y una dependencia excesiva de Mbappé y Courtois. Todo ello, agravado por las continuas lesiones. La victoria da aire a Xabi Alonso, pero no crédito, y cualquier resultado que se aleje de la supuesta normalidad madridista puede precipitar el adiós definitivo del técnico.