Centenares de atletas desbocados y con el cuerpo suelto en la fiesta irrumpieron hoy hace 24 años en el estadio olímpico en la ceremonia de clausura. La entrada, nada que ver con el desfile de quince días antes en la ceremonia de inauguración, largo y ordenado. Con la competición ya acabada, las medallas al saco y con la fiesta delante de la nariz, los atletas entraron en el estadio olímpico al final de la ceremonia de clausura, y se hicieron suyo el escenario. Nadie se imaginaba que en vez de quedarse en la pista y bailar la rumba catalana de Peret, Los Amaya y Los Manolos, colapsaran el escenario para celebrar el final de los mejores Juegos Olímpicos de la historia, según los acababa de calificar al presidente del COI Joan Antoni Samaranch.

La foto de los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992 hubiera podido ser muy diferente a la que todos tenemos ahora gravada. El escenario hecho íntegramente de madera, pensado para aguantar un número pequeño de artistas, hubiera podido ceder y la fiesta hubiera podido acabar en tragedia. Y delante de la avalancha de gente, y con el "¡Vete!" de Los Amaya sonando de fondo, Constantino Romero, la voz de las ceremonias, lanzó aquel "¡atletas, bajen del escenario!". Años más tarde el mismo Constatino Romero recordaba el momento en un reportaje de BTV y explicaba que empezó a recibir órdenes de todas partes por el intercomunicador: "Haz alguna cosa. Di alguna cosa". "No se me ocurrió nada más que 'atletas, bajen del escenario'", explicaba Romero, a la vez que admitía "me parece que sirvió de poco porque al final bajaron porque los empujaron. Los echaron. Y una vez se calmó, respiramos tranquilos".

Si revisáis el vídeo, aPeret se lo ve descolocado y sufriendo detrás de todo. Él mismo confesaría años más tarde que sufría por todos: "Lleno de atletas saltando allí encima... y lleno de criaturas. Yo tenía sobrinitas y nietas...". Los Manolos se pasaron la mitad de su actuación yendo delante y detrás del escenario. Explican con gracia que se distinguían por el color llamativo de sus trajes.

Para disuadir a los atletas, los organizadores soltaron los gigantes dalinianos que intervinieron en la inauguración, que acabaron haciéndose un lugar en el escenario con su ritmo ondulante dando vistosidad y un toque todavía más surrealista al final de los Juegos Olímpicos de Barcelona aquel 9 de agosto de 1992.

El momento marcó una generación y el título del disco de los Manel "Atletes, baixin de l'escenari" del 2013.

La leyenda urbana

La leyenda urbana explica que Los Manolos cantaron al final de los Juegos Olímpicos la versión rumbera del "Amigos para siempre" y que mientras ellos cantaban el escenario se llenaba de atletas. Pero lo cierto es que Los Manolos no cantaron nunca el "Amigos para siempre" en la ceremonia de clausura. La versión rumbera la hicieron después, una vez acabados los Juegos Olímpicos. Lo que se estrenó el 9 de agosto en el estadio Olímpico fue el "Gitana hechicera" de Peret que compuso expresamente el padre de la rumba catalana por encargo de Ovideo-Bassat-Sport, responsables de las ceremonias olímpicas.

Fue el punto final de la ceremonia, con el escenario, ya sí, vacío de atletas y la fiesta grande en la pista. La "Gitana hechizera" de Peret se convirtió en un himno de los Juegos igual que el "Amigos para siempre" y años más tarde, en el 2013, la reversionó en el Concierto por la Libertad, entonando a la vuelta "Catalunya es poderosa, Catalunya tiene mucho poder".

 

Símbolos y equilibrios

La fiesta final de la ceremonia inaugural la protagonizó un concierto de ópera que hizo estallar el estadio olímpico con un castillo de fuegos. Para la clausura se escogió la rumba catalana y se hizo una selección de intérpretes y canciones. Los Manolos habían versionado varios clásicos y para la clausura olímpica escogieron "El meu avi". En un momento en qué los símbolos se tenían que equilibrar en todos los momentos trascendentales de los Juegos, al final de la Fiesta se ven las esteladas en medio de la pista de baile alcompás del "Visca Catalunya, visca el català" de la habanera "El meu avi" de Ortega Monasterio.