Cuesta de explicar que Arturo Vidal y Ivan Rakitic jueguen juntos. El chileno y el croata no son malos futbolistas, pero sus características -muy alejadas de lo qué pide el Barça- son demasiado parecidas y, a la vez, incompatibles.

El partido contra el Valencia ha servido para demostrar esta tesis. El ex de la Sevilla se ha situado como mediocentro defensivo para cubrir la baja de Sergio Busquets y no ha estado cómodo en ningún momento. Ocupando una plaza donde el curso pasado brilló, el croata ha quedado retratado en la primera diana visitante y no ha ofrecido una circulación fluida de la pelota en ningún momento.

No lo ha ayudado que en su lado tuviera a Arturo Vidal. El chileno lucha cada disputa, eso es innegable, pero con el esférico en los pies la cosa es bien distinta. Contra el Valencia, el interior chileno se ha descolgado en ataque desmesuradamente y ha dejado vendido a Rakitic. Si los dos futbolistas juegan juntos no sólo castigan su propio el equipo, si no que también se perjudican recíprocamente.

Valverde, un cambio revelador

Justo después del empate de Messi, Ernesto Valverde ha decidido apostar por Arthur, un jugador que todo el mundo reclamaba. El hecho sorprendente, sin embargo, es que el técnico extremeño lo ha sustituído por Carles Aleñá, el mejor mediocampista del terreno de juego.

Su decisión ha sido muy reveladora y tiene dos lecturas: o bien los galones del vestuario son más importantes del qué nos pensábamos, o bien Valverde realmente disfruta del juego físico de Vidal y Rakitic. Sea como sea, la realidad es que contra el Valencia el Barça se ha desinflado después de que Aleñá se haya marchado a los vestuarios.