La tensión entre Barça y Real Madrid en la época de Pep Guardiola y Jose Mourinho llegó a puntos extremos. Uno de los incidentes más vergonzosos fue cuando el entrenador portugués le metió el dedo en el ojo a Tito Vilanova durante la Supercopa de España del 2011 en el Camp Nou.

"Fui yo quien falló, no lo tendría que haber hecho"

Ahora, 10 años más tarde, Mourinho ha mostrado su arrepentimiento. "Con Tito Vilanova fui yo quien falló, no tendría que haber hecho lo que hice. Claro está que no, la imagen negativa se queda para siempre. Tito no tuvo nada que ver con eso. Lo siento por él", confesó en el libro sobre comunicación Manténganse locos y hambrientos, escrito por su compatriota y amigo Joao Gabriel. A pesar de arrepentirse, Mourinho ha detallado la rivalidad con el Barça: "El Barcelona era bueno jugando, pero mejor condicionando el rival y manipulando decisiones y percepciones".

Mourinho Guardiola Manchester City Tottenham EFE

Mourinho y Guardiola durante un partido de la Premier / EFE

El técnico también ha recordado cómo era él de jugador y la influencia de su padre. "Conocía mis limitaciones, porque no era rápido y la velocidad es clave en el fútbol. Lo que destacaba de los otros era la capacidad para leer y analizar equipos. Podía ver cosas que otros no veían, pero si no hubiera sido jugador, mi formación como entrenador habría sido más pobre. Ser el hijo de mi padre también fue muy importante, porque crecí con acceso a espacios prohibidos. ¿Quién es el niño que está en un vestuario en el descanso de un partido de la Liga principal? ¿Quién es el niño que escucha la charla del entrenador? ¿Quién es el niño que, ya un poco más mayor, ve a su padre siendo despedido durante la comida de Navidad de la familia?", ha explicado.

Mourinho también ha hecho un trabajo de análisis a su carrera. "He sido un poco víctima de mí mismo. Porque gané, gané y gané... y entré en una dinámica en la que no ganar parecía el fin del mundo. Yo mismo, por mi personalidad, fomenté un poco eso que el enfrentamiento, el partido, el trabajo es para ganar... y después, cuando llegué a situaciones donde era muy difícil ganar, lo que para otros entrenadores es aceptable en mi caso era insuficiente", ha comentado.

Además, el portugués siempre ha defendido que es honesto con sus jugadores. "Siempre les he dicho a los jugadores: conmigo encontrarán a un hombre honesto. A uno que te dice la verdad, que te dice las cosas que quieres y las que no quieres escuchar. Algún día podrán decir que soy un mal entrenador, pero nadie podrá decir que no fui serio y honesto".

 

Imagen principal: Momento del dedo en el ojo de Mourinho a Tito Vilanova / EFE