La marcha de Iñigo Martínez al Al-Nassr parecía abrirle de par en par la puerta de la titularidad a Ronald Araujo. El central uruguayo, uno de los líderes emocionales del vestuario y un referente físico en la zaga, se perfilaba como la pareja natural de Pau Cubarsí en el eje defensivo del Barça. Sin embargo, la realidad es que Hansi Flick no lo ve tan claro y la competencia promete ser mucho más dura de lo que se preveía.
El técnico alemán, que valora la entrega y capacidad de Araujo, también es consciente de sus puntos débiles. En varias charlas internas, Flick ha comentado que el uruguayo necesita mejorar en la concentración y en la salida de balón, dos aspectos que considera fundamentales para su idea de juego. Y ahí es donde entran en escena Christensen y Eric Garcia, dos futbolistas que quieren aprovechar la oportunidad para dar un paso adelante.
Christensen, el valor seguro
El central danés fue uno de los nombres más destacados de la pretemporada y ha convencido a Flick por su serenidad, capacidad de anticipación y manejo del balón en corto. Para el técnico, Christensen representa un perfil más adaptado a la salida limpia desde atrás, algo que considera clave en partidos grandes donde el Barça debe someter al rival desde la posesión.
Eric Garcia, el candidato silencioso
El otro aspirante es Eric Garcia. Su buena lectura de juego, su precisión en el pase y su entendimiento con Cubarsí han llamado la atención del entrenador. Eric ha sido claro con Flick: quiere competir por un puesto en el centro de la defensa y está listo para asumir responsabilidades.
Araujo, obligado a reaccionar
Esto no significa que Araujo parta desde cero, pero sí que su titularidad no está garantizada. Flick quiere una defensa que no solo sea fuerte en duelos individuales, sino también precisa en la construcción. El uruguayo, que ha sufrido en algunos partidos por errores de concentración y dificultades para ofrecer líneas de pase claras, deberá pulir esos aspectos si quiere imponerse.
En el club valoran su liderazgo, su compromiso y su capacidad para ganar duelos físicos, pero saben que la exigencia técnica de Flick es alta. Además, Araujo tiene mercado y varios equipos de primer nivel siguen atentos a su situación, lo que añade un componente extra de presión.
Un pulso abierto en la defensa
La salida de Iñigo ha dejado un hueco importante, pero también ha abierto un debate interno. Flick quiere competencia real y que nadie se sienta titular por decreto. Araujo deberá demostrar, desde el primer minuto, que puede ser más que un muro defensivo: que también puede ser la primera piedra en la construcción del juego. El reto está servido.