Andrés Iniesta ya ve la luz al final del túnel. El manchego ya está más cerca de reaparecer después de caer lesionado el pasado 22 de octubre. Una dura entrada de Enzo Pérez le dobló la rodilla derecha hasta causarle una "ruptura parcial del ligamento lateral externo". Los servicios médicos del club fijaron un tiempo aproximado de baja entre seis y ocho semanas. El Clásico peligraba. En pasado.

El futbolista se asustó cuando vio que la rodilla no le respondía sobre el césped de Mestalla. El diagnóstico de la lesión le tranquilizó y se fijó el día 3 de diciembre como meta, para llegar en condiciones al partido contra el Real Madrid. La progresión de Iniesta se cortó en seco. Era uno de los jugadores más en forma y una inoportuna lesión le obligaba a parar. Pero el optimismo con el que ha afrontado la adversidad le ha ayudado a acortar la recuperación.

Su ausencia es uno de los factores que explican la falta de regularidad del equipo en los últimos partidos. Sin Iniesta, el Barça es más frágil. A día de hoy no tiene un recambio de garantías en la plantilla. Luis Enrique ha buscado sin éxito diferentes alternativas en el mes que lleva el equipo sobreviviendo sin el manchego. Denis Suárez, André Gomes, Rafinha o Arda Turan han sido los nombres que han intentado hacer la función del 8 pero ninguno de ellos ha conseguido imitarlo. "Tengo confianza absoluta en el trabajo de los fisioterapeutas y de los doctores. Lo más importante es su recuperación, no qué día vuelve", respondió el asturiano sobre si el equipo le espera a principios de diciembre.

Con el Barça en Glasgow, los lesionados han seguido haciendo entrenamientos específicos. Samuel Umtiti y Jeremy Mathieu siguen recuperándose al lado de un Iniesta que ya toca balón y hace cambios de ritmo. Las molestias en la rodilla no le impiden hacer trabajo de campo al lado de uno de los recuperadores del primer equipo. Iniesta trabaja para llegar al Clásico pero se hace difícil pensar que pueda arriesgar la temporada por un partido en diciembre. Su ascendencia sobre el equipo es tan grande que será él mismo quien decidirá si se pone o no las botas contra el Madrid.