El filósofo Yves Charles Zarka, profesor de la Sorbona de París y uno de los referentes clave en las reflexiones sobre los modelos políticos contemporáneos, ha visitado Barcelona, invitado por la Escuela Europea de Humanidades. Aunque el título de su conferencia era “El nuevo terrorismo”, Zarka ha analizado tanto el nuevo terrorismo como la crisis migratoria, y ha vinculado ambos fenómenos con la crisis moral que, según él, vive Occidente y, sobre todo, la Unión Europea.

El nuevo terrorismo

Zarka diferencia el terrorismo que existía anteriormente en Europa, del nuevo terrorismo. Los rasgos diferenciales del nuevo terrorismo serían la transnacionalización y, sobre todo, la interiorización. El terrorismo actual sale de nuestro entorno, no viene de fuera, y eso agudiza el trauma, porque hace que nadie se pueda sentir seguro. Si el 11-S se habló de choque de civilizaciones, ahora este argumento ya no sirve, porque la mayoría de los terroristas de París pertenecen a la civilización francesa: Crecieron en Francia, y es en Francia donde han desarrollado un odio feroz hacia Francia y hacia su civilización. Eso refleja una crisis transversal, que afecta a Francia, pero que también afecta a los países musulmanes. También hay muchos ciudadanos de países musulmanes que se arman y luchan mediante el terror contra el modelo social de su país.

Memorias imaginarias

Según Zarka, el desengaño con respecto a la civilización occidental provoca que algunos individuos que han rechazado a la civilización occidental, sean musulmanes o conversos, fabriquen memorias imaginarias con las cuales identificarse. Y eso afecta, sobre todo, a los inmigrantes de segunda, tercera o cuarta generación, es decir, a individuos que no han vivido realmente la memoria que reivindican. El filósofo francés aclara que para pasar del odio al terrorismo hace falta un marco de representación determinado, en el cual el que será la víctima se identifique con el mal absoluto. Así, pues, el nuevo terrorismo no tendría nada espontáneo, sino que sería la consecuencia directa de una construcción ideológica. Y esta construcción ideológica se ha elaborado largamente.

¿Sin explicación?

Zarka asegura que la exclusión no explica el terrorismo. En primer lugar porque el número de excluidos en Europa Occidental es inmenso, y son pocos los que optan por el terrorismo; es más: constata que muchos de los que se han sumado al integrismo en realidad son de clase media. Tampoco cree que los ataques occidentales a Siria, Irak y Afganistán expliquen el nuevo terrorismo, como afirman muchos politólogos. Y lo argumenta con el hecho de que en muchos casos el nuevo terrorismo actúa contra las poblaciones musulmanas. Si los ataques occidentales fueran el detonante del nuevo terrorismo, no habría ataques en Turquía, Mali, Níger, Yemen o Siria.

Un fundamento moral

El filósofo francés considera que los motivos últimos del terrorismo estarían en la “crisis moral profunda” que sufre Occidente. Asegura que la búsqueda del bienestar, fundamento de nuestra sociedad, no constituye un motivo suficiente para vivir. Los principios que habían guiado Europa hace años ya no son válidos. Mucha gente ya no tiene referentes sólidos. Y los países desmoralizados no creen en sí mismos; por eso algunos sectores de sus ciudadanos se dejan seducir tan fácilmente por “ideas fantasmagóricas” (especialmente cuando el individuo puede sentirse escogido directamente por la divinidad). La desaparición del sentimiento de orgullo de ser uno mismo contribuye a la existencia del terrorismo.

Otro síntoma: la crisis migratoria

Mientras centenares de miles de refugiados afluyen hacia Europa, miles de europeos van a hacer la yihad a países de donde salen refugiados. Europa no está nada preparada para la crisis migratoria. Básicamente, porque no conoce sus fronteras, según Zarka. La soberanía se comparte, pero las fronteras siguen siendo competencia de cada país, y eso carga especialmente la responsabilidad de los Estados fronterizos. Al no tener claras las fronteras, según Zarka, se construyen muros. Muros que se enderezan, básicamente, por otros hombres que son considerados indeseables. Y que, al final, se revelan inútiles, pues ni siquiera la muralla china fue útil para sus objetivos.

La vulnerabilidad y el miedo

Los atentados de París han generado miedo. Y han abierto debates: sobre la nacionalidad, sobre la identidad, sobre la Unión Europea... Para Zarka esta es una reflexión necesaria y sana, y es la salida con la cual las sociedades democráticas pueden llegar a superar los traumas. Pero en este caso, Zarka es poco optimista. Cree que Europa se tiene que refundar o estallará. Dice que la UE, como una entidad básicamente administrativa, burocrática, es incapaz de movilizar las poblaciones, y por lo tanto no es viable. Hay que buscar referentes que unan a los ciudadanos. Refundarla sería una solución. Pero cruz más probable que finalmente estalle.

Zarka, profeta de los valores nacionales

Yves Charles Zarka (1950) es autor de numerosos libros de filosofía, algunos de ellos traducidos al catalán y al castellano (como Hobbes y el pensamiento político moderno). Su principal especialidad es Thomas Hobbes, pero a partir de aquí ha hecho investigaciones sobre la confluencia entre filosofía y ciencias políticas, especialmente interrogando filosóficamente los textos del pasado. En los últimos años se ha especializado en el “mundo emergente”, las transformaciones que sufre el mundo moderno. Dirige varias colecciones de libros filosóficos en Francia y fue el creador de la prestigiosa revista Cités. En varias ocasiones Zarka ha insistido en que hace falta una recuperación de los valores nacionales, y que esta recuperación de los valores nacionales actuará como revulsivo de una nueva moral, a Francia y a los países europeos.