La Academia Catalana de Gastronomia y Nutrición ha dedicado su homenaje anual al escritor Manuel Vázquez Montalbán. Y ha decidido hacerlo en el Camp Nou, ya que Montalbán era un culé "de la cabeza hasta los pies", y la fiesta se ha querido hacer con las manjares y los vinos que Montalbán había alabado a sus novelas. No podía faltar la cola de buey que Manolo comía con fruición a Casa Leopoldo, ni el arroz de otoño, ni un canelón... Todo acompañado de los vinos y licores que él había alabado en sus novelas, y que bebía su personaje favorito, el detective Pepe Carvalho: el cóctel de cava, un blanco del Ródano, un oporto de 12 años, una ratafía de Olot, un tinto Remelluri de La Bastida, y, como no, un Brut Nature Torelló, que pudría correponderse a la botella con la que matan a uno de los personajes en Los pájaros de Bangkok. En el homenaje han estado presentes numerosas personalidades del mundo de la gastronomía, así como la consellera de Presidencia, Elsa Artadi, el Síndic de Greuges, Rafael Ribó. el Molt Honorable Artur Mas, la viuda del escritor, Anna Sallés, y el cantautor Raimon. El menú ha sido elaborado por Oriol Rovira, del restaurante Els Casals, de Sagàs, y el maridaje de los vinos ha ido a cargo de Quim Vila, de Vila Viniteca.

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Foto: Academia Catalana de Gastronomía y Nutrición.

El hombre que llevó la mesa a la literatura

La Academia había reconocido, en ediciones anteriores, al gastrónomo Néstor Luján y al cocinero y divulgador de la cocina Ignasi Doménech. Carles Vilarrubí, presidente de la Academia de Gastronomía, ha afirmado que en esta edición habían querido reconocer a Vázquez Montalbán, porque a través de su personaje Pepe Carvalho, el detective gastrónomo, llevó la buena mesa a las bibliotecas de todo el país. Y lo hizo no sólo a través de sus notables artículos gastronómicos, sino también a través de la novela negra, con lo que alcanzó una difusión insospechada.

Un glosador excepcional

La Academia ha encargado la glosa del ganador al escritor Eduardo Mendoza, amigo personal de Montalbán, que ha pronunciado un discurso emotivo, en el que se ha referido al Manolo más próximo. Ha iniciado su discurso afirmando que es fácil recordar a Vázquez Montalbán sentado en una mesa, "porque era un hombre a quien le gustaba comer", y ha destacado que "cuando alguna cosa le gustaba, la disfrutaba a fondo". Mendoza, ha afirmado que para Montalbán, la gastronomía era, también, un espacio cargado de ideología, porque a la hora de comida, "todo es igualdad, fraternidad y libertad". El glosador ha querido destacar el papel de Montalbán como precursor en el campo de la gastronomía literaria, apuntando que tradicionalmente los detectives de novela negra eran individuos que comían de pie en locales mugrientos y que se limitaban a tomar un whisky en su triste apartamento antes de ir a dormir (con la excepción de Maigret). En cambio, para Mendoza, "Montalbán creó un detective con el que se podía identificar", aunque explica que al cabo de unos años "no le hacía ninguna gracia" que lo identificaran con Carvalho.

El Montalbán no tan gastrónomo

Mendoza, a pesar de todo, ha querido matizar que es difícil considerar en Montalbán como gastrónomo, y ha destacado que en un tiempo donde los gastrónomos conocían muchos restaurantes y pocos cocineros, para Manolo, el cocinero era un amigo. Según Mendoza, para su colega difunto, "Ser gastrónomo no quería decir formar parte de un club", sino que reivindicaba la comida "como parte de la cultura popular". Y, en realidad, confiesa que no sabe qué pensaría Montalbán del mundo actual donde la comida se ha convertido en una moda. Al autor de El laberinto de la aceitunas, a pesar de todo, le quedó una asignatura pendiente: "Dicen que Vázquez Montalbán era un gran cocinero, pero a mí nunca me dio de comer", se ha lamentado.

El homenaje de la consellera

Elsa Artadi, consellera de Presidencia, ha cerrado el acto reconociendo que es una "auténtica enferma de conocer restaurantes nuevos, manjares nuevas y experiencias nuevas". Es por eso que ha querido rendir un especial homenaje a la figura de Vázquez Montalbán. Además, ha hecho una reflexión sobre la cocina catalana: "Hemos conquistado el mundo, con una cocina moderna, innovadora... Hemos conseguido mucho, pero tenemos mucho a hacer". Y como asignatura pendiente, ha remarcado que "tenemos que ver como aprovechar nuestras raíces y proyectarnos hacia el futuro".

El gastrónomo más negro

Manuel Vázquez Montalbán (Barcelona, 1939 - Bangkok, 2003) fue un escritor, periodista y activista que obtuvo numerosos galardones locales e internacionales. Su mayor aportación a la gastronomía llegó, sobre todo, a través de su personaje Pepe Carvalho, un detective privado hedonista que protagonizó 24 de las novelas negras de Montalbán, entre las cuales las más clásicas, como Los pájaros de Bangkok, Tatuaje, Asesinato en el Comité Central o Los mares del Sur. Algunas de estas obras, incluso serían llevadas al cine, lo que haría todavía a Carvalho más popular. Sin embargo, además, Montalbán se dedicó también a la literatura puramente gastronómica, con títulos como El arte de comida en Catalunya, La Boqueria: la catedral de los sentidos o Mis recetas de cocina catalana...