Los universitarios que lo deseen podrán estudiar en un proyecto integrado que los llevará por 5 países europeos, de tal forma que recibirán una formación integrada y plurilingüe, si cuaja un proyecto que está impulsando la UB con otras cuatro universidades europeas. "Queremos que un estudiante, durante su carrera, pase por diferentes campus, y que lo haga de la forma más fácil, sin las dificultades legales y administrativas que hay ahora", ha explicado el rector de la UB, Joan Elias. "No se trata de un Erasmus adelantado, se trata de otra cosa", argumenta el rector (más tarde se indicará que los alumnos de este proyecto pasarán por un proyecto curricular integrado y que habrá una profunda renovación pedagógica). Pero hoy por hoy la Charm University todavía no tiene entidad legal. En realidad, si el proyecto es avalado por la Unión Europea, podría entrar en funcionamiento pronto, aunque las fechas no están claras. Los alumnos se matricularán en principio en una universidad pero dentro del proyecto europeo, el que garantizaría su movilidad por todos los centros adscritos.

La integración europea desde las universidades

Cinco importantes universidades europeas, el Trinity College de Dublín, la Universidad de Montpellier, la Universidad de Utrecht, la Universidad Loránd Eötvös de Budapest y la Universitat de Barcelona han decidido unirse con el fin de crear una universidad europea. Y han firmado el acuerdo fundacional hoy, en el rectorado de la UB, en la barcelonesa plaza de la Universidad. Responden así a las consignas de la Unión Europea, que aboga por la creación de universidades europeas y que ha impulsado una convocatoria específica destinada a crear redes universitarias continentales, las llamadas universidades europeas, con 30 millones de euros de financiación, de la que estos cinco centros esperan beneficiarse. La candidatura se presentará ante las instituciones europeas en febrero y se fallará a finales del próximo curso. Los 5 centros implicados en el proyecto saben que es difícil obtener financiación: se calcula que del centenar de proyectos que se presentarán tan sólo media docena podrán recibir los fondos europeos. Pero los 5 solicitantes de este proyecto presumen de ser 5 universidades potentes y antiguas, pero muy diferentes: del Este y del Oeste, y del Norte y el Sur del continente. Creen que la UE apostará por su proyecto pese a las dificultades derivadas de un número tan alto de candidatos. A pesar de todo, las cinco universidades se han comprometido a seguir trabajando si no tienen apoyo para postular al proyecto europeo el año próximo. Están convencidos de que el futuro está en la integración.

Una alianza temática

Este proyecto universitario tiene como objetivo prioritario, según el rector de la Universitat de Barcelona, Joan Elias, "reconciliar a la humanidad con el Planeta" y tendrá como eje central la sostenibilidad y la discusión sobre los Objetivos del Milenio. Ha añadido que será muy sensible a la diversidad lingüística, incluso hacia las lenguas menos mayoritarias. En el fondo, tal como ha reconocido Elias, esta iniciativa tiene una doble vertiente: más allá del proyecto académico, de modernización e integración de las universidades, cuenta también con un objetivo político: impulsar el sentimiento de ciudadanía europea. "Diseñamos ideas originales, proyectos locos, sobre cómo tiene que ser la universidad del futuro" apunta Joan Elias, rector de la UB. "Hacemos lo que nos piden las instituciones europeas, ser creativos, explica Patrick Caron.

Incógnitas sobre la financiación final

Uno de los grandes problemas de los proyectos de movilidad es la financiación. De hecho, el programa Erasmus, el mayor programa de movilidad estudiantil, ofrece unas becas extremadamente bajs, lo que hace que buena parte de la estancia de los alumnos en el extranjero vaya a cargo de ellos mismos o de sus familias (lo que implica que los alumnos más pobres quedan excluidos de estas iniciativas financiadas con dinero público). Si entra en funcionamiento la alianza Charm, parece ser que la Unión Europea financiaría la movilidad de los estudiantes (no se ha aclarado en qué medida) en los primeros años, pero habría que estudiar "como dotar de sostenibilidad al proyecto". Más allá de la mejora académica que puede suponer este proyecto y de la consolidación del sentimiento europeísta, no está claro el funcionamiento de la alianza desde un punto de vista de la universidad pública.