La ruta de hoy saldrá de Sant Celoni y nos llevará por el Montseny, mediante un recorrido con coche y una subida a pie hasta la cumbre del Turó de l'Home. Una posibilidad de disfrutar de una montaña fácil, accesible a todos, y a poca distancia de la ciudad.

Iglesia de La Batllòria. Fotografía: Lo Bandit.

Madrugar vale la pena

Hay quien dice que en el restaurante Antic Estanc, en La Batllòria, junto a Sant Celoni, se sirven los mejores desayunos de Catalunya. Una afirmación arriesgada, pero no falta de fundamento. En el Antic Estanc se puede disfrutar de la mejor cocina tradicional: ternera con setas, cordero a la brasa con alioli... Pero, sobre todo, son unos artistas a la hora de cocinar tripería: callos, y, sobre todo, "sang i perdiu": las partes interiores del cabrito guisadas con sangre y con una fantástica "picada". Sin ninguna concesión al diseño y a la modernidad, en la Batllòria podemos viajar a los orígenes de la mejor cocina catalana.

Pantano de Santa Fe. Fotografía: XPN / Diputació de Barcelona.

Santa Fe, inicio obligado de ruta

Santa Fe es una ermita románica que se ha convertido en una parada habitual en las salidas por el Montseny. Allí también hay un gran hotel, de 1910, que fue encargado por el editor Ramon Montaner, de la editorial Montaner y Simón. Como no había luz en la zona, se hizo construir un estanque artificial para suministrar electricidad al hotel. Este pequeño embalse se integra perfectamente en el paisaje y convierte Santa Fe en un sitio muy acogedor. El Hostal Restaurante Santa Fe sigue siendo un referente de la zona, y junto a él encontramos Can Casades, el Centro de Interpretación del Parque Natural del Montseny, situado en una vieja casa de veraneo modernista. Allí nos pueden facilitar información sobre las actividades que se pueden hacer en el parque. Tiene unas mesas de picnic donde podemos hacer un descanso. Vale la pena, en los jardines de Can Casades, observar tres secoyas gigantes.

Vista de los Pirineos desde el Turó de l'Home. Fotografía: Mtpla. Wikipedia.

Turó de l'Home: la ruta sencilla

Una ruta corta y muy simple para conocer el Montseny y disfrutar de la montaña es la que sube hasta la cima del Turó de l'Home. Dejamos el coche en el aparcamiento de la Font de Passavets, en la carretera BV-5114. Desde la Font de Passavets cogemos el sendero PR-C-208, señalado con marcas blancas y amarillas, que nos llevará hasta la cumbre del Turó de l'Home con una ascensión no muy fuerte. Es una hora y cuarto de camino fácil que pasa básicamente entre hayedos; también circularemos entre abetos, los más meridionales de Europa. El Turó del Home es la cima más elevada del Montseny; desde allí disfrutaremos, si tenemos suerte, de unas grandes vistas sobre el Pirineo (aunque es muy frecuente que esté rodeado de niebla). Del Turó de l'Home nos dirigimos hacia la Font del Briançó por el mismo sendero PR-C-208. Desde allí, por un sendero muy bien señalizado, podemos retornar al aparcamiento de la Fuente de Passavets. Por el recorrido encontraremos alguno de los antiguos pozos de hielo donde, antes de la aparición de la refrigeración eléctrica, se guardaba la nieve del invierno para conservar alimentos.

Turó de l'Home, y más lejos

Si estamos más en forma, podemos hacer una ruta andando más larga, pero esta no está tan bien señalizada y se necesitan algunos conocimiento de montaña. Después de llegar al Turó de l'Home, en lugar de continuar hacia la Font del Briançó, nos dirigiremos por los collados de Sebasses y Sacarbassa hacia las Agudes. Bajaremos por una pedrera hacia el Puig, y de aquí hasta Sant Marçal. Pasaremos por la Font Bona, donde nace el río Tordera, el principal curso de agua del macizo. Tardaremos en torno a una hora y media. Podemos retornar por el mismo camino, o por la carretera.

Alternativas

El Montseny tiene un montón de sitios agradables para completar nuestra ruta. Una de las posibilidades es visitar el Museu Etnològic del Montseny, La Gabella. Está situado en pleno centro de Arbúcies, en un edificio del siglo XVII, y muestra informaciones sobre el entorno, pero también sobre las poblaciones que lo han habitado y sus formas de vida. Uno de los pueblos más bonitos de la zona es Viladrau, que tiene un centro muy arreglado. Desde allí podemos subir hasta el monasterio abandonado de Sant Segimon, justo en medio del macizo del Montseny. Y si tomamos la carretera BV-5301, que va de Seva a Sant Celoni, nos podemos detener en Sant Martí del Brull, una bonita iglesia románica, aunque fue muy reformada en el siglo XVIII.

Sant Segimon, en las estribaciones del Montseny. Toni Pérez Padilla.