Una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, contra el Ayuntamiento de Vilanova i la Geltrú, por la celebración del festival Nowa Reggae, puede complicar la celebración de festivales musicales. El Nowa Reggae se celebraba anualmente en el Molí de Mar, un equipamiento de propiedad municipal situado cerca del mar. La resolución judicial parte de la iniciativa de una docena de vecinos, entre ellos Miguel Itúriz y su esposa, propietarios de la Ermita de Sant Cristòfor, que habían denunciado repetidamente los espectáculos musicales programados por el Ayuntamiento, alegando que no les dejaba dormir (las mediciones acústicas llegaban a los 85 decibelios). El pleito ha durado muchos años y algunos vecinos han abandonado el proceso judicial. Ahora, finalmente, han obtenido una sentencia favorable: se obliga en el Ayuntamiento a pagar 3.000 euros al matrimonio que interpuso recurso contra las primeras sentencias, y además, ha anulado la licencia del festival, al comprobarse que el nivel acústico superaba de mucho aquello que se había permitido.

Jurisprudencia

Uno de los puntos claves de la sentencia es que establece que la licencia del Ayuntamiento no es válida, porque se otorgó a los conciertos del Nowa Reggae un permiso para sobrepasar los límites acústicos habituales, alegando que era un acontecimiento excepcional. El Tribunal razona que un festival anual no es excepcional. De esta forma, se podría aplicar esta sentencia a muchos festivales que se celebran en el territorio con licencias similares. El Ayuntamiento podría volver a autorizar el festival, pero podría ser condenado de nuevo, todavía con más severidad, si se sobrepasaran los niveles acústicos autorizados.

Reacciones

Algunos grupos de jóvenes de Vilanova se han sentido muy ofendidos por esta sentencia, y han convocado una manifestación el sábado, en la plaza de la Vila, bajo el lema "No hacemos ruido, hacemos cultura". La Asociación Profesional de Representantes, Promotores y Mánagers de Catalunya han emitido un comunicado en qué se muestran preocupados por la continuidad de la celebración de muchos festivales en Catalunya. Consideran que otros vecinos podrían formular denuncias y obtener sentencias favorables. El conflicto queda abierto, sobre todo por la falta de espacios abiertos y aislados idóneos para organizar conciertos y festivales, y para hacer accesible la música al gran público.