Los norteamericanos The Offspring descargarán todo su arsenal punk rock en el recinto del Olímpic Arena de Badalona el próximo sábado 27 de septiembre —la noche antes, en el madrileño palacio de Vistalegre—. La banda liderada por Dexter Holland presentará Supercharged (2024), un undécimo disco que supone una vuelta al sonido contundente de sus inicios, pero no faltarán esos hits ultrapegadizos con los que asaltaron las radiofórmulas y las listas de ventas a mediados de los noventa. A continuación, un repaso a los momentos clave de la trayectoria de la banda californiana (y unas cuantas curiosidades).

Tres estudiantes y un conserje

Cuando empezaron a mediados de los ochenta bajo el nombre de Manic Subsidal —el nombre The Offspring llegaría en 1986— apenas sabían tocar cuatro acordes y vivir de la música no entraba en sus planes. Los fundadores de la banda, que sufrió varias entradas y salidas durante los primeros meses, fueron el cantante y guitarrista Dexter Holland —nacido Bryan Keith— y el bajista Greg Kriesel, más conocido como Greg K. Completaron la primera formación estable un batería más joven si cabe llamado Ron Welty, que entró en la banda con apenas 16 años, y Kevin Noodles Wasserman. Este último, curiosamente, era el conserje del instituto en el que estudiaban sus compañeros, el Pacific High School; llamaba la atención por su larga melena y unas aparatosas lentes que corregían su alta miopía. Esta curiosa pandilla solo pensaba en emular a sus vecinos Social Distortion y T.S.O.L.; como mucho aspiraban a llenar alguna sala mítica de la costa californiana como el Hollywood Paladium, con capacidad para unas 4.000 personas. Con todo, durante años debieron conformarse con reunir a una veintena de amigos en garitos de poca monta.

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The Offspring, iconos del punk, devuelven dema en Barcelona

La cinta que llegó a BCore y su paso por Barcelona

Los inicios de la banda no fueron muy prometedores, pero ellos siguieron erre que erre y llamaron la atención de un pequeño sello independiente de escaso recorrido llamado Nemesis. Con ellos publicaron su primera referencia, un homónimo tan irregular como prescindible, en 1989. Con todo, la publicación de ese trabajo les introdujo en la efervescente escena punk rock californiana y se ganaron la confianza de Brett Gurewitz, guitarrista de los respetados Bad Religion y también productor y propietario del sello independiente Epitaph. Él supo ver el potencial en la banda de estos cuatro chavales de Huntington Beach y se ofreció a publicar su segundo largo, Ignition, lanzado en 1992. 

Cuenta la leyenda que estuvieron a punto de fichar por sello decano del punk y hardcore catalán, pero no es cierto

Solo un año después pasaron por la desaparecida sala Garatge de Barcelona. Acompañaban a una banda mucho más hecha como NOFX, una de las bandas franquicias de Epitaph, entonces con cuatro discos a sus espaldas; y también compartieron escenario con los locales 24 Ideas, donde militaba Jordi Llansamà, responsable del sello independiente BCore. Y cuenta la leyenda que estuvieron a punto de fichar por esta disquera catalana, pero no es cierto. “Me enviaron una pre-demo del primer disco, el homónimo, supongo que buscando una edición para España o Europa. Debo tener esa cinta por casa… Pero no me gustó, me pareció una banda más, del montón; no me excitó en absoluto”, explica Llansamà a Revers, desmintiendo en parte esa historia. Lo más curioso es que The Offspring dejaron de ejercer de teloneros y empezaron a encabezar largas giras solo un año después con la publicación de su tercer disco, Smash, el disco más vendido de la historia en un sello independiente.

El éxito de Smash y acusaciones de plagio

El 1994 fue un muy buen año para el sello Epitaph y para el punk rock en general. En este mismo ejercicio vieron la luz discos ahora incunables del género como Punk in Drublic de NOFX, Unknown Road de Pennywise, Stranger than Fiction de Bad Religion, Dookie de Green Day y, claro, Smash de The Offspring. Todos estos discos, con sus respectivos videoclips de presentación, se colaron en millones de hogares a través de las emisoras de radio y la cadena MTV. A mediados de los noventa, recordamos, internet, plataformas de streaming y redes sociales todavía eran ciencia ficción.

Sus admirados Agent Orange les denunciaron por copiarles un solo de guitarra basado en una escala arábiga

Sea como sea, con Come Out and Play, una canción sobre bandas y violencia en las escuelas, The Offspring consiguieron llegar al número uno de la lista rock del Billboard, un éxito contra todo pronóstico para todo el mundo, incluida la misma banda. El éxito, sin embargo, no estuvo exento de polémica: los veteranos Agent Orange los acusaron de plagiar el solo de guitarra de su Bloodstains. Finalmente, aquella demanda fue desestimada porque las dos piezas se basan en una escala árabe similar, pero los peritos encargados del caso entendieron que no era la misma. Para enterrar el asunto y ayudar a sus colegas, unos años después, Holland y compañía llegaron a versionar el polémico tema de los Agent Orange para pagarlos, ahora sí, con royalties.

Su salto a una multinacional

Bandas como The Offspring y las citadas anteriormente, sobre todo Green Day y Bad Religion, llevaron el rebelde punk rock al gran público. Los sonidos del underground se colaban en la fiesta del mainstream por la puerta grande. La  industria musical había cambiado mucho desde la explosión de Nirvana, la banda que rompió todos los techos de cristal con su Nevermind en 1991. Y claro, los protagonistas de este artículo recibieron ofertas muy tentadoras por parte de las discográficas multinacionales. Columbia Records se llevó el gato al agua y el enfado de Brett Gurewitz, principal valedor de la banda, fue monumental. Sea como sea, a favor de The Offspring podemos decir que no domesticaron su propuesta y entregaron a Columbia un Ixnay On The Hombre, donde lo más parecido a una concesión pop es ‘Gone Away’, un medio tiempo tan sencillo como emocionante. No puedo decir lo mismo del siguiente largo de la banda, Americana, repleto de hits festivos y superficiales como Pretty Fly For A White Guy i Why Don’t You Get A Job.

A diferencia de Green Day, The Offspring nunca tuvieron demasiado predicamento en el circuito más alternativo

Hay que decir que Green Day sufrió mucho al abandonar la independencia. Fueron vetados a la mítica 942 Gilman Street, la sala que les vio crecer, por la publicación de Dookie a través de una gran corporación, y el trío los dedicó la canción 1986 al siguiente trabajo. The Offspring, en cambio, nunca sufrieron por eso porque nunca tuvieron demasiado predicamento en el circuito underground.

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Sin mascarilla ni vacuna no tocas en The Offspring

Demandas, antivacunas y el batería fantasma

The Offspring publicó Conspiracy of One en el 2000 con cierta repercusión y perdió a su batería de siempre —después de 15 años juntos— poco antes de la grabación de Splinter, publicado en el 2003. Welty quería centrarse en otros proyectos musicales, alejado del foco. Cubrieron esta marcha en el estudio con un músico enorme como Josh Freese (entonces miembro de The Vandals y A Perfect Circle) y presentaron el disco en directo con otro fenómeno de las baquetas como Atom Willard (Rocket from the Crypt), quien cuatro años después los abandonó para tocar con Angels and Airwaves, el proyecto paralelo de Tom DeLonge de Blink 182. Lo sustituyó otro batería de garantías como Pete Parada, un músico con un historial reluciente después de su paso por Saves the Day y Face to Face, pero con quien no pudieron grabar el siguiente disco, Rise and Fall, Rage and Grace, por|para problemas contractuales. Una vez más, Freese se encargó de grabar a las baterías del disco.

Sin ser miembro de la banda, Josh Freese aparece en los créditos de varios discos publicados desde el 2003

Si por algo será recordado Parada, no es tanto por su aportación a la discografía de The Offspring, como su despido. Al parecer, cuando tocaba presentar Let the bad time roll, publicado en el pandémico 2021, Parada fue apartado de la banda por no querer vacunarse contra la Covid-19. Alegó sufrir el síndrome de Guillain-Barré y que su médico le aconsejó que no se vacunase por sus efectos secundarios, pero el resto de la banda decidió seguir adelante sin él. Parada no se quedó de brazos cruzados y formó otra banda llamada The Defiant junto a un negacionista declarado de la vacuna del covid-19 como Dicky Barrett de The Mighty Mighty Bosstones. El bajista Greg K también abandonó la disciplina de The Offspring y no por decisión propia. El cofundador de la banda, que alegó un uso indebido e incumplimiento del acuerdo sobre las derechos de la marca The Offspring, fue reemplazado por Todd Morse (conocido por sus labores en la banda neoyorquina H20) en 2019. Completa la formación actual el joven batería Brandon Pertzborn, con un historial imponente a sus 30 años (Black Flag, Suicidal Tendencies, Marilyn Manson, Limp Bizkit), si bien todavía no ha podido grabar íntegramente un álbum con la banda californiana: Freese, el baterista en la sombra, otra vez él, aparece en los créditos de 6 de las 10 canciones de Supercharged, publicado en 2024.

Científico y empresario

Dos últimas curiosidades: Dexter Holland es Doctor en Biología molecular por la Universidad del Sur de California (USC) y si algún día se cansa de la vida del rockstar podría retomar su carrera académica. Podría hacer eso o potenciar su marca Gringo Bandito, una salsa picante ideal para sazonar tacos y burritos elaborada por el propio Holland a base de jalapeños, pimientos y especies secretas. Por lo pronto, tiene una intensa gira mundial por delante hasta noviembre y ya han confirmado su presencia en algún festival del próximo verano.