El 2020 ha sido un mal año para muchas personas. Pero no para Taylor Swift. Esta semana, la cantante estadounidense ha presentado su noveno álbum de estudio, evermore, que sigue la línea de folklore, estrenado hace menos de cinco meses.

Swift, a menudo acusada de no saber abandonar los márgenes de la música puramente comercial, ha sorprendido después de haber publicado dos álbumes que han sido muy bien recibidos por la crítica, demostrando que sabe escribir y generar una atmósfera íntima gracias a su voz –de eso no teníamos dudas– y su guitarra.

Así, la cantante cierra definitivamente su etapa adolescente vinculada al country –empezó la carrera con 14 años– y también entierra su cara pop, gracias a la cual, eso sí, conseguía llenar estadios por todo el mundo. Ahora ha llegado la Swift más intimista.

Favorita en los Grammy 2021

La cantante, que el pasado mes de febrero abandonó Sony Music para fichar por Universal, aprovechó el confinamiento para dejar crecer su cara más personal, hecho que se tradució en los 17 temas de folklore.

El álbum sorprendió y maravilló a partes iguales a los fans y la crítica, motivo por el cual ha sido nominada a cinco Premios Grammy 2021, convirtiéndose junto con Beyoncé y Dua Lipa en una de las favoritas de la edición.

Cinco meses después del primer álbum del año, la estadounidense sorprende de nuevo con evermore, un disco de 15 temas –que serán 17 en la edición física 'deluxe'– que está a la altura de su predecesor. El álbum cuenta con la colaboración de Aaron Dessner (The National), Jack Antonoff, Buen Iver y William Bowery, seudónimo de su actual pareja, el actor Joe Alwyn. Mejor, imposible.