"Bona nit malparits". El 20 de febrero de 1991, con una frase que ya ha pasado a formar parte de nuestro imaginario colectivo, Gerard Quintana y el resto de miembros de Sopa de Cabra saltaban al escenario de la sala Razzmatazz para presentar su segundo trabajo de estudio, La roda (Salseta Discos, 1990). De aquella noche, y de la del día siguiente, cuando volvieron a llenar la sala del Poblenou, acabaría saliendo Ben endins (Salseta Discos, 1991). Publicado el 10 de mayo de 1991, hoy se celebra el 30 cumpleaños del disco más vendido de la historia del rock en catalán. Desbelamos los secretos del icónico álbum doble de los gerundenses, recuperando el capítulo que se le dedica en el libro Tocats de l'ala, història oral del rock català (Contra 2018).

GERARD QUINTANA (cantant de Sopa de Cabra): La roda fue el primer disco en  el que hay un repertorio hecho desde la misma banda. En el primero había muchas canciones recuperadas de proyectos anteriores de Cuco y Joan (Cardona), como "Caraduras" y "El sexo (que me hace feliz)", e incluso "L'Empordà". La roda fue el primer disco que pensamos, ideamos, creamos y parimos los cinco juntos.

CUCO LISICIC (bajista de Sopa de Cabra): Con La roda lo petamos. Conseguimos trabajar con un productor de verdad como era Marc Grau, que nos ayudó a creernos la película y nos hizo darnos cuenta que hacíamos canciones con potencial. Más allá de la parte técnica, que también, nos enseñó muchísimo sobre, digámoslo así, la vida: entender de qué iba eso del rock and roll y qué significaba e implicaba querer vivir de la música. (Marc) Nos hizo trabajar muchísimo. Podía venir un día y decirnos sin manías que todo lo que habíamos hecho el día anterior no servía para nada y lo teníamos que repetir pero de otra manera. Y así hasta que encontrábamos aquello que él buscaba y que creía que era lo mejor para la canción.

SALVADOR ESCRIBÀ (propietario de Salseta Discos): La roda fueron dos pasos adelante en el proceso de crecimiento y consolidación de Sopa de Cabra. Había grandes canciones, en aquel disco. Incluso lo fuimos a presentar en Madrid. En los ambientes rockeros españoles se empezaba a hablar de que había un grupo que en Catalunya era todo un fenómeno. Medios de comunicación de toda la península nos empezaron a pedir que les enviáramos el disco. Se podría decir que allí empezamos a gestar lo que acabó pasando un par de años después.

Sopa de Cabra - Salseta Discos

Sopa de Cabra celebran 30 años de su disco más popular, Ben endins.

JOSEP THIÓ: Un día después de un concierto se me acercó un seguidor y me dijo que lo que a él le molaba era aquello, el sonido que teníamos en directo y que no habíamos conseguido reflejar en ninguno de nuestros dos discos. Me quedé con eso en la cabeza, más todavía porque hemos sido un grupo eternamente insatisfecho con todo lo que ha hecho en el estudio.

SALVADOR ESCRIBÀ: Sólo tenían dos discos de estudio y decidieron publicar un álbum en directo. Fue un movimiento totalmente atrevido, pero ellos estaban totalmente convencidos de que funcionaría y se acabó demostrando que tenían razón.

GERARD QUINTANA: Hubo gente que nos dijo que éramos muy atrevidos por hacer un álbum en directo con sólo dos discos. Lo más bonito de la musica es que no hay reglas, y, si están, es para saltárselas. Nos decían que se tenían que tener seis o siete discos por tener un buen directo. Yo creo que eso es lo que hace falta para poder hacer un buen disco de grandes éxitos, un disco en directo es otra cosa. Una de las cosas que más nos atraía de la música de finales de los años sesenta y durante toda la década de los setenta eran los conciertos. Recuerdo nuestros primeros viajes a Londres y como flipábamos con las puestos de Camden, donde podías encontrar hileras con una infinidad de cintas de casete piratas de directos. Molaba mucho, escuchar conciertos. Daba igual si el grupo presentaba alguna novedad o no, porque aquello era otra cosa: eran las bandas en estado puro. Y eso era lo que queríamos conseguir con Ben endins: mostrar nuestra cara más descarnada y visceral, no unos grandes éxitos. Lo petamos.

SALVADOR ESCRIBÀ: En aquel momento eran la banda más popular del país. El año 1990 o 1991, si hubieran querido, habrían podido actuar cada día. Los pedían de todas partes. Programamos dos días en la sala Zeleste, la actual sala Razzmatazz, a finales del mes de febrero de 1991. Más concretamente les noches del 20 y 21 de febrer

JOSEP THIÓ: De hecho, los dos conciertos en la Zeleste en que grabamos el Ben adentro eran el final de la gira de La roda y ya estaban programados antes de que decidiéramos hacer el disco en directo.

SALVADOR ESCRIBÀ: Las entradas se agotaron casi inmediatamente. Los días de los conciertos instalamos un camión con una unidad móvil delante de la sala, desde donde se grabaron íntegramente las dos actuaciones bajo la producción de Marc Grau. Hicimos un doble disco de vinilo con tres caras con canciones de los conciertos y una cuarta con canciones nuevas de estudio.

CUCO LISICIC: Fue una buena jugada. Todavía hoy es uno de los discos más representativos de Sopa de Cabra. Éramos un puzzle casi terminado y el Ben endins nos permitió encajar aquellas pocas piezas que nos faltaban para completarlo, cosa que básicamente quería decir ser reconocidos en Barcelona como ya lo habíamos sido en el resto de Catalunya.

SALVADOR ESCRIBÀ: Aquello fue un disparate. Se vendió muchísimo. El primer día que se puso a la venta la gente hacía cola en las tiendas de discos. Con el paso de los años, se han vendido más de cien mil ejemplares. No tengo los datos exactos, pero seguro que debe ser uno de los discos más vendidos de la historia de la música catalana, sólo superado por nombres como Lluís Llach, Joan Manel Serrat y La Trinca.

JOSEP THIÓ: De la misma manera que empezamos a notar que estaba pasando alguna cosa con el grupo, era una evidencia que estaba pasando alguna cosa por todo el país con la irrupción de toda una nueva generación de bandas. Era una escena de comarcas, y eso hizo que los periodistas de Barcelona nos miraran un poco por encima del hombro. De hecho, no nos hicieron caso hasta el Sant Jordi, y después del concierto siguieron tratándonos mal. Musicalmente, las bandas éramos muy diferentes, pero había ciertas coincidencias: más o menos todos teníamos la misma edad y unas influencias similares y tenimamos una imagen pasada de moda (ríe).

GERARD QUINTANA: Al principio, por proximidad local, coincidíamos mucho con Sangtraït. Incluso en aquellos primeros años, nos llamábamos para compartir conciertos. Era todo muy familiar y había mucho colegueo. Pero a partir de 1989 y 1990, mucho antes de la puesta de largo del rock català con el concierto en el Palau Sant Jordi, se organizaban muchos pequeños festivales por toda la geografía del país donde ya coincidíamos muchas de las bandas y llenábamos campos de fútbol y pabellones, semana sí y semana también. Compartimos cartel muchas veces con Els Pets, así como con Sau, Sangtraït, Tancat per Defunció, Umpah-Pah... Sí, se estaba creando una escena.