Es de todos sabido lo que pasa cuando se intenta juntar el agua con el aceite, un ejemplo tradicional que solemos utilizar para plasmar aquellas cosas que no cuajan por mucho que lo intentemos, uniones forzadas que están predestinadas a no ser. Lo más genuino que tiene Bojos per Molière es también su propia tumba. La apuesta de TV3 por representar la fiebre teatral en la pequeña pantalla acaba desembocando en una parodia chapucera que deja el arte del teatro a la altura del betún, con escenas bastante banales e interpretaciones absolutamente sobreactuadas que le hacen un flaco favor a una idea cuyas intenciones son loables. Es la prueba latente de que utilizar los mismos mecanismos que se usarían encima de un escenario en el medio televisivo no funciona: en lugar de rendirle un homenaje a las artes escénicas, casi parece que se le diga al espectador que cualquier individuo con ínfulas de grandeza actoral es en realidad o un loco o un cínico. 

🟠 Bojos per Molière: reparto, capítulos y todos los detalles de la serie de TV3
 

En los dos anteriores episodios de la nueva serie de TV3 ya se denotaba un déficit de personalidad que corría el riesgo de acabar siendo también comido por la previsibilidad de las tramas; incluso también que podía pasar que el desarrollo de los personajes quedara en una insustancialidad abrumadora. Lo que no vimos venir es que lo que parecía su mejor arma, ese guiño a la cuna del artisteo, podría acabar siendo su peor condena. En este tercer capítulo abundan los ejemplos triviales que pretenden recrear el dramatismo en los diferentes actos de la serie y que encajarían solamente frente a un patio de butacas. Ni hay profundidad ni hay verosimilitud en algunas partes de las diferentes historias. Incluso hay algunos momentos en que lo más honesto es apartar los ojos de la pantalla para superar la vergüenza ajena. Carcajadas que no se cree nadie o cambios de humor (y de actitud corporal) sin contexto que ni cristalizan ni se entienden en el contexto de una serie televisiva. ¿Es una parodia o una imagen realista del amor por el teatro? No queda claro y es un error.

PHOTO 2022 10 22 14 31 04

Cuando uno hace un cóctel no basta con que los ingredientes por separado sean de una buena calidad, si no que hay que asegurarse que su sabor, sus componentes y sus condiciones físicas tengan altas probabilidades de convertirse en una consistencia homogénea si se ponen un mismo cuenco. Tampoco ayuda que no haya ningún trasfondo psicológico en los personajes, ni que visto ya casi el 30% de la serie no se tenga la satisfacción de estar pasando un buen rato de desconexión ni ninguna reflexión suficientemente sugestiva y seductora que llevarse a la cabeza. La mayoría de elementos de Bojos per Molière seguramente funcionan, o podrían funcionar, por separado. El problema, a mi humilde parecer de espectadora, es que cuando todo se junta, el resultado es una sopa sin sal de fácil sustitución. Y ya van tres.