Rosa dels Vents presenta Si no puc volar, la primera novela de Estel Solé, conocida hasta ahora como poeta, dramaturga y actriz. En realidad, la obra entra en diálogo con su propia obra teatral, en un gesto inmodesto de complicidad hacia su público tradicional.

Un referente claro

No hay ninguna duda de que si tuviéramos que escoger un referente conocido para todos, con el que emparentar a esta escritora, sería Helen Fielding, la autora de El diario de Bridget Jones. Como Fielding, Solé explica historias cotidianas de mujeres de su tiempo, con la idea de que todo el mundo pueda reconocer a una amiga, una vecina o una compañera de trabajo... La protagonista es una mujer imperfecta, a veces errática; una antiheroína que a veces puede hacer el ridículo, pero que tiene un gran corazón. La acompañan una serie de personajes también muy cotidianos, de tal forma que incluso es posible que el lector se identifique con alguno de ellos.

Ser mujer catalana

Un libro de este tipo no podía dejar de tocar los complejas y problemas de la mujer moderna: la búsqueda de pareja, la insatisfacción con su propio cuerpo, el machismo, la incomprensión materna... Pero Solé aborda además uno de los problemas más extendidos pero menos novelados, quizás por pudor: la frustración por no acceder a la maternidad. Solé escribe desde Catalunya, el país de Europa donde hay más diferencia entre los hijos que desean las mujeres y los que finalmente tienen. La protagonista de Si no puc volar es, como tantas catalanas, una mujer que quiere tener un hijo pero que no consigue tenerlo. La tremenda frustración que le produce este hecho es el eje central de la trama de la novela.

Malos tiempos para la música

Frente a la mayoría de novelas de este tipo, que reflejan personajes de clase media, uno de los aciertos de Solé es hablar de una mujer en tiempo de crisis, no sólo personal, sino también económica. La protagonista, como tantos catalanes, tiene que renunciar a tener una vivienda propia y se ve obligada a acabar compartiendo casa con su abuelo. Y no encuentra trabajo con su licenciatura y acaba trabajando por horas paseando perros de gente de los barrios altos. Aunque toda la obra tiene el tono de una gran broma, no deja de reflejar, y denunciar, los problemas del país.

Estel Solé. Fotografía: @ Lita Bosch.

Con parámetros internacionales

Solé adapta un tipo de novela que triunfa en el mundo: obras para mujeres que reflejan los problemas cotidianos de mujeres profesionales, sin pareja y de cierta edad. Textos protagonizados por mujeres que no acaban de encontrar su lugar en el mundo y que tienen una inevitable relación conflictiva con hombres inmaduros e irresponsables. E, inevitablemente, presentan un conflicto entre amor y amistad. Obras con un punto de sexo, un poco de romanticismo y una cierta dosis de victimismo, que fluctúan entre visiones, terriblemente modernas, y tics tremendamente clásicos, casi reaccionarios. Unas obras que tienen un público fiel, que devora las traducciones de obras extranjeras y que ya era hora que pudiera encontrar su género favorito en producción local.

Aquello que es

Si no puc volar es una obra que toca un tema interesante, de forma inteligente. Pero también tiene todos los problemas derivados de su género: un abuso de los tópicos, unas salidas excesivamente fáciles y un inevitable final feliz que desarticula toda la acidez que había tenido la trama. La novela de Solé sobresale dentro de los parámetros de este tipo de obras.