El Salón del Cómic llega a la suya 37 edición. Se celebrará, como de costumbre, en la Fira de Montjuïc, pero concentrará sus actividades en sólo 3 días (del 5 al 7 de abril), frente a los 4 de años anteriores. Un encuentro en que el cómic local ha mostrado su vitalidad, con nuevos álbumes y con unos autores cada vez más reconocidos a nivel internacional. Ahora bien, sus cómics| todavía están, a nivel de ventas (y de popularidad), a años luz de los mangas japoneses o de los superhéroes americanos. El éxito de la pequeña exposición dedicada a Stan Lee, y las largas colas en los stands donde se venden este tipo de cómics, son una muestra de que su dominio sobre el mercado está lejos de haberse acabado. Pero quizás el factor más destacado del Salón de este año ha sido la relevancia que va tomando el cómic femenino, pero también las lectoras de cómic.
El cartel del Salón del Cómic 2019
Chicas al Salón
El mundo del cómic había sido tradicional un mundo macho. Buena parte de los cómics eran escritos por hombres y estaban destinados a un público femenino. Las mujeres eran omnipresentes, pero habitualmente les estaba reservado el triste papel de receptáculo del deseo masculino. En los últimos tiempos las cosas han cambiado sensiblemente. Las escolares que llegaban hoy al Salón estaban tan ilusionadas como sus compañeros de clase. El Salón está presidido por una mujer, Meritxell Puig. En las mesas donde se muestran los álbumes más populares, no faltan las autoras, e incluso se multiplican las historias en clave femenina, pensadas básicamente para un público femenino. El abanico es sorprendente: hay historias de superhéroes femeninas (y no sólo La vida de la Capitana Marvel, de Panini), triunfa el cómic irónico sobre la feminidad (como las historias de Lola Vendetta, Idiotizadas. Una historia de empoderhadas o las Machistadas de Rocio Vidal), hay novelas gráficas sobre personajes históricos femeninos... El año pasado una mujer, Laura Pérez Vernetti, ganó el Gran Premio del Salón. Por eso este año se ha organizado una exposición con 50 de sus originales. Por otra parte, el año pasado Ana Penyas ganó el premio al autor revelación con la obra Estamos todas bien, y también se ha hecho una exposición sobre este álbum. Y el álbum de este año ha sido hecho por una mujer, Ana Galvañ, y sólo muestra personajes femeninos.
Invitados de lujo
Entre los invitados hay, también, algunas mujeres que han tenido muy de peso en el mundo del cómic, como Barbara Yelin (la autora de Irmina) o la guionista Devin Gravyson (que ha creado alguna historia de Batman)... Pero sin duda el más relevante de los autores invitados será el mítico Milo Manara, el rey del cómic erótico. También estarán en Barcelona Daniel Clowes (el creador de Paciencia), Igor Kordey (autor de los álbumes del Marshall Bass, el primer sheriff negro norteamericano), Lee Bermejo (de DC Comics)...
Del más vendido al más ignorado
Uno de los grandes placeres del Salón del Cómic se poder encontrar, juntos, los grandes editores de cómic de todas las categorías. No faltan los grandes, Norma, o Marvel, pero también hay prestigiosos editores que no tienen tanta salida (desde de Astiberri hasta Diábolo, pasando por Dibbuks). Pero además, en el Salón se pueden encontrar obras que generalmente están fuera del mercado: fanzines, autoediciones, publicaciones de editoriales minúsculas... Los puestos más discretos a veces son los más satisfactorios, justamente porque ofrecen los materiales más desconocidos.
Se refuerza el cómic local
El cómic catalán y español pasa por un buen momento. Los dibujantes locales son requeridos por todo el mundo, pero sobre todo en Francia. Cada vez se difunde más la novela gráfica, y nuevos públicos optan por el cómic. Este género se ha aceptado completamente como literatura... El boom del cómic local va asociado a un ascenso de la novela gráfica de tema histórico, que llega con mucho impulso, con un alto número de libros centrados en la guerra civil. Hay historias pensadas directamente para el cómic, como una obra de Marvel, El Lobezno en la guerra civil española. No faltan las novelas transformadas en novela gráfica, como el Soldados de Salamina, de Javier Cercas, con ilustraciones de José Pablo García. También hay adaptaciones al cómic de obras de ensayo, como La muerte de Guernica, de Paul Preston (ilustrada por José Pablo García) o la Vida y muerte de Federico García Lorca, de Ian Gibson (adaptada por Quique Palomo). También han aparecido obras en cómic de temas que recientemente han estado de actualidad, como la Brigada Lincoln (los norteamericanos que lucharon con la República) o la vida de Francesc Boix (el fotógrafo de Mauthausen, testigo de cargo en el juicio de Nuremberg).
Retorno a la nostalgia
En el Salón del Cómic también se puede ver un cierto revival del cómic local producido durante el franquismo. Random House Mondadori ha vuelto a reeditar algunas obras claves del sello Bruguera (muchos Mortadelo y Filemón, dos de los álbumes largos de Zipi y Zape, varios títulos de Superlópez...). Se vuelven a vender las Nuevas hazañas bélicas, una revisión de los viejos cómicos bélicos franquistas con guiones de Hernán Migoya. Curiosamente, los Zipi y Zape se reeditan sólo en castellano, como si los tiempos no hubieran cambiado. Y es que el mercado editorial sigue excluyendo de forma casi sistemática el catalán. Sólo hay algunas excepciones puntuales, como El Noi, la biografía de Salvador Seguí hecha por Juste de Nin), o el Mandela i el general, de John Carlin y Oriol Malet.