"El trono no se defiende a besos, se defiende a ostias", dice Paco El Cóndor en el arranque de Reyes de la Noche. Se hará realidad cinco capítulos después, en una final de Copa y ante la mirada campechana del mismo Juan Carlos I, en una las escenas más alocadas de la serie de seis capítulos de media hora que este viernes ha estrenado Movistar+. Reyes de la Noche funcionará de maravilla, sí, como desde hace generaciones funciona de maravilla el vino en cartones con que se hacen los kalimotxos. Eso sí, nadie piensa que toma una copa cuando bebe esa mezcla, sino en coger el punto antes de la fiesta de forma económica, fácil y eficiente.

El argumento de la serie, firmada por Adolfo Valor y Cristóbal Garrido, cuelga de la larga guerra implacable entre José María García, aka "Butanito", y José Ramón de la Morena, conductores de los programas deportivos nocturnos —noctámbulos, mejor— de la difunta Antena 3 Radio y de la SER a principios de los años 90 del siglo pasado. Fue la época en que la radio deportiva se hizo grande, influyente y noticiosa, y los guionistas de la serie sólo presentan ese momento como el decorado de fondo de una mala parodia. Lástima.

Reyes de la Noche 3 (Movistar+)

Jota Montes (Miki Esparbé) y Paco El Cóndor (Javier Gutiérrez) se las tienen

Españolada contemporánea de baja graduación

A los que no sepan nada de García ni de De la Morena, no les dolerá esta españolada contemporánea de baja graduación que retrata el duelo de western decadente entre Paco El Cóndor (Javier Gutiérrez, alter ego de García) y Jota Montes (Miki Esparbé, figura de De la Morena), que combaten a muerte por el liderazgo entre el humo de mil cigarrillos y copas de coñac matarratas. El Cóndor, que ve amenazado su trono por Jota, el discípulo traidor, trata de pararlo poniendo en juego todas las marranadas posibles más allá de la vergüenza y al límite del código penal. Lo pagará muy caro, personal y profesionalmente.

Reyes de la Noche pega más con quienes hayan vivido aquella conflagración de las ondas —media España estaba pendiente a diario, con el transistor colgado de la oreja. Les dará vergüencilla recordar que eran parte de la audiencia, un poco como a los romanos después de asistir al circo donde los leones se zampaban a los cristianos. Pero también les dará tema de conversación retro, como en otros tiempos se la daban las arbitrariedades de la mili. Si no sabes qué quiere decir mili, no leas más, pero si añoras de la tabarra camp sobre el servicio militar, esta es tu serie. ¿No te dejan hablar de las excentricidades del oficial xusquero o de las timbas en la sala de banderas? Reyes de la Noche te da la excusa para iniciar una conversa sucedánea sin que nadie te mande a freír espárragos.

Reyes de la Noche 2 (Movistar+)

Marga Laforet (Itsaso Arana) y Jota Montes (Miki Esparbé), amor imposible

Cómo ha progresado el país

Para los boomers —y para todo el mundo—, Reyes de la Noche sirve para darse cuenta de que el país ha prosperado en estilo, por comparación (vocabulario y vestuario son noventeros pero horteras) y la salud (todo el mundo fuma y bebe mucho y duerme poco). No en otras cosas. Cuándo Onda España se plantea relevar el programa deportivo de Jota por el de llamadas de madrugada de Marga Laforet, el director general confiesa que "estaría loco si la mejor franja se la doy a una tía", mientras que El Cóndor se ríe de la idea de entregar el mejor horario "a un chocho". Al inicio de la serie, El Cóndor hace saber a su equipo que se marcharán a la emisora "que más nos respete" y acto seguido acepta la oferta económicamente más jugosa. Pasa lo mismo con el estilo cipotudo de hacer periodismo, que ha saltado de los gacetilleros de la radio deportiva a tantos columnistas y tertulianos de diarios, radios y televisiones.

Los secundarios tienen gracia. Ricky Belafonte, la estrella de Radio Nueve, que representa que es la COPE, además de la alusión surrealista al cantante, es un locutor ceremonioso con traje de tres piezas de día que de noche se suelta como folclórico que canta coplas a los jóvenes de un local de ambiente. El hijo de El Cóndor es un adolescente malcriado por su madre, sensible y flojito, alto y melenudo, todo lo contrario que su padre, calvo y bajito que todo lo hace a gritos y "echándole cojones", sea hacer chantaje a un ministro o sobornando a las fuentes del rival. Bermúdez es una caricatura de Luis Aragonés y Carmona una de Kiko Narváez. Jesús Gil sale tal cual, sin alusiones.

Lástima que queden en borrador. Como la misma serie, que promete mucho y entrega poco. Va de más a menos, como el Barça de este final de Liga. Representa muy bien este decrescendo Marga Laforet, personaje que debía hacer de contrapunto emocional a los dos protagonistas y que queda desdibujado entre dos perfiles aguados y simultáneos de chica imposible de Jota Montes y su rival dentro de la radio. Eso, que si te gusta el kalimotxo, Reyes de la Noche es tu serie. Pero si lo que te gusta son las copas, piénsatelo dos veces.