A mediados del siglo XIX, el gobierno británico comisiona al oficial Sir James Brooke para que acabe con los piratas que asolan las costas de Malasia. Pero este va más allá: no sólo cumple con su objetivo, sino que se convertirá en el rajá del Reino de Sarawak, convirtiéndose en todo un peligro para aquellos a quienes tenía que servir. Si os suena lo que leéis, es que habéis visto la mítica Apocalypse Now. Y es que esta es la historia real que inspiró la obra cúspide de Francis Ford Coppola, un crudo retrato de la guerra del Vietnam que ha pasado a la historia por la brutalidad de su realismo.

Hoy se estrena El rey del fin del mundo, una historia de aventuras épica escrita por Rob Allyn, dirigida por Michael Haussman y protagonizada por Jonathan Rhys Meyers (Brooke) y Dominic Monaghan. Una historia que bebe de otras fuentes, como por ejemplo de la novela corta de Joseph Conrad En el corazón de laso tinieblas, que aborda temas como el colonialismo, el choque de culturas, el racismo y la violencia humana; o del cuento El hombre que pudo reinar, de Rudyard Kipling, donde la mentalidad colonial puede con todo.

¿Quién fue Sir James Brooke?

Nacido el año 1803, James Brooke fue el primer rajá blanco de Sarawak, un antiguo estado asiático localizado en la isla de Borneo. Fue coronado como tal el año 1842, cuando recibió el reconocimiento del reino independiente por parte del sultanato de Brunéi, como recompensa a Brooke por ayudarlos a luchar contra la piratería y la insurgencia.

Como rajá de Sarawak, el británico reformó la administración, codificó las leyes y luchó contra la piratería. Sus acciones en Sarawak estaban claramente dirigidas tanto a expandir el Imperio Británico como a obtener beneficios de su mandato. Su nombramiento y su consecuente título de caballero demuestran que sus esfuerzos fueron aplaudidos en ambas sociedades.

El rey del fin del mundo

Reminiscencias de Coppola

Apocalypse Now (1979) no necesita muchas presentaciones, pero todo lo que sea indagar en su historia es una buena noticia para los más cinéfilos. No en vano muchos la consideran la obra bèlica por excelencia, el retrato más salvaje y animal de la guerra, una obra maestra capaz de despojar de humanidad a los seres humanos. El mejor retrato que se ha hecho del horror. El mismo Coppola dijo que la película no iba sobre la Guerra de Vietnam, sino que era Vietnam. Maravillosamente interpretada por Martin Sheen, Marlon Brando y Robert Duvall, todo el rodaje estuvo impregnado de la misma sensación inhumana: 200 días en la selva filipina, con líos políticos, tribus salvajes y actores enfermos.