Monika Zgustova publica Un revólver para salir de noche (en catalán y castellano en la editorial Galàxia Gutenberg), una novela sobre el matrimonio entre Vladimir Nabokov y Véra Slónim. La obra, muy ceñida a la historia real de la pareja, explora las complejidades de las relaciones matrimoniales y, sobre todo, del papel de la mujer en la sombra que acompaña al genio.

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Monika Zgustova. Foto: Serracm. CC 4.0.

Véra, la incansable

Véra era una mujer terriblemente capaz: hablaba varios idiomas, mucho mejor que su marido; tenía un buen criterio literario, y le hacía de correctora y de crítica; era muy eficaz y gestionaba los derechos de autor y las traducciones de las obras... Toda su vida la dedicó a facilitar la tarea de creador de Nabokov. Cuando eran jóvenes y pasaban muchas estrecheces, ella hacía mil trabajos para mantener a la familia y permitir que Vladimir escribiera sus novelas. Más adelante, cuando los ingresos de la obra de Nabokov se incrementaron, le hizo de secretaria, correctora, asistenta y consejera (e hizo pública ostentación de la riqueza que generaba su obra). Quizás es cierto que Vladimir Nabokov, muy poco dotado para las cuestiones prácticas, no hubiera sido el escritor famoso que fue sin los consejos del eficaz Véra (que, por ejemplo, le recomendó que se dedicara al escabroso tema de Lolita, porque le ofrecería fama y beneficios).

Véra, la controladora

Dicen que Véra, consciente de la atracción que sentía su marido por las jóvenes estudiantes (y de la fascinación que estas sentían por este), asistía siempre a las clases de Vladimir. No sólo repartía hojas, pasaba lista y limpiaba la pizarra, sino que también discutía los contenidos de la materia públicamente con su marido y, de paso, controlaba que no se alejara mucho de la vida familiar. Por otra parte, obligó al marido a compartir un diario donde cada día escribían, los dos, las sensaciones experimentadas aquel día. De esta forma, Véra intentaba detectar cualquier amenaza para su matrimonio. Esta estrecha vigilancia parece que fue determinante para que Nabokov acabara la relación adúltera que mantenía con Irina Yúrievna Guadanini (aunque parece ser que nunca la olvidó). Zgustova sigue punto por punto esta historia, con pocas concesiones a la ficción.

De incapacidades y de renuncias

Un revólver para salir de noche es, sobre todo, una novela sobre incapacidades y renuncias. Véra, que no es capaz de desarrollar un texto literario potente, renuncia a intentarlo y se proyecta en la carrera de su marido. De la misma manera, Nabokov renuncia con gran dolor a su amor por Irina ante la amenaza de perder la seguridad de su familia. El escritor sueña en Rusia, pero su exilio es esterilizante, y el régimen comunista se mantiene pese a sus inútiles protestas. Y Véra, que piensa que lo tiene todo atado para controlar a los hombres de su familia, a los que quiere con locura, de forma absorbente, choca con el azar cuando su hijo tiene un grave accidente y, ya adulto, se vuelve completamente dependiente de su madre. Es más, Vera con gran esfuerzo consigue retener a su marido, pero siempre sospechará que él piensa en Irina más de lo que le confiesa. Dicen que hacerse mayor es darse cuenta de las cosas que querrías hacer y ya no podrás hacer nunca. Y los Nabokov adultos no son una excepción a esto, por más exitosas que fueran sus vidas.

Vera y Vladimir Nabokov tumba|gira Gorodilova Wikipedia

La tumba de los Nabokov en Clarens (Suiza). Foto: Gorodilova.

La trampa del genio

La de Véra Nabokov es, básicamente, la historia de una mujer que se proyecta en la tarea de su marido, y que para garantizar su realización recurre a todos los métodos imaginables. Es una historia de tesón, de habilidad, de cálculo, de armonización de intereses... La trama se sustenta, básicamente, por la genialidad de Nabokov. Para Véra la excepcional capacidad de Vladimir como narrador justifica toda esta dinámica. Pero nos podríamos plantear, también, si esta proyección de Véra sobre su marido es única. ¿No será una estrategia compartida, también, por muchas mujeres que se han casado con abogados, ingenieros, tenderos, capataces o peones? ¿Puede darse esta dinámica en parejas, aunque los hombres no tengan en absoluto la genialidad de Nabokov? Sin duda, mujeres como Véra, en este sentido, hay muchas, en su mayoría anónimas amas de casa. Un revólver para salir de noche es, quizás, más que la historia de una pareja excepcional, la historia de una mujer como muchas otras, que en un momento u otro de la historia han tenido que poner su futuro en manos de un hombre, pero al mismo tiempo, han intentado controlarlo por todos los medios posibles.