Hoy haré un esfuerzo y no hablaré ni de Vox ni del PP. Hablaré de la responsabilidad lingüística individual y colectiva porque la lengua es mucho más que un simple medio de comunicación. Porque la lengua, señoras y señores, es el elemento fundamental de nuestra identidad cultural y es también lo que nos permite expresar nuestra identidad como seres humanos. ¡Qué se dice pronto!

La lengua es el elemento fundamental de nuestra identidad cultural y es también lo que nos permite expresar nuestra identidad como seres humanos

Muchas lenguas se encuentran en peligro de extinción, no sé si entre todos juntos estamos al tanto, pero estas son las consecuencias del mundo globalizado e interconectado que nos hemos ido haciendo a medida desde hace tantos años. Es por eso que ahora, más que nunca, tenemos que reflexionar sobre la responsabilidad que tenemos como hablantes y defensores de las lenguas, especialmente sobre la responsabilidad de preservar, promover y proteger la diversidad lingüística (en general) y sobre la supervivencia del catalán (en particular). Ahora más que nunca, básicamente porque ahora todavía estamos a tiempo.

Ahora, más que nunca, tenemos que reflexionar sobre la responsabilidad que tenemos como hablantes y defensores de las lenguas

La diversidad lingüística es fundamental y nos enriquece como sociedad. De saberlo, lo sabemos, porque lo sabemos, pero nos olvidamos. ¡Por cierto!, cuando una lengua desaparece es porque sus hablantes también han desaparecido. Y, con la desaparición de los hablantes, también desaparecen los conocimientos ancestrales y las perspectivas únicas que estos hablantes aportaban al mundo. Y esta reflexión, a mí hace días que me preocupa mucho.

Con la desaparición de los hablantes, también desaparecen los conocimientos ancestrales y las perspectivas únicas que estos hablantes aportaban al mundo

Dejad que explique y recalque que todos tenemos esta responsabilidad individual hacia nuestra propia lengua. (Hay gente que se salta las propias responsabilidades o que no sabe ni que las tiene, pero este es otro tema.) La cosa es que tener esta responsabilidad implica tener que mantener y enriquecer nuestro propio conocimiento lingüístico, sea utilizando la lengua, promoviéndola o bien preservando y reivindicando la existencia. También significa transmitir nuestra lengua a las generaciones futuras, ya que el aprendizaje y la enseñanza son fundamentales para la supervivencia de una lengua.

También es crucial promover la traducción y la accesibilidad de contenidos en varias lenguas para asegurar que todo el mundo tenga acceso a la información y a la cultura en su propio idioma

Con respecto a la responsabilidad colectiva... Esta cuestión es la que veo más metida. Somos egoístas y nos cuesta entender que "todo eso de la lengua" también nos apela, también nos toca, también es "cosa nuestra" y que "todo eso del País Valencià" también es, en realidad, todo eso nuestro. Porque entenderlo implica reconocer, respetar y valorar todas las lenguas como igualmente importantes y válidas y, a menudo, como catalanohablantes, somos los primeros que creemos que la nuestra es una lengua de segunda. Sobre la responsabilidad colectiva también tengo que hacer referencia a las instituciones educativas, a los gobiernos y a las organizaciones que tienen que velar por promover y proteger las lenguas mediante políticas inclusivas y apoyo financiero. Porque también es crucial promover la traducción y la accesibilidad de contenidos en varias lenguas para asegurar que todo el mundo tenga acceso a la información y a la cultura en su propio idioma.

Preservar la lengua no es un acto de justicia. No es un acto político. Es un acto de preservación de la identidad

Así pues, todos, absolutamente todos, tenemos un papel esencial en esta tarea, sea como hablantes individuales o como aparte de una sociedad y, por lo tanto, de un colectivo. Preservar la lengua no es un acto de justicia. No es un acto político. Es un acto de preservación de la identidad y, justamente por eso mismo, la atacan y nos quieren hacer renunciar. Por lo tanto, y ya para acabar, solo me queda apelar también al egoísmo más extremo: luchemos por el catalán, aunque sea pensando solo en nosotros y en nuestra propia existencia.