Aunque no se parece en nada al personaje descrito por Lee Child en sus novelas, Tom Cruise consiguió llevar a Jack Reacher a su carismático terreno en una magnífica película de Christopher McQuarrie en que se captaba a la perfección el espíritu del texto. Pero una mediocre segunda entrega dilapidó su futuro cinematográfico, y por eso no dejaba de ser una buena noticia que Amazon anunciara su intención de recuperar al personaje en forma de serie. Una vez vista, se constata que la decisión era acertadísima.

Reacher no sólo sabe capturar las singularidades de las novelas de Child, sino que es una muy buena ficción policíaca que apela a las esencias mientras da la vuelta a algunos de sus clichés. De entrada, porque el protagonista no es un héroe tradicional, porque se niega a relegar a los secundarios a un simple contrapunto (impagable la agente Roscoe Conklin, una gran Willa Fitzgerald, rebelándose sistemáticamente contra la idea de ser salvada) y porque teje una intriga sólida y adictiva sin olvidar los matices que dan dimensión humana a la historia. Reparte testosterona pero sabes en todo momento cuál es el conflicto emocional de cada personaje; te crees que Reacher es un ser casi mitológico sin de dejarte tensar con sus imprevistos. Eso es porque la serie consigue construir un mundo tangible que reconoces como propio y consigue encontrar un equilibrio entre suspense, acción, drama e incluso comedia.

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Reacher es una muy buena ficción policíaca, disponible en Amazon Prime. / Amazon Prime

Sin revelar más de la cuenta de la trama, hay un ejemplo que sirve perfectamente para explicar las virtudes de Reacher. El protagonista tiene una relación de constante estira y afloja con un policía local (Malcolm Goodwin) mientras investigan unos misteriosos asesinatos con trasfondo político. Su diferencia de criterios se manifiesta entre los métodos, en las opiniones y también en los gustos musicales, que llevan a discusión durante los trayectos en coche. Son detalles como estos los que dotan de alma esta serie, que nunca se conforma con seguir el libro de estilo del género ni menosprecia la inteligencia del espectador.

Los puñetazos resuenan y hacen daño, de la misma manera que los giros dramáticos siempre transmiten la sensación que las cosas pueden acabar muy mal

Otro elemento a destacar es su afiliación a un estilo directo y sin ambages, en que la violencia no entiende de florituras. Los puñetazos resuenan y hacen daño, de la misma manera que los giros dramáticos siempre transmiten la sensación que las cosas pueden acabar muy mal. Y finalmente mención aparte para el actor escogido para interpretar Reacher, Alan Ritchson. Suple su evidente falta de recursos interpretativos con un carisma indiscutible: empiezas la serie pensando que te costará asumirlo como cabeza de cartel (el recuerdo de Cruise tampoco ayuda) pero cuando llevas un par de episodios ya no te imaginas nadie más en la piel de Reacher. Es, en definitiva, una de aquellas series que no engaña, que te da exactamente lo que le pides y que consigue no decaer a lo largo de ocho episodios. Si acabas clamando por una segunda temporada (ya se ha anunciado que la tendrá, por cierto) es una muy buena señal.