Ramón González Ferriz es periodista y editor. Dentro de unas semanas publicará 1968. El nacimiento de un mundo nuevo (Debate), un libro donde se analizan los hechos revolucionarios vividos en aquel año en 10 países del mundo. Ha venido a Barcelona con el fin de impartir una conferencia sobre "1968 y la ruptura liberal", enmarcada en el ciclo Las bases culturales y sociales de la Europa actual. Lo ha hecho al Palau Macaya, en la Escuela Europea de Humanidades, de la Obra Social "la Caixa".
Manifestación contra la guerra de Vietnam. Foto: Frank Wolfe / Lyndon B. Johnson Library.
¿Qué pasó en 1968?
Pasaron muchas cosas y en muchos lugares diferentes. Pasaron cosas en democracias, en dictaduras... Hubo protestas fuertes en América: en EE.UU., en México y en Brasil. En Europa afectó a Francia, España, Italia, Alemania, Checoslovaquia y Polonia. Incluso hubo protestas en Japón. Lo más interesante es que hay un movimiento paralelo en lugares con realidades muy diversas.
¿Qué se reivindicaba en 1968?
Hubo un alzamiento global contra los pactos políticos y económicos salidos de la Segunda Guerra Mundial. Tras el fin del conflicto se crean unos pactos que generan paz, estabilidad y crecimiento... En este momento aparecen instituciones como el Fondo Monetario Internacional o el Banco Mundial e incluso se crea lo que será el embrión de la UE... Pero este pacto, que a la gente que había vivido la guerra le parece magnífico, a los jóvenes no les parece bien. A los jóvenes les parece que el sistema creado, en cierta forma, es una prolongación del fascismo: un sistema donde la prosperidad esconde que los individuos no son realmente libres; un sistema en que las libertades no son completas. Y ellos quieren acabar con todo eso...
La gente que hizo las revueltas del 68 ha estado muchas décadas en el poder; en el poder político, pero sobre todo en el poder cultural
¿Por qué el 1968 sigue siendo un referente mítico para nuestra sociedad?
En cierta medida, algunos de los rasgos morales y culturales decisivos de nuestra época son derivados de los años sesenta y en concreto del 68. Ahora nos parece que todo lo que sucede está marcado por la aparición de las redes, pero en los 60 se legaliza la píldora anticonceptiva, se inventa el pop, se difunde la TV... Es un periodo en que la clase media se amplía y cada vez más jóvenes van a la universidad, y eso crea un ambiente contestatario. La contracultura, que antes era muy minoritaria, se convierte en un movimiento de masas. De alguna manera, a pesar de los cambios, todavía vivimos en un mundo marcado por la cultura pop, por la liberación sexual... En nuestra cultura, la rebelión forma parte del sistema. En realidad, hay que tener en cuenta que la gente que hizo las revueltas del 68 ha estado muchas décadas en el poder; en el poder político, pero sobre todo en el poder cultural.
Sorprende el 68 español, con muchas ramificaciones catalanas, porque se parece mucho a lo que pasa en Francia
Protesta en Checoslovaquia. Foto: Municipal Archives of Trondheim.
¿En el Estado español se enteraron del 68?
¡Mucho! En mayo de 1968 Raimon canta en la Complutense. Si vemos hoy las imágenes, nos dejan parados: en el escenario hay banderas chinas y retratos del Che (que había muerto unos meses antes). Incluso se había previsto que el cantautor que cantara La Internacional, pero el problema es que Raimon no se la sabía. Sorprende el 68 español, con muchas ramificaciones catalanas, porque se parece mucho a lo que pasa en Francia. La Vanguardia hace una cobertura del mayo 68 muy diferente a la que hacen los diarios del Movimiento, se muestra mucho más abierta, mucho más receptiva. Y dentro del Estado español en 1968 hubo huelgas muy importantes, porque el PCE y Comisiones Obreras empezaban a tener un poder creciente.
¿El régimen de 1978, es heredero del de 1968?
No me había planteado nunca esta pregunta. Ahora, pensándolo, me parece que en 1968, en el mundo, no se tradujo tanto en medidas políticas concretas, como en tendencias culturales muy influyentes. En realidad, mucha gente que estuvo en el 68 acabó haciendo política. Normalmente desde los partidos de las izquierdas más tradicionales, como el PSOE, los Verdes... En Catalunya en 1970 se funda Bandera Roja, que era claramente heredera de la ideología de los sesenta, y que fue cantera de muchos líderes socialistas. No veo una línea directa entre la revolución del 68 y el régimen de 1978, pero sí una influencia cultural a través de los que tradicionalmente calificábamos de "progres", que son los que marcan la agenda cultural desde 1968. En cambio, a nivel de política institucional no veo influencia directa.
Los dirigentes de 1968 nunca fueron antisistemas de verdad
Disturbios por la muerte de Luther King. Foto: Warren K. Leffler / Library of Congress.
Algunos de los dirigentes del mayo francés se acabaron por integrar perfectamente en el sistema. ¿Qué pasó?
Yo tengo una teoría, que me han discutido mucho. Yo creo que los dirigentes de 1968 nunca fueron antisistemas de verdad, aunque ideológicamente eran trotskistas, maoístas, trotskistas, procubanos... El capitalismo moderno es una cosa muy compleja; es muy dúctil y puede aprovechar a la gente que va contra él. Hay gente que iba contra el sistema, pero que ahora son sus abanderados. Muchas cosas que hoy consideramos normales, hace 50 años eran revolucionarias. El sistema se las ha apropiado con gran facilidad. Es lo que pasó con la música, con la literatura... Pero también con la gente que pudo probar el poder. Yo no lo criticaría, creo que forma parte del ciclo vital de mucha gente. Algunos podrían decir que los antiguos líderes revolucionarios reconvertidos a posiciones menos radicales eran unos vendidos al sistema, pero yo creo que nunca estuvieron realmente fuera del sistema.
Los líderes del 68 no eran veteranos revolucionarios...
El 68 lo hace gente joven, muy joven, con un grado de ingenuidad política muy grande. Ellos lo reconocieron 40 años más tarde. Se consideraban la vanguardia de la revolución mundial. Pero improvisaban mucho: no tenían una estrategia definida... A menudo se les atribuyen lecturas que no habían hecho. Eran chavales de clase media, sin relación con el mundo obrero...... Y no lo digo para despreciarlos.
Pero en la época generaron mucho miedo...
Es como los artistas de rock: los más criticados, los que tenían unos comportamientos más extravagantes, acabaron siendo muy populares. Es un itinerario vital para mucha gente: cuando es joven es rompedora y con la edad se vuelve conservadora.
En 1968 había una fascinación global por la lucha armada
¿Pero no hubo gente realmente revolucionaria?
Sí que hubo. El 68 es mucho más que sexo, drogas y rock&roll. Hay un elemento dramático, muy violento... El gran debate de 1968 es si se pasa a la violencia o no... La mayoría de la gente acabó en el mainstream, pero hubo minorías que se dedicaron al terrorismo (las Brigadas Encarnadas, la Baader Meinhof, ETA, los Panteras Negres...)... Había una fascinación global por la lucha armada. El libro de Frantz Fanon, Los condenados de la Tierra, sobre las revueltas anticoloniales, influye mucho en ETA... En 1968 se crea un relato global, que llega a todo el mundo. El gran punto de unión es la guerra de Vietnam... La guerra de Vietnam une a gente de muchos sitios: vascos, africanos, norteamericanos...
A pesar de todos sus defectos; ¿1968 no supuso un gran progreso para los negros y otros grupos minoritarios?
Para los negros, sobre todo en Estados Unidos, es un momento muy importante. En EE.UU. coinciden las reivindicaciones de los negros con las de los hippies y de los yippies (estos son más radicales), todos ellos blancos de clases media. Pero la lucha por los derechos civiles de los negros es una cosa mucho más seria. Martin Luther King, que fue asesinado en 1968, había intentado conducir la lucha de los negros de forma pacífica, cristiana y respetable. Quería que los negros se sumaran a la sociedad americana con derechos plenos. Pero en los últimos años a King se le estaba escapando la situación de las manos. Cuando murió, los Panteras Negras le estaban superando, con un discurso que afirmaba que la lucha pacífica no había servido para liberar los negros. El problema es que los panteras negras pasan a la violencia de forma muy poco efectiva. No fueron operativos.
Todos los movimientos del 68 son absolutamente machistas
Acto reivindicativo en Alemania. Stiftung Haus der Geschicht.
¿Y el 68 sirvió para reivindicar los derechos de las mujeres?
Todos los movimientos del 68 son absolutamente machistas, terribles... Los hombres que iban a los actos decían a las mujeres que no fueran a las manifestaciones porque podía haber tortas. Y ponían a las mujeres a hacer tareas auxiliares; eran las que hacían de secretarias. En Alemania, en una reunión del sindicato de estudiantes socialistas, una mujer interrumpió la reunión para denunciar que no se atenía a las reivindicaciones de las mujeres, y la ningunearon argumentando que aquell tema no estaba en el orden del día. Sólo hubo alguna excepción en EE.UU. y en Alemania. En EE.UU., los yippies, encabezados por Robin Morgan, se plantaron en Atlantic City, ante el centro donde se celebraba el concurso Miss America, y llamaron mucho la atención sobre el contenido machista del concurso con una protesta muy teatral. Lo hicieron muy bien.
¿Fue cierta esta alianza entre estudiantes y obreros que se anunciaba de forma tan ruidosa?
Los estudiantes, tanto en España, como en Francia, como en otros países, se manifestaban en nombre de la unión entre los estudiantes y los obreros, pero a estos les miraban por encima del hombro. Cuando los líderes del 68 hablaban de la unión de los obreros y los estudiantes no se enteraban de nada. Como pasaba con los hippies y los negros de EE.UU.
El 68 es llamativo no porque reivindique cosas nuevas, sino porque los estudiantes movilizados entienden que tienen que salir en la tele para causar impacto
Eslóganes estudiantiles en el mayo francés. Foto: Espencat.
¿Porque, pues, se hizo caso tanto a los revolucionarios del 68?
El 68 es llamativo, no porque reivindique cosas nuevas, sino porque los estudiantes movilizados entienden que tienen que salir en la tele para causar impacto, y organizan protestas que son muy televisivas.
Algunas de las conquistas de 1968, como la igualdad, parece que vuelva a cuestionarse. Trump ha ganado las elecciones en Estados Unidos...
A partir del 68 se impone la filosofía del progreso. Se cree que habrá una mejora progresiva, material y moral, más rápida o más lenta. El 68 generará una gran reacción conservadora (personificada en Thatcher y Reagan), porque muchos conservadores creían que el 68 manda al garete todos los principios de la civilización occidental. Y pese a esta reacción conservadora, en los últimos 50 años el progresismo ha ido ganando puntos. El divorcio y el matrimonio homosexual se han ido consolidando... Pero tras la crisis financiera ha habido un frenazo... Se cuestionan ciertas cosas que parecían alcanzadas. Pero el retroceso no es tan claro: la derecha acepta el matrimonio homosexual, pero crece la xenofobia... Es difícil saber si eso se prolongará en el tiempo. No sabemos si eso acabará cuando la situación tienda a estabilizarse o si marcará un cambio de tendencia.
Ahora sí, hay muchas personas que piensan en términos de clases sociales
Aunque los estudiantes del 68 a menudo se consideraban marxistas, el 68 contribuyó a diluir el pensamiento de clase.
En los años sesenta las reivindicaciones de clase pasan a ser más individualistas. Pero la crisis financiera ha hecho revivir muchos movimientos de izquierdas que se parecen más a los del 68: el marxismo, los pensadores del pensamiento crítico... Ahora sí, hay muchas personas que piensan en términos de clases sociales. Lo que no sé es si eso continuará si hay crecimiento y, sobre todo, si hay reparto de la riqueza.
De una forma inconsciente, pero muy fuerte, los revolucionarios del 68 contribuyeron a una revuelta liberal
El ejército mexicano en el Zócalo del DF el 28 de agosto. Foto: Cel·lí.
¿El 68 contribuyó a consolidar el pensamiento individualista?
Realmente fue así, pero no era lo que los revolucionarios pretendían. Eran anticomunistas (especialmente eran contrarios al comunismo soviético, que ya había mostrado su faceta más tenebrosa), pero eran comunitaristas. Creían en formas de colectivismo no capitalista (o como mínimo creían que creían en ellas). Y, a pesar de todo, de una forma inconsciente, pero muy fuerte, contribuyeron a una revuelta liberal.
La izquierda actual parece muy desorientada. ¿En eso tiene alguna responsabilidad el 68?
Desde el siglo XIX, las fronteras entre bohemio y burgués eran bastante claras. El 68 fusiona la vida bohemia y la burguesa. En aquel momento se descubrirá lo que se denominará bobos, bourgeois bohemians. Un fenómeno que se consolida. Cada vez hay más gente que disfruta de un alto nivel de bienestar y que al mismo tiempo tiene comportamientos bohemios. Eso pasa con la gente que hace rock, con la gente de Silicon Valley, con la gente de mi propio barrio... Esto es una invención de la cultura que aparece en los sesenta. Te puedes presentar como millonario y como subversivo simultáneamente. De esta cultura sale Steve Jobs...
Paradójicamente, la gente que viene de la tradición liberal es quien mejor ve el 68
Eslóganes revolucionarios en Francia, en mayo del 68. Foto: Biblioteca Nacional de Francia.
¿Cree que se acabará criticando el 68 cómo se empieza a criticar la modernidad?
¡Seguro! El rechazo al 68 crece. Cuando hice el primer libro sobre el tema no existía Podemos, y ahora ya es una fuerza muy potente. Y los de Podemos no quieren saber nada del 68, aunque tienen claras influencias de Adorno, de Marcuse... No quieren saber nada de eso... Los que ven con mejores ojos el 68 no son los herederos ideológicos de los revolucionarios, sino los liberales. Paradójicamente, la gente que viene de la tradición liberal es quien mejor ve el 68.
Foto de portada: Ramon González Ferriz. Júlia Castells - Escuela Europea de Humanidades.