La Llibreria Calders ha sido el escenario escogido para la presentación del libro El quadern suís, de Quim Torra (ediciones Proa). Se trata de una obra sobre la estancia de Torra en Suiza, de 18 meses, durante el periodo en que el ahora president trabajó como ejecutivo de una multinacional. El libro combina un dietario personal con reflexiones sobre el paso de los escritores catalanes que estuvieron en Suiza, exiliados o de viaje. Torra tiene ya experiencia como escritor; de hecho, había obtenido el premio Carles Rahola, con el libro Viatge improbable a la Catalunya impossible, también publicado por Proa. La obra ha sido presentada por el escritor andorrano Albert Vilaró. Al acto ha asistido la consellera de Cultura, Laura Borràs, en compañía de otras personalidades. En el acto Quim Torra ha invitado a los catalanes a hacer autocrítica sobre los errores del pasado con el fin de formular un nuevo 1 de octubre que permita hacer efectiva la independencia.

cuaderno suis sergi alcazar

Guía para viajeros

Emili Rosales, el editor, ha querido dejar claro que más allá del cargo de su autor, este es un "libro delicioso", que valía la pena publicar por sus méritos literarios. El presentador, el escritor Albert Vilaró, ha destacado que tiene una "prosa elegante y sencilla" en la que "se encuentra el alma del president por todas partes". Torra ha afirmado que "le gustaría que este libro fuera valorado, sobre todo, por sí mismo", al margen de quien sea su autor. En realidad, su ilusión sería que quien viajara a Suiza lo hiciera en compañía de este libro (como él lo hizo con los textos de Josep Pla). Reconoce que ha querido honrar con el título de la obra a Pla, un autor que le ha influido mucho, porque como historiador ha estudiado con profundidad a los escritores y periodistas de esta época). Torra reconoce que, como Pla, se enamoró de Basilea, y que se siente muy identificado con las vivencias del escritor ampurdanés. Torra muestra también su admiración por Gaziel y sus libros de viajes de después de la guerra. Confiesa que Seny, treball i llibertat, el libro sobre Suiza de Agustí Calvet le influyó mucho, y que justamente por eso reproduce fragmentos enteros de él.

Quim Torra y albert Vilaró sergi alcazar

Un envidiable país ordenado y autocrítico

Torra admira un país donde la secretaria te llama para avisarte de que una reunión se retrasa 5 minutos, y donde gracias a la buena gestión del tiempo tienes mucho rato para disfrutar de tus cosas y de los tuyos. Recuerda que allí tenía mucho tiempo y eso le permitió estudiar mucho y visitar con su familia todos los cantones del país. También manifiesta su reconocimiento por un país "donde los campesinos viven bien", porque todo el mundo contribuye para que conserven el medio ambiente. Y explica que siente una gran admiración por el respeto que tenían los suizos por el trabajo de cada uno. Sin embargo, en el libro Torra también quiere dejar claras las "sombras" de la historia suiza, especialmente en lo referente a su papel en la Segunda Guerra Mundial, especialmente por la requisa de los fondos de los judíos víctimas del genocidio. Pero reconoce el esfuerzo que han hecho los historiadores suizos con respecto a su pasado y afirma que "ha sido un país capaz de enfrentarse a su pasado".

Nunca España será como Suiza

Un país multilingüe

Pero lo que para Torra es más envidiable es la capacidad de los suizos de mostrar un gran respeto por todas las lenguas del territorio, por pocos hablantes que tengan. Y muestra su admiración por como el Estado suizo gestiona una lengua como el romanche con tan sólo 40.000 hablantes. Torra siente una gran envidia al respecto, sobre todo cuando lo compara con lo que pasa en el sur de Europa: "Nunca España será como Suiza", sentencia. Lo relaciona con la tradición democrática de los suizos, que "se pasan el día votando", lo cual, "me parece muy bien".

Parodia del mundo empresarial

Torra ha explicado que en El quadern suís usa la ironía, e incluso la parodia, para explicar la vida de los ejecutivos de las multinacionales y para describir el modelo empresarial del capitalismo moderno. Explica que, cuando trabajaba en el mundo de los seguros, a veces no sabía exactamente qué hacía en las reuniones de ejecutivos. Afirma que aprovechó su estancia en la multinacional para hacer juegos literarios, como comparar los monstruos de La piel fría de Sánchez Piñol con los asistentes a las reuniones multinacionales, pero que también reflexionó sobre la posibilidad de aplicar los textos de Ramon Llull a las técnicas de CEO de las empresas de seguros.

Un libro sobre el tiempo pasado

Torra ha advertido que nadie puede esperar en este libro muchas reflexiones sobre los tiempos actuales. De hecho, El quaderno suís se escribió hace 10 años, "y refleja mi vida y mi visión de hace diez años", explica Torra. Ahora bien, las reflexiones no se ciñen sólo a Suiza, porque el texto es repleto de comparaciones con Catalunya, "con una cierta envidia", confiesa.

Una desdichada nueva diáspora

El libro, en parte, también es una crónica de la diáspora catalana a Suiza, donde llegó una oleada migratoria en 1936, formada por los que huían del anarquismo, y una segunda en 1939, cuando llegaron los escapados del franquismo, como Xammar, Mercè Rodoreda, Josep Tarradellas o el cardenal Vidal i Barraquer. Afirma que no esperaba, cuando escribía este texto, que volviera a haber exiliados catalanes en este país, y ha manifestado su preocupación por el hecho de que Anna Gabriel y Marta Rovira tengan que encontrarse fuera de Catalunya.

Con visión de futuro

En el epílogo del libro, firmado en el mes de abril, cuando no pensaba en poder ser president, Torra incluye algunas reflexiones de actualidad. En la presentación del libro ha reconocido: "Hemos hecho cosas muy buenas, pero no hemos sido capaces de implementar la república. Por eso tenemos que crear un nuevo 1 de octubre, para llegar al objetivo al que queremos llegar". Pese a la autocrítica, Torra afronta el futuro con optimismo: "El día que escriba mis memorias como president quizás también encontraré cosas divertidas, aunque ahora no lo vea así", advierte. Ahora bien, reconoce que a partir del día que el president Puigdemont lo designó candidato a la presidencia ha abandonado el dietario que iba haciendo. Sin embargo, espera que la gente que ha colaborado en el proceso soberanista haga sus memorias, "para que en el futuro sepamos qué es aquello que no hemos hecho bien y podemos corregir aquello que haga falta corregir".