Balaguer (condado independiente de Urgell), 31 de octubre de 1413. Hace 608 años. Jaime de Urgell, hijo de un primo del rey Martín I y esposo de la hermanastra pequeña de este último Bellónida se rendía a las tropas del nuevo rey Fernando I, el primer Trastámara. Un año y medio antes (28 de junio de 1412) había perdido la elección del Compromiso de Casp; y poco después (1 de mayo de 1413) se había sublevado contra el nuevo rey. La derrota lo condujo a una largo via crucis por varios presidios castellanos. Finalmente, después de diecinueve años encarcelado, acabaría muriendo —probablemente asesinato—, en la mazmorra del castillo de Játiva (1 de junio de 1433). Pero antes había tenido cinco hijos. Aunque solo Isabel, Leonor y Juana superaron la infancia y sobrevivieron a la terrible represión que el nuevo régimen desató contra su familia. ¿Qué se hizo de la descendencia de Jaime de Urgell?

Isabel, Leonor y Juana

Las tres hijas de Jaime de Urgell e Isabel de Aragón y de Fortià (hija del conde-rey Pedro III) que alcanzaron la edad adulta fueron Isabel y Leonor, nacidas en 1409 y en 1410 respectivamente, y por lo tanto antes del estallido de la crisis sucesoria que conduciría al Compromiso de Casp; y Juana, nacida en 1415, cuando el progenitor ya estaba recluido en el castillo de Ureña (cerca de Valladolid); y, por lo tanto, debió ser concebida en un vis a vis penitenciario medieval. Durante los primeros años de su existencia, las hijas de Jaime fueron apartadas de la madre y cuidadosamente dispersadas, con el clarísimo propósito de evitar que mantuvieran el contacto y conservaran la identidad familiar. Y alcanzada la edad reproductiva, el régimen Trastámara les impuso bodas forzadas y alejadas de Catalunya. Leonor no tuvo descendencia, pero Isabel y Juana formaron familias que, de alguna forma, mantendrían viva la llama de los Urgell.

El nieto de Jaime que fue conde de Barcelona

El año 1429, Isabel fue forzada al matrimonio con Pedro de Avis (Lisboa, 1392), cuarto hijo de los reyes Juan I de Portugal y Felipa de Lancaster; y hermano del famoso Enrique el Navegante. De esta unión matrimonial, negociada personalmente por Alfonso el Magnánimo (el segundo Trastámara), nacieron seis retoños (tres chicos y tres chicas). El más relevante sería el primogénito, Pedro de Portugal. En el año 1464, en plena Guerra Civil catalana, las oligarquías nobiliarias del país que habían dado apoyo a la candidatura de Jaime en Casp (1412), pero que después no habían querido secundar su revuelta (1413); y que, en aquel momento (1464), controlaban la Generalitat y el Consell de Cent; depusieron a Juan II —el tercer Trastámara— y nombraron a Pedro conde de Barcelona. Pedro murió dos años más tarde (1466) sin descendencia.

Fragmento de una representación de Pere de Portugal, nieto de Jaume de Urgell y conde de Barcelona. Fuente Museo de Historia de Barcelona

Fragmento de una representación de Pedro de Portugal, nieto de Jaime de Urgell y conde de Barcelona / Fuente: Museo de Historia de Barcelona

El nieto neerlandés de Jaime de Urgell

Isabel tuvo cinco hijos más. Pero, o bien no tuvieron descendencia (Jaime, cardenal de Lisboa), o bien murieron en plena edad reproductiva y en sospechosas circunstancias (Juan, envenenado en Nicosia por su suegra Carlota de Chipre; y Beatriz, envenenada en Brujas por una conspiración palatina urdida por los Borbones franceses). Juan murió sin descendencia; y Beatriz, antes de probar el veneno, engendró a un hijo; Felipe de Cleves, que, inicialmente, fue un entusiasta partidario de los Habsburgo vieneses en los Países Bajos y, después, a causa de una traición perpetrada por el archiduque Maximiliano (el que, más tarde, sería consuegro de los trastamarísimos Reyes Católicos) lideró la segunda revolución independentista de Flandes (1492). Aquella revolución no culminó su objetivo, y el nieto neerlandés de Jaime de Urgell murió marginado (1523). Y sin descendencia.

Felipe de Cleves, el nieto neerlandés de Jaume de Urgell. En su escudo se aprecian las armas de Urgell. Fuente Bibliothèque Nationale de France

Felipe de Cleves, el nieto neerlandés de Jaime de Urgell. En su escudo se aprecian las armas de Urgell / Fuente: Bibliothèque Nationale de France

El bisnieto de Jaime, que fue rey de Portugal

Isabel, la tercera hija de Isabel, fue casada con su primo Alfonso V de Portugal, (1448). En aquel enlace le tocó jugar el papel de una estratégica pieza del tablero político peninsular; donde los Abuelos de Lisboa y los Trastámara de Barcelona dirimían el liderazgo del proyecto hispánico. Isabel murió joven, pero tuvo descendencia: Juan sería rey de Portugal, pero moriría sin hijos legítimos (1495). En cambio, el hijo ilegítimo de Juan, Jorge de Lencastre —que, siguiendo esta hipócrita ley moralista de buenos y bastardos, sería el tataranieto ilegítimo de Jaime d'Urgell—, tuvo una extensa descendencia. Pero, de los seis hijos que tuvo, cinco siguieron la carrera eclesiástica y no se reprodujeron. El único que no la siguió, Juan, tuvo el mismo trágico destino que el rey Sebastián en la derrota portuguesa de Kasar-el-Kebir (1578). Desaparecido en combate. Y sin descendencia.

Juan II de Portugal, bisnieto de Jaume de Urgell y su bisabuela paterna Felipa de Lancaster. Fuente Wikimedia Commons (1)Juan II de Portugal, bisnieto de Jaime de Urgell y su bisabuela paterna Felipa de Lancaster / Fuente: Wikimedia Commons

Leonor, en Nápoles

Leonor fue la único de las tres hijas adultas de Jaime que no tuvo descendencia. En 1438, con 28 años (una edad muy avanzada —en la época— para contraer matrimonio), y en plena campaña de conquista de Nápoles; fue forzada al matrimonio con Raimon Orsini, un oligarca de Salerno que había pactado con Alfonso el Magnánimo (el segundo Trastámara) facilitar el desembarque y el avituallamiento de las tropas catalanas. El detalle de la edad del enlace es muy revelador; porque evidencia la resistencia de Leonor a sufrir el mismo destino que Isabel. Incluso, la no descendencia después de veinte años de teórico matrimonio, lo corroboraría. En cualquier caso, lo que sí es seguro, es que Leonor no perdonó nunca a los Trastámara. Y, poco después de enviudar (1459), lideró una revuelta anticatalana (que quería decir anti-Trastámara) en Nápoles, que no tuvo éxito. Murió poco después.

Representación de Alfons el Magnanim. Fuente Museo de Zaragoza (2) (2)Representación de Alfons el Magnànim / Fuente: Museo de Zaragoza

Juana, en Foix

En 1435; Juana, de 20 años, fue casada con el conde Juan I de Foix, un siniestro empresario de la guerra que le triplicaba la edad; y que, poco antes de las bodas, había negociado un acuerdo bélico con el trastamarísimo Alfonso el Magnánimo, que incluía disponer del cuerpo y del alma de la pequeña de las Urgell. Tan solo un año después (1436), el mercenario se fue a criar malvas. Pero aquella inesperada (y, muy probablemente, celebrada) viudedad, no le aportó la libertad. Nueve años después (1445); de nuevo Alfonso el Magnánimo la forzó a otro matrimonio. En este caso con Ramon Folc, conde de Cardona y heredero de una de las principales familias nobiliarias del país, que habían dado apoyo a Jaime en Casp (1412), y que le habían dado la espalda a Balaguer (1413). Durante el siglo XVI, su descendencia se diluiría en los cenáculos de la aristocracia terrateniente castellana.

Representación del castillo de popa|pope del Rainbow. Fuente Rijks Museum. Amsterdam (1)Representación del castillo de popa|pope del Rainbow / Fuente: Rijks Museum. Amsterdam

Los misteriosos tentáculos de la descendencia de Jaime

Entre la descendencia de Isabel, hay un enigmático detalle que ha alimentado poderosamente el misterio de los Urgell. Gira en torno a la inglesa Felipa de Lancastersuegra de Isabel de Urgell; consuegra de Jaime de Urgell; y prenda del tratado secular entre Inglaterra y Portugal. Un siglo largo después de su muerte, el Rainbow, una de las naves capitanas de la marina inglesa que derrotó a la "Armada Invencible" hispánica (1588) lucía las armas de los Lancaster y la bandera de Catalunya. Este detalle apunta claramente que el eje familiar Lancaster-Avis-Urgell, habría promovido un eje comercial Barcelona-Lisboa-Londres; que, posteriormente (1548-1555) habría sido la principal vía del exilio protestante catalán. Un movimiento que generaría estirpes como los Cordel, los Argall, o los Gorgas; protagonistas indiscutibles de la creación de las Trece Colonias inglesas en América.