Si Mercè Rodoreda, Josep Pla o Joan Sales tienen un lugar en las estanterías británicas es muy probablemente gracias al incansable trabajo de Peter Bush. Nacido en Lincolnshire, Inglaterra, en 1946, Bush ha dedicado toda una vida a buscar joyas de la literatura para hacerlas llegar a los lectores ingleses y se ha convertido uno de los traductores de la literatura catalana al inglés más importantes actualmente.

Después de estudiar español y francés en la Universidad de Cambridge, y doctorarse en la Universidad de Oxford, se inició en la traducción literaria "casi accidentalmente" cuando un ejemplar de Campos de Nijar, de Juan Goytisolo, le cayó a las manos.

Aunque ya había traducido textos políticos y artículos antes, la traducción de aquel libro le cambió la trayectoria para siempre. Después de traducir más de una decena de libros y ser el director British Centre for Literary Translation, Bush se trasladó a vivir en Barcelona en el 2003 y se estuvo allí diez años. Desde entonces, no ha parado de traducir libros en catalán y en 2015 la Generalitat le reconoció su tarea con la Creu de Sant Jordi.

En una entrevista con ElNacional.cat, Peter Bush pone de relieve la importancia de la traducción y el intercambio entre lenguas en el desarrollo cultural de la humanidad.

 

  • ¿Cómo descubriste la literatura catalana?

Aprendí un poco de catalán y de literatura catalana en los tiempos en qué estudié un grado en Cambridge. Aunque yo no estudié catalán, un amigo mío sí, así que a veces hablábamos de literatura catalana.

En los años sesenta, también había un grupo de historiadores en Cambridge que estaban interesados en la historia de Catalunya y la guerra civil, y dieron un conjunto de conferencias a las cuales asistí. Aquí hay una larga tradición de conexiones entre la Universidad de Cambridge y Catalunya, porque había republicanos que estaban exiliados en Cambridge.

 

  • ¿Y cómo aprendiste catalán?

Fue a finales de los 70 cuando vivía en Londres que me encontré con catalanes que también vivían allí y empecé a aprender un poco de catalán porque tenía ganas de ir a vivir a Barcelona.

Entonces mi carrera también cambió a través de la traducción literaria, y me convertí en director del British Centre of Literary Translation. Desde allí, empecé a organizar actos con el Centro Hispánico de Traducción Literaria, en Tarrassona (Aragón), que dirigía Teresa Solana. Y después nos convertimos en compañeros, no para organizar las cosas en torno a la traducción, sino de la vida.

Cuando íbamos a tener nuestra hija, decidimos dejar nuestro trabajo e ir a trabajar como autónomos a Barcelona. Así que el año 2003 me trasladé a Barcelona y vivimos diez años en la ciudad, y nuestra hija nació allí. Y fue entonces cuando, evidentemente, me sumergí en la lengua catalana y en la literatura.

 

  • ¿Así empezaste tu carrera en la traducción del catalán al inglés?

Sí, por aquel entoncer se me acercó Peter Owen, un editor británico, y me preguntó si me interesaría traducir una novela de Quim Monzó, La magnitud de la tragedia. Y dije que sí.

Después de eso recibí cada vez más peticiones de editoriales, y empecé a dar ideas a las editoriales sobre libros que se tenían que traducir. Creo que todo confluyó el año 2007 cuando Catalunya fue el país invitado a la Feria del Libro de Frankfurt, que dio un gran impulso a las traducciones de literatura catalana y hubo molido de interés entre las editoriales del Reino Unido.

Así pues, me introduje en la traducción literaria por Juan Goytisolo, y después llegué a la literatura catalana básicamente porque me enamoré de una catalana. Fueron todo serendipias (rie).

 

  • ¿Y por qué es importante que se traduzcan libros al inglés de otras lenguas como el catalán?

Para mí, la traducción literaria es una especie de acto político, porque es un acto que ayuda a romper esta insularidad del mundo anglosajón y ampliar las perspectivas británicas. Porque pueden leer traducciones y mirar el mundo con otros ojos.

Por ejemplo, la típica situación en Inglaterra es que cuando la gente piensa en la guerra civil española, piensa George Orwell y Ernest Hemingway, por Homenaje a Catalunya y Por quien doblan las campanas. Sin embargo, ¿por qué los lectores de habla inglesa tendrían que ver la guerra civil española sólo desde la perspectiva de un escritor inglés y un escritor norteamericano, cuando hay estos libros escritos por Joan Sales, o Rodoreda, o Arquimbau, que dan una perspectiva muy diferente sobre la guerra civil?

Por eso la traducción es crucial, también desde una perspectiva del desarrollo de la literatura en su conjunto. Creo que la literatura, en cualquier lengua, crece a través de la traducción.

Hablo de traducción literaria, pero también es cierto si hablamos de  filosofía, ¿sabes? La filosofía no existiría sin la traducción. Todo filósofo empieza refiriéndose a Platón, Sócrates... Y todo eso lo han leído normalmente en traducción.

 

  • ¿Y ya se da bastante valor a esta tarea?

Muchas veces los procesos de traducción no están reconocidos, y la gente no se da cuenta de que cuando leen a Platón o filosofía oriental lo que están leyendo es una traducción.

En las universidades, ha habido una reticencia a reconocer la centralidad de la traducción a la cultura humana. Simplemente porque en el mundo de habla inglesa hay esta insularidad, hay esta cuestión de no considerar la realidad cultural. Pero siempre estamos trabajando entre culturas y dentro de las culturas y nos podemos identificar fácilmente con una perspectiva cultural.

Yo, por ejemplo, vengo de una familia que hablaba un inglés no estándar. Mi madre venía de Yorkshire, mi padre de Lincolnshire, así que hablaban dos dialectos diferentes del inglés. Por lo tanto mi primer inglés no era el estándar hasta que empecé a ir a la escuela. Y creo que ya en ese nivel, tu identidad o tu conciencia lingüística, está luchando con una especie de diferencias culturales, nunca es pura. Siempre está desordenado y mezclado, pero al mismo tiempo, aunque está desordenado y mezclado, la conciencia humana puede llegar a trabajar en diferentes idiomas al mismo tiempo, y cambiar entre códigos. El cerebro humano es maleable en este sentido.

Por eso me molesta cuándo tienes ese tipo de debates en Catalunya sobre que el castellano tendría que ser la lengua principal en las escuelas porque si lo es el catalán, los alumnos no están aprendiendo el castellano correctamente. Quiero decir... eso es una tontería. No hay ninguna razón por la cual la gente no se pueda desarrollar de manera bilingüe, o incluso trilingüe. Hay muchas partes del mundo donde la gente crece hablando cinco idiomas simplemente porque hay muchas lenguas en el entorno donde se desarrollan.

 

  • ¿Qué libro en catalán leiste y pensaste "Eso se tiene que traducir al inglés sí o sí"?

No hay sólo un libro realmente. Cuando leí Incerta Gloria pensé que aquel era un libro que se tenía que traducir. Ya había sido traducir por David Rosenthal pero se había publicado en una edición muy pequeña de la sociedad catalano-americana, por lo cual nunca tuvo ningún tipo de visibilidad real. Y también La plaça del Diamant, era un libro que pensé que se tenía que volver a traducir. Ya había dos traducciones, pero pensé que era el momento de una nueva traducción... Y El quadern gris, de Pla.

Una de mis traducciones más recientes es de Rosa Maria Arquimbau, Quaranta anys perduts. Este fue un libro que leí porque me lo sugirió Maria Àngels Cabré y me pareció una narración muy original sobre la Guerra Civil desde un punto de vista catalán, así que lo propuse al editorial Fum d'Estampa.

Y el libro que leí y pensé "Eso se tiene que traducir" es El último patriarca, de Najat el Hachmi. Cuando lo leí pensé que se trataba de un tipo de libro muy diferente, sobre toda la experiencia de la migración...¿sabes? La escritura de Najat está una dotada por su origen cultural marroquí, pero también por su amor por la literatura catalana. Así que encuentro que su obra es muy original i estuve contento de convencer un editor inglés para que publicara una traducción.

 

  • ¿Y tienes alguna pendiente para traducir?

Oh, hay toda una serie de libros que me gustaría traducir (río). El món de Joan Ferrer, de C.A. Jordana, es uno que quiero traducir porque fue escrito por un catalán que vivía en Buenos Aires como exiliado de la guerra civil. Y creo que es bastante experimental y original, así que me gusta mucho traducir eso.

También hay otro libro de Aurora Bertana, Paraísos Oceánicos, sobre el tiempo que pasó en las islas de la polinesia. Creo que es un libro de viajes excelente que se tendría que traducir.

Ah, y hay un libro que me gustaría mucho traducir, que todavía no existe en catalán.

 

  • Ostras, ¿de verdad? ¿Cuál?

Es de Josep Pla, de cuándo fue corresponsal de un diario catalán el año 1920. Pla estuvo en Alemania durante un año, entre marzo de 1923 y abril de 1924, y escribió cada semana artículos desde Alemania sobre la república de Weimar, la hiperinflación, el ascenso de Hitler y sobre la situación política en general en Alemania. I Pla tenía esa visión analítica y sobre cómo afectaría a lo que pasaba en toda Europa. Pero cuando Pla publicó sus obras completas, en los años sesenta, no las incluyó. Eso lo hablé con el filólogo Xavier Pla, que es un gran experto de Josep Pla, y creo que no lo hizo porque los textos eran muy críticos con Hitler, los fascistas y la extrema derecha. Por eso, quizás no se habrían incluido porque, cómo todavía estaba la dictadura franquista, podría haber tenido verdaderos problemas con los sensores.

Por lo tanto, es un libro que no se ha publicado todavía en catalán, y con Xavier Pla estamos hablando de este proyecto desde hace un par de años con la agencia literaria Carmen Balcells. Xavier ha hecho una muy buena selección de artículos, haría un libro excelente. Creo que Pla está poco reconocido como autor, aunque algunos de sus libros ya se han publicado en inglés, y eso demostraría al mundo angloparlante que Josep Pla fue un periodista de referencia, además de ser un escritor de referencia de relatos y de escritura autobiográfica.

 

  • ¿Hay alguna cosa en común de todos los libros que traduces?

Creo que la mayoría de los libros que he traducido tienen una tirada política. Con Juan Goytisolo evidentemente, y también en los escritores catalanes que he traducido, hay una visión crítica de la sociedad catalana y de la guerra civil. Son irónicos, anti-románticos, poco sentimentales... y eso me gusta. Me gustan los libros que, con respecto a su contenido, son un poco inquietantes políticamente, pero también con respecto a su estilo, son inquietantes lingüísticamente. Intentan hacer alguna cosa diferente con el uso lengua. Por lo tanto, son el tipo de libros ideales para mí con respecto a la traducción, y también con respecto al tipo de libros que me gusta leer.

 

  • ¿Y gustan también estos libros en el Reino Unido?

Con respecto a los mercados del Reino Unido y de los Estados Unidos, creo que hay mucho más interés, no sólo por la traducción catalana de la literatura catalana, sino por la traducción per se. Siempre ha habido esta insularidad en el mundo de habla inglesa, realmente no necesitamos leer traducciones porque podemos leer textos en inglés de todo el mundo: de la India, del Caribe... no necesitamos traducir literatura, excepto de Dante, Flaubert y los grandes.

Así, sólo el 3% de lo que se publica en inglés es una traducción. Pero creo que este tipo de porcentaje ha aumentado hasta un 6% ahora. Todavía es muy pequeño, comparado con el que se traduce a otras culturas, pero creo que eso ha cambiado y con respecto al catalán, creo que se han traducido mucho más desde la feria del libro de Frankfurt de 2007. Pero creo que el interés continua creciendo, las editoriales siguen buscando autores catalanes, así que siempre salen nuevos libros traducidos del catalán.

 

  • Y la Feria del Libro de Londres del año que viene, ¿también podría tener un impacto similar en la traducción de la literatura catalana?

En la Feria del Libro de Londres habrá un spotlight de Catalunya, y el Instituto Ramon Llull organiza una serie de actos para dar visibilidad a la literatura catalana. Por lo tanto, creo que tendrá un impacto. No es el mismo que ser el invitado de honor en Frankfurt, es un poco a más pequeñaescala, pero creo que dará más visibilidad a la literatura catalana.

 

Imagen principal: El traductor literario Peter Bush, en una entrevista en el 2017 con la ACN. / ACN