El día que Pere Elias aparece por la sede de El Nacional se cumple una semana desde que el gran apagón dejó al país entero a oscuras. Lo cierto es que nadie le esperaba, aunque desde que mandó una carta manuscrita a la redacción planteando una inminente visita, su historia había ido merodeando por mi cabeza. “¿Le llegó la carta?”, me dice desde el umbral de la puerta, hablándome de usted, con los ojos achinados y una enorme sonrisa en la cara. A sus 82 años, ha venido desde Reus para contar su historia con un solo objetivo: hacer pervivir el legado de una habanera, pero no de una cualquiera: la suya.

Pere, que curiosamente nació un 1 de enero de 1943, quedó huérfano de padre a los 8 años, y cuenta que a los 10 se escapaba de la vista de su madre y caminaba desde Reus, su ciudad natal, hasta Salou para pisar la playa: 10 kilómetros de ida y 10 de vuelta solo para poder ver el mar. “Lo hice varias veces, hasta que una vecina me pilló y se lo dijo a mi madre, pero aun así seguí con la travesura varias veces más”, explica. Años después, tras jubilarse, empezó a andar por toda España y fue recorriendo toda la península a pie: ha hecho tres veces el Camino Francés hasta Finisterre, así como la Vía de la Plata, el Camino del Norte o el Camino de la Lana. Y recuerda que cuando vio el océano Atlántico, conectó con su infancia de nuevo. “Ahí tuve la idea de hacer la canción”, sonríe.

Pere Elias

Havanera del Camí es la única habanera del mundo dedicada al Camino de Sant Jaume —el Camino de Santiago, como se conoce en castellano—, escrita por Pere y con música de Josep Casanovas, autor de varias sardanas, zarzuelas y de la marcha nupcial de la reina Fabiola, ya fallecido. “Es una canción muy bonita y la música de Josep supera la letra, captó muy bien su espíritu”, explica, emocionado, al mismo tiempo que rememora el momento de su creación. “Cuando me jubilé, fusioné mis vivencias y surgió esta habanera, que explica un poco mi historia”. A partir de ahí, le nació la necesidad de darla a conocer al mundo, con la voluntad de que las corales puedan hacérsela suya. En Valencia la estrenó la coral Polifónica Alcoyana, y son muchas otras las que la cantan. También en otros idiomas, gracias a la perseverancia del propio Pere.

Y es que, de momento, ya ha conseguido traducciones de su querida habanera al euskera, al portugués, al francés, al alemán, al italiano y al inglés, esta última gracias a Joaquim Mallafré, profesor de lengua y literatura catalana en la Universitat Rovira i Virgili, Premi Nacional de Literatura y Creu de Sant Jordi en 1998, además de ser uno de los grandes traductores del Ulises de James Joyce al catalán. Y todo gracias a la perseverante actitud de este octogenario. “Me lo he ido gestionando todo yo, siempre de una manera altruista, y la verdad es que todo el mundo se ha apuntado a la causa desinteresadamente; he intentado ganármelos con simpatía y mostrando que era una causa noble”, expone. Al gallego, el occitano y al bable las hizo él mismo. Además, Pere Elias también es autor de otra docena de piezas, algunas de ellas con repercusión musical. El bolero Amor meu, por ejemplo, ha sido cantada por el grupo Els Pescadors de L’Escala.

Pere Elias

También en los últimos años ha hecho ruta por España y ha picado a la puerta de varias radios, periódicos y televisiones para que le ayuden a difundir la obra. “Me han atendido muy bien, en diarios del País Vasco, de Vitoria, de Castilla-La Mancha o de Castilla y León, y me han entrevistado en Ávila o en Granada, y estoy contento; no siempre me abren la puerta, pero no pasa nada, todo el mundo va muy atareado”, comprende Pere. “Me lleva mucho trabajo, y también es un gasto de dinero, porque envío los CD y las fotocopias de la partitura, pero lo hago porque me gusta”.

Sin duda, lo más importante para él es que la Havanera del Camí no se pierda y que las corales puedan darle la vida que se merece, por eso se dirige a todas las personas a las que les pueda parecer interesante contribuir a mantener un trocito de la cultura de nuestro país. “Me gustaría mucho que las corales catalanas pudieran interpretar esta pieza y que la gente la pueda seguir disfrutando durante mucho tiempo”, concluye Pere, antes de agradecer profundamente que hayamos dedicado tiempo a contar su historia.