No se puede hablar de la historia de la música electrónica de nuestro país sin hablar de la mákina, y no se puede hablar de la mákina sin hablar del legendario dúo Pastis & Buenri, quienes hoy en día son la evidencia de que este género está más vivo que nunca. Después de la época dorada de la mákina a los noventa y 2000, posteriormente sufrir una bajada durante los 2010 que la relegó a un todavía mítico Flying Free para cerrar fiestas de pueblo, la mákina ha vuelto a brillar y ha pasado a tener estos dos grandes representantes sobre escenarios de la talla del Primavera Sound o la Sala Apolo, donde hicieron dos sold out.

El retorno de este género se hace más palpable con la apertura de la Pastis & Buenri Store, la tienda en el barrio de Sants que han abierto hace un par de meses los DJs catalanes. Un lugar donde se puede volver a sentir el aura de aquellos epicentros de la mákina como la Sala del cel, el Xquè o el Pont Aeri.

¿Dónde nos encontramos ahora mismo?
Buenri:Ahora mismo estamos en la tienda de Pastis & Buenri Store, digamos que es la sede del makinero y hardcorero de Barcelona. El punto de encuentro, donde todo sale, donde todo nace.

¿Y qué podemos encontrar aquí en la tienda?
Pastis:
Aquí podemos encontrar desde camisetas de Pastis & Buenri, del Xquè, de Pont Aeri, Colliseum..., después hay también banderas, hay pósteres, merchandising. Y, aparte, las clases de DJ que hacemos en vinilo y en CDJ.
Buenri: Eso es una parte de las cosas que puedes encontrar. Un poco lo que se vende en los clubs, el artículo de fiesta.

¿Creéis que poner una tienda ahora en plena Barcelona evidencia un retorno o renacimiento de la mákina?
Buenri: Es un además. Yo creo que ya está claro que ha vuelto, después del confinamiento, ha sido como un boom del hard en general, ya no solo la mákina. Porque tanto el hardcore como la mákina, todo lo que es hard, ahora funciona. Quiero decir, está todo a tope.

Mencionas el confinamiento, ¿cómo lo vivisteis a nivel artístico?
Buenri:
 Para mí fue, y creo que para los dos y para todos los artistas, un palo gigante. Porque fue la ruina total. Pero al mismo tiempo, mira cómo son las cosas, que creo que fue lo que lo reactivó todo otra vez, creemos que la generación Maxi-Cosi, que le llamamos nosotros, estaba allí con ganas de salir.

Nosotros hemos defendido la mákina a muerte y somos bakalas a muerte. Somos más de pista que de cabina

¿Cómo era el día a día?
Pastis:
Hombre, estás confinado en casa, no puedes salir, no puedes entrar… y pensamos que si hacíamos directos y mezclas y cosas, la gente, al menos, ya que estaba angustiada en casa, pues darle un poco de alegría, ¿no? Hicimos muchas sesiones, había días que hacías dos o tres. Era café, café, café, sesión tras sesión, desde la mañana, hasta que bajaba el café por la noche y podía dormir.
Buenri: La gente nos llamaba, nos enviaba audios cuando anunciábamos por la noche: "¡Eh, sesión Pastis & Buenri!" y nos enviaban fotos diciendo: "Ya lo tenemos todo preparado" con los cubatas, el hielo... Yo creo que fue una cosa supermegachunga a nivel personal, porque fue muy duro, pero al mismo tiempo fue el renacimiento de toda esta gente.
Pastis: Sí, parecía que se iba a morir y que la cosa estaba mal y de golpe, hacia arriba. Después del confinamiento, a tope todo. Ahora tenemos muchísimo trabajo, más que nunca, igual valió la pena que la escena se pusiera mal para poder volver a crecer.

Para los que no están familiarizados con este mundo, ¿de dónde surge la mákina?
Buenri:
De la Ruta del Bakalao. Nosotros somos un poco los herederos, ¿no?, los que hemos continuado el estilo, porque el 93, el 92, todos pinchábamos un poquito lo mismo, no es que hubiera tanta ramificación musical. Nosotros seguimos un poco el legado este del Bakalao, hasta el día de hoy, quiero decir, nosotros hemos defendido la mákina a muerte y somos bakalas a muerte. Somos más de pista que de cabina.
Pastis: Siempre decimos que somos mejores clientes que DJs.

¿Y cómo nació este dúo?
Pastis: Nos conocimos con quince y dieciséis años en el Psicodromo.
Buenri: Yo empecé en el Pont Aeri. Nos fichó Nando Dixkontrol, que fue un poquito nuestro referente al principio. Flipábamos con cómo hacía mezclas, queríamos hacer aquello. Y cuando se fue Nando, pues surgió la opción. Yo conocía a David, que entonces él trabajaba en verano en el Distrito, en Canet, y lo llamé haciéndole la propuesta del Pont Aeri.
Pastis: Sí, la Sala del cel me dijo: "David, cuando vuelvas del Distrito tienes que poner esta música", y no quise aceptar, no me parecía justo si yo era quien les llenaba la sala. Al final querían cambiar de rollo y ya está. Y del Distrito al Pont con el Buenri.
Buenri: Nos juntamos y fue Pastillas y Buen Rollo, que no nos pusimos el nombre en conjunto intencionadamente, él era David Pastillas, yo era David Buen Rollo y juntos pues... creábamos un poquito de polémica social.

¿Y como recordáis esta época dorada de la màkina?
Pastis:
Increíble, porque al principio hacías mezclas y veías que la gente se volvía loca. Además, la música era muy buena, de Alemania, de Italia, de Bélgica...
Buenri: La música era muy rica en aquella época. Y cuando empiezas eres joven, tienes aquella energía, todo es muy especial.

¿Os habéis sentido alguna vez bajo algún tipo de prejuicio?
Buenri:
Siempre, mucho. El Primavera Sound quizás fue el que rompió un poco este prejuicio. Pero vivimos un poco de la mala época que tuvo esta música, porque sí que es real que hubo una época en que el radicalismo, a nivel fascismo, sí que se introdujo mucho en este mundo de la mákina y nos quedamos un poco encasillados con esta fama. Pero cuando acabamos la primera noche en el Apolo hace un par de años, cuando hicimos sold out, el jefe de la sala se quedó alucinando como diciendo "esta gente es la hostia".
Pastis: La gente que viene ahora viene a pasarlo bien, trabaja, estudia cada semana y después vienen a cantar, bailar, disfrutar que no veas.

¿Recordáis el momento en que empezó la bajada de la mákina?
Buenri: Acabó en 2011. No es que acabara, es que llegó un final de etapa. No había compañías, no había nada. Al final todo es una cadena, si no hay industria, no hay compañías, recopilatorios o la radio que le den apoyo... los productores dejan de hacer música, todo va ligado. Quien se dedica a la música, si no tiene donde venderla, deja de hacerla, y hace el tipo de música que le da dinero para vivir, porque al final, aunque te guste tu profesión, estás para ganarte la vida. Y en 2011 hubo como un declive total. También nos separamos en el 2010, y eso también fue una suma importante. El tech house y el rollo Matinée empezó a apretar muchísimo, y eso fue lo que acabó con la mákina. De hecho, todos los clubs importantes de hard desaparecieron.

Ahora el crío que te baila techno, te lo encuentras también bailando en el concierto de la Rosalía en el Primavera Sound

Y ¿ ahora mismo en qué momento creéis que se encuentra la mákina?, qué rumbo está tomando?
Pastis:
Yo creo que es un momento muy dulce.
Buenri: Sí, porque íbamos de bajada y, de golpe... Ahora hay productores haciendo mákina, hay radios poniendo mákina, y eso hace que la cosa continúe. Y que después a los chicos de hoy en día les gusta, y los hay que lo han mamado toda la vida. Por eso le llamamos la generación Maxi-Cosi, en el sentido de que han estado desde que eran críos escuchando mákina porque es lo que ponían sus padres en casa, y creo que ha habido un renacimiento también a causa de estos padres que le han dado continuidad. Y es lo que decimos de la generación de hoy en día, no son tan sectarios. Antes había mucho sectarismo, de decir: "Yo soy de mákina, soy de hardcore, o soy de...". Ahora el crío que te baila techno, te lo encuentras también bailando en el concierto de la Rosalía en el Primavera Sound, y eso es guay.

¿Notáis diferencias en vuestro público actual comparado con el de antes?
Pastis:
Sí, yo supongo que después de estar el confinamiento ha habido mucha gente que quería salir, no podía, y a la que se ha activado, pues mira, había la mákina y salen a darlo todo, están saltando, cantando, es increíble.
Buenri: Yo tampoco he notado una diferencia, que digas, ostras, es un tan diferente ahora. Lo que sí noto es que la gente de ahora es mucho más abierta a diferentes estilos, o sea, que hay un abanico más amplio, hay muy buena onda. Aquella mierda de época que vivimos con los rollos de los pelaos e historias raras, ahora ya hace años que no se ve, ahora todo es buen rollo.