Barcelona, 26 de enero de 1939. Hace 84 años. El ejército golpista que se había rebelado contra la legalidad republicana y había provocado la Guerra Civil (1936-1939) ocupaba la ciudad. Acto seguido, las nuevas autoridades ocupantes desplegarían un siniestro aparato de represión, formado por militares, paramilitares, jueces, fiscales y policías —de origen forastero y de ideología nacionalista española— que tenía la misión de exterminar la catalanidad, y de subvertir el país a la españolidad rampante del nuevo régimen. Siete meses más tarde (01/09/1939), la Alemania de Hitler, aliado impagable de los golpistas durante el conflicto civil, iniciaba la invasión de Polonia, la vieja enemiga de Prusia, motor y símbolo de la unificación alemana. A partir de aquel momento, en los ambientes cuarteleros de la España de Franco surgiría la idea de un paralelismo entre aquellas dos ocupaciones.

Alfons XIII i Primo de Rivera, representants de l'Espanya castissa, reaccionària i anticatalana. Font Arxiu Nacional de Catalu nya
AlfonsoXIII y Primo de Rivera, representantes de la España castiza, reaccionaria y anticatalana. Fuente Archivo Nacional de Catalunya

El origen nazi-franquista de la palabra "polaco"

Esta es la hipótesis que tiene más predicación. El antropólogo Roger Costa sitúa el origen de la palabra "polaco" en la ocupación franquista de Catalunya. En el imaginario de los elementos que formaban el aparato represor de aquel nuevo régimen, tan estrechamente vinculante con el de Hitler; Catalunya —enemigo interno de España— y Polonia —enemigo externo de Alemania— eran obstáculos a eliminar. Incluso, en la ideología racial imperante en los regímenes de Franco y de Hitler, los ambientes cuarteleros españoles fabrican una asociación de identidades —con un perverso propósito— entre los judíos polacos, llamados "pollacken" y que, durante la ocupación nazi (1939-1945), serían objeto de una brutal operación de exterminio; y los catalanes —sin distinción!!!—, derrotados durante la Guerra Civil Española (1938-1939) y brutalmente perseguidos y oprimidos desde la ocupación franquista del país (1939).

La generalización de la palabra "polaco"

Los mismos investigadores que sostienen la raíz nazi-franquista de la palabra "polaco", afirman que este término, de origen y de naturaleza claramente racista y peyorativa, fue utilizado, exclusivamente, por los elementos del aparato represivo del régimen franquista; y estuvo recluido en el vocabulario castizo del ámbito cuartelero (cuarteles, comisarías, incluso algunos tribunales) hasta la década de 1970, cuando el movimiento clandestino catalanista reaparece con fuerza. En aquel momento, los resortes del "bunker" (los instrumentos al servicio de los elementos más radicales del régimen franquista) recuperaron y divulgaron la idea (que ya había tenido una amplia predicación durante la Guerra Civil), de que la Catalunya catalana y el catalanismo cultural y político eran la principal amenaza a la unidad de España y a la misma existencia de la nación española.

Desfilada falangista a Barcelona (1941). Fons Perez de Rozas. Arxiu Fotografic de Barcelona
Desfilada falangista en Barcelona (1941). Fondo Pérez de Rozas. Archivo Fotográfico de Barcelona

Un origen más lejano

Hay un grupo de antropólogos que sostienen un origen más lejano en el tiempo, pero totalmente en el ámbito de la idea de que es la definición castiza del enemigo de la unidad y de la nación españolas. El antropólogo Juan Fernández-Mayoralas, sitúa el origen de esta palabra a mediados del siglo XIX. Explica que durante aquella etapa, la vida política y social española estuvo presidida por una colosal inestabilidad que, en ojos de los "patriotas" españoles aventuraba la descomposición de España. Durante las décadas centrales del XIX, España perdió las tres cuartas partes de su imperio colonial americano; transitó por varios modelos de estado (monarquía, república, absolutismo, constitucionalismo); y alcanzó el dudoso honor de liderar el ranking mundial de golpes de estado. Una cosa parecida a lo que le había pasado a Polonia unas décadas antes.

¿Y los catalanes, qué pintaban?

Según Fernández-Mayoralas, en la España del XIX, las clases dirigentes catalanas (las burguesías industriales de Barcelona, de Reus y de Mataró) son las que impulsan los grandes procesos de transformación de España, que en ojos de aquellos pretendidos y nostálgicos "patriotas" españoles, amenazan la España atávica y eterna, la que remonta a la época de Carlos de Gante y el "imperio donde nunca se pone el sol". De la misma forma que en Polonia, sería la burguesía judía la que impulsa una modernización del país que provocaría fuertes tensiones. Según Fernández-Mayoralas, son las clases latifundistas castellanoandaluzas (el sector socioideológico más reaccionario de la España del momento) las que fabrican la palabra "polaco" asociada al elemento que pone en riesgo la tradición, la existencia y la trascendencia de la España atávica y eterna.

Militars i paramilitars nazis alemanys i nacional catolics espanyols, desfilen pels carrers de Barcelona. Font Arxiu Nacional de Catalunya
Militares y paramilitares nazis alemanes y nacionalcatólicos españoles, desfilan por las calles de Barcelona. Fuente Archivo Nacional de Catalunya

La tercera hipótesis

Hay una tercera hipótesis, que es la más reciente, pero que, en ningún caso, es la menos sólida. Todo lo contrario, el antropólogo Eduard Llaudó profundiza en el contenido claramente racista de la palabra "polaco". Según Llaudó, el nacionalismo español de principios del siglo XX, fabricó y divulgó la idea de que los catalanes eran de etnia semítica —como los judíos—, y que su existencia (como grupo "étnico" activo y participativo), causaba la degeneración de la raza española y la descomposición de la nación española. Y lo asociaron al paisaje sociológico polaco, con la activa y dinámica minoría judía del país. Esta idea culminaría con los cánticos que los falangistas bramaron por todas las trincheras de la Guerra Civil: "Catalán, judio y renegado, pagarás los daños que has causado. Arriba las escuadras, a vencer, que en España empieza a amanecer". "¡Polacos"!.