Teresa Solana retorna a la novela negra, con Octubre (colección Crims.cat, de la editorial al Revés), una obra en el contexto del procés. En este libro, que la autora ha presentado hoy a la prensa, recupera uno de sus personajes, la feminista Norma Forester, a una peculiar inspectora de los Mossos d'Esquadra (la protagonista de Negres tempestes). Gira en torno a la investigación de un asesinato de un individuo misterioso en el barrio de Gràcia, en un contexto de máxima tensión; se inicia el día de la intervención policial en la Conselleria de Economía y acaba el mismo 1 de octubre de 2017, en pleno referéndum.

Foto Teresa Solana Al Revés

El procés como contexto

Teresa Solana, a pesar de todo, quiere aclarar que esta no es una ficción sobre el procés, porque "hoy por hoy, es imposible, porque todavía no sabemos qué pasó exactamente". Aunque Octubre quiere "congelar aquella experiencia colectiva" que tantas emociones canalizó, es ante todo, una novela negra. Solana no descarta hacer, más adelante, una novela sobre el procés o sobre el desencanto posterior, pero apunta que en este caso es posible que adoptara un tono bien diferente y que incluso se inclinara por otro género.

Catalunya vista desde Oxford

El 20 de septiembre, el día en que empieza la trama de la novela, Teresa Solana no estaba en Barcelona, sino en Oxford, donde reside (aunque visita periódicamente Catalunya). Pero siguió con mucho detalle lo que sucedía a su ciudad natal gracias a las nuevas tecnologías (en realidad, dedica el libro a su hija Clàudia, que también desde Inglaterra estuvo sufriendo por los hechos de Catalunya). Solana recuerda que en aquellos días todo el mundo, cuando la encontraba, le preguntaba sobre lo que estaba sucediendo Catalunya, y que ahora, en cambio, "Catalunya ha desaparecido de las conversaciones", sólo se habla del Brexit y del cambio climático.

¿Independentista?

Teresa Solana, que afirma "que se ha vuelto indepe" (como la protagonista de su novela, la inspectora Forester), deja claro que no ha querido que este libro fuera "un panfleto independentista". Eso sí, quería reflejar "lo que ha pasado en el país, con la gente que ha querido hacer una sociedad más justa, más republicana, más feminista..." y aprovechó la propuesta de su editor para abandonar el manuscrito que estaba haciendo en ese momento y para lanzarse a esta novela negra. Apunta que en esta obra se encontrará menos humor que en otras obras suyas, ya que cuando empezó a redactarla, "estaba muy fastidiada con la situación de los presos y los exiliados, y la mala leche me impedía dejar paso al humor". Afirma a pesar de todo que, es tarde, en el último capítulo se soltó... Pero, pese a este punto de militancia, Octubre intenta hacer un retrato de una sociedad con gente con posiciones muy diferenciadas (y entre los personajes también hay mossos con posiciones diferenciadas). Solana quiere retratar la complejidad de la sociedad catalana, pero también quiere dejar claro que pese a las tensiones que ha habido, nunca ha habido la apocalíptica ruptura social que han anunciado algunos medios de comunicación.

Personajes maduros en un nuevo mundo

Octubre trata de analizar cómo han cambiado las relaciones familiares en los últimos años (la autora reconoce que la trama negra, en su caso, "es un pretexto"). Por eso tiene un cierto protagonismo un viejo policía, el sargento Carrasco, que siente un gran desconcierto ante los cambios (Solana ha incorporado nuevos personajes que dan juego al conflicto derivado de las transformaciones de la sociedad). En realidad, la idea es jugar con personajes contradictorios, "como lo tienen que ser todos en la buena literatura, donde se tienen que explorar los matices." También la víctima es un hombre enfrentado a la modernidad, que renuncia a las nuevas tecnologías, un "personaje de otra época, que escribe a máquina y que pinta...". Solana confiesa que le hacía gracia que el muerto fuera una persona que ha sido capaz de ocultar su identidad en unos tiempos en que las nuevas tecnologías lo controlan todo. Solana sigue escribiendo cuentos y la novela que interrumpió para lanzarse a redactar Octubre. Y brinda por la buena salud de la novela negra en catalán, que cada vez tiene más vitalidad, dentro de una gran diversidad.