La escritora Núria Pradas (Barcelona, 1954) ha ganado el XL Premio Ramon Llull con Tota una vida per recordar, la historia de una animadora en los estudios Disney de los años 30. El jurado formado por Carles Casajuana, Francesca Cristoffanini, Pere Gimferrer, Gemma Lienas, Isona Passola, Carme Riera y Emili Rosales, ha decidido premiar la novela de entre 64 originales presentados. El Ramon Llull está dotado con 60.000 euros.

Tota una vida per recordar es la historia de Sophie Simmons que tiene un sueño, convertirse en animadora de dibujos animados. A los 15 años gana una beca y deja a la familia para trasladarse a Los Ángeles con este sueño en la maleta. Allí encuentra un mundo de hombres, donde las mujeres están relegadas a entintar y pintar los dibujos que los animadores crean. Su vida va pasando por episodios buenos y malos, y cuando empieza a entrar en el departamento de arte de Disney Studios el mundo se enreda en la II Guerra Mundial.

Una mujer que se abre camino en un mundo de hombres

"Es la lucha de una mujer por sus sueños" ha explicado la autora durante la rueda de prensa durante la cual ha dado a conocer el nombre de la premiada. "Estoy enamorada de este personaje, inspirado en mujeres reales que nos han abierto camino en mundos dominados por hombres" y que le sugirió su hija, animadora de profesión que le hizo ver que aquel mundo era un mundo de mujeres luchadoras que habían abierto camino.

La novela está enmarcada temporalmente por dos películas que marcaron una época: Blancanieves, el primer largometraje de Disney del año 1937, que abrió la etapa dorada de los estudios, y Dumbo, producido durante la histórica gran huelga de animadores de 1941 que durante cuatro años paralizó la empresa, y que cierra una época en esta gran compañía internacional. En realidad, como ha explicado la autora, Dumbo fue un retroceso en el ámbito estético y cinematográfico con respecto a Blancanieves para poder recuperarse económicamente en un momento de crisis.

La protagonista, Sophie Simmons, es un personaje inventado basado en las dos primeras mujeres que dieron el primer paso a la animación, Mary Blair y Reid Scott, después de la II Guerra Mundial. Las mujeres trabajaban en otros departamentos, pero no entraron a ilustrar hasta después de la huelga de 1941. En este sentido, uno de los personajes secundarios reales es Art Babbit, animador estrella y uno de los líderes de la huelga, que según Pradas, "merecería un libro, por sí solo".

Entre la magia del cine de animación y la lucha sindical

El escritor Carles Casajuana, miembro del jurado, ha destacado tres hilos que la novela entrelaza: el histórico, el sentimental y el profesional de la protagonista. Gemma Lienas, también miembro del jurado, ha querido resaltar como se refleja la lucha sindical de los estudios y cómo es la vida en las ciudades americanas tras el crac del 29. Animar es soñar, decía Art Babbit. En realidad, como ha explicado la productora Isona Passola, animar era como dirigir a los personajes en una película normal, un mundo que ella también recuerda muy masculino, donde los trabajos subalternos y más delicados –sombrear, por ejemplo– las hacían las mujeres. El título de Tota una vida per recordar sale de una crónica del estreno de Blancanieves en los Estados Unidos, que decía que "se había tardado tres años para hacerla, una hora para digerirla y toda una vida para recordarla."

Núria Pradas es una prolífica autora infantil y juvenil que debutó en la novela para adultos en 2014 con La noia de la biblioteca. Entonces se planteó "escribir con ojos de mujer, sobre Barcelona y sobre el siglo XX". Esta hoja de ruta la siguió en Somnis a mida, y la ha traicionado con respecto al escenario en su última novela.

La novela llegará a las librerías en catalán y castellano el 4 de marzo, de la mano de Columna y Planeta respectivamente, y después se traducirá al italiano y al portugués.