Con Netflix el truco empieza a ser no esperar nada de las series que estrena y de vez en cuando te llevas una sorpresa. Es la mejor manera de resumir El nuevo empleado. Se trata de la típica historia de espías que se mueven en una intriga geopolítica donde nada ni nadie es lo que parece, con unos cuantos giros argumentales para mantener la atención del espectador y algunas escenas de acción que recuerdan las de sus ilustres referentes, que no son pocos. Así, ¿por qué vale la pena verla?

Para empezar, por su tono. Todos sus responsables, desde sus directores hasta su reparto, no juegan nunca a decir la última palabra sobre el género, sino a coger sus clichés y mostrarlos de una manera más irreverente y desacomplejada. Después está su sentido del ritmo, que la hace entretenidísima, y la descripción de su protagonista, un joven abogado que se ve implicado en mil líos que nunca acaba de controlar del todo. Este es el verdadero secreto de su solvencia: la serie te sitúa en el punto de vista de un antihéroe sobrepasado por las circunstancias y consigue transmitir la sensación que la cosa puede torcerse en cualquier momento. Por lo tanto, compartes el desconcierto, la impotencia y los temores de su personaje principal en un contexto narrativo lleno de ironía que dispara, y a veces acierta, contra los equilibrios de poder en un mundo de apariencias.

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El nuevo empleado puede verse en Netflix. / Netflix

El protagonista, Owen Hendricks, acaba de entrar a trabajar en el departamento legal de la CIA y se encuentra con que tiene que investigar las cartas que llegan con amenazas contra la agencia. Una de ellas le parece especialmente creíble. Resulta que la remitente es Max, una antigua agente encubierta que está dispuesta a revelar secretos oficiales si no la sacan de la prisión. Como Owen quiere ganarse el respeto de superiores y compañeros, se hace cargo del caso y entra en contacto con Max, una mujer de origen bielorruso con fama de manipuladora. Poco a poco, la mujer convierte su vida en un espiral de conspiraciones que tienen que ver con operaciones muy oscuras de la agencia.

Teniendo en cuenta que gran parte de las series de Netflix se desinflan a partir del segundo capítulo, encontrar una que te da ganas de llegar hasta el final no deja de ser una buena noticia

El nuevo empleado no acaba de encontrar el camino del medio cuando intenta conciliar el thriller, la sátira y el drama sentimental, pero se muestra realmente funcional cuando se centra en los aspectos más desgarradores de la trama. Destaca, por ejemplo, en los duelos dialécticos entre Max y Owen (notables Laura Haddock y Noah Centineo), en las escenas basadas en escaladas de tensión (los estallidos de violencia están bien dosificados y, sobre todo, resueltos) y los momentos en que la historia te hace dudar de las verdaderas intenciones de algunos personajes, especialmente en su tramo final. Teniendo en cuenta que gran parte de las series de Netflix se desinflan a partir del segundo capítulo, encontrar una que te da ganas de llegar hasta el final no deja de ser una buena noticia. Hace mucho que detrás de la cámara haya profesionales como Alexi Hawley, artífices de series como The Rookie, o Doug Liman, director de películas como El caso Bourne o Al filo del mañana.