Después de que bajo la luz del sol hayan pasado este viernes por el Sónar de día DJs, productoras y cantantes, desde la experimentada Suzanne Ciani hasta la irreverente Bad Gyal, la noche no podía ser menos. Y Nina Kraviz no ha decepcionado y ha puesto el colofón al día con más protagonismo femenino del festival.

A pesar de algunos pequeños problemas de sonido iniciales, la reina rusa de la electrónica ha sabido sobreponerse y exprimir al máximo su versatilidad, que alimenta a cada actuación con una sesión inédita. Abajo del escenario, fieles de Kraviz bailando y disfrutando de una cita que habían esperado con especial impaciencia dentro del cartel del festival. Después de cinco años desde su primera y única actuación en el Sónar, Kraviz volvió con más energía que nunca y una fama más que consolidada.

Con su inconfundible sello sonriente proyectado en las pantallas gigantes del SonarPub, ha creado complicidad con el público y ha despertado la euforia de unos espectadores dispuestos a entregarlo todo a la última franja de la noche. Una noche que ha acabado convirtiéndose en día guiada por los ritmos techno que fluían de sus manos. Y todo gracias a aquel momento en que la exodontóloga decidió ser sincera con la vida y dedicarse a su pasión. Kraviz lo vive, y eso se transmite.

La actuación completa de Nina Kraviz / Culturebox

Nicolas Jaar, la estridencia que se disfruta

Este mismo escenario, pero unas horas antes, había acogido la sesión del músico y productor chileno Nicolas Jaar. El autor de Sirens, su segundo disco después de un debut estelar con Space is only noise, creó expectativa desde antes de salir al escenario. Con una iluminación simple pero hipnotizante, calentó los ánimos del público con una introducción que algunos recriminaron por demasiado larga.

A la que Jaar apareció bajo los focos, todos los rastros de crítica se desvanecieron convirtiéndose en bailes sinuosos. Con base en Nueva York, el chileno llevó a Barcelona por una noche sus sonidos al límite de la experimentación con la estridencia, voces distorsionadas y ritmos inesperados.

spi4295 1820 nereacoll sonarclub moderado 006 baja

Un momento de la actuación de Moderat / Sónar

Miles de personas dentro del estudio

Paralelamente, el SonarClub era el telón de la actuación de Moderat, uno de los grupos más populares del panorama electrónico actual y que está viviendo uno de sus mejores momentos. Con un espectáculo basado en las proyecciones en blanco y negro y la ambientación lumínica, el trío hizo vibrar la sala llena a tope.

Más tarde y con una escenografía totalmente diferente, Soulwax ofreció su espectáculo a siete bandas formado por los dos hermanos David y Stephen Dewaele y cinco músicos más. Con tanta gente sobre el escenario, ¿qué mejor para sentirse cómodos que recrear allí su propio estudio? Pues eso es lo que han hecho los belgas.

Sintetizadores, baterías, bajos y todo tipo de instrumentos, rodeados por una estética blanca y geométrica. Esta es su marca, y con estas mismas herramientas lograron derribar el muro entre artista y público que demasiado a menudo marca las sesiones centradas en un solo ordenador.