Narcís Prat es catedrático de Ecología de la Universitat de Barcelona. Ha realizado importantes estudios sobre la conservación de los ríos, tanto en Catalunya como en América Latina. Pero además de ser un destacado académico, también ha sido un firme activista en la defensa del medio ambiente. Recibe a El Nacional en el Palau Macaya de la Obra Social La Caixa, donde ha impartido una conferencia sobre "Retos para mantener el planeta habitable para la especie humana", en el marco de la Escuela Europea de Humanidades.

 

Usted defiende que el problema del medio ambiente, hoy en día, es el mayor reto de la humanidad.

Durante muchos años la especie humana se ha situado en un plano superior y diferente al de la Tierra, sin darse cuenta de que es una especie más. Pero hoy en día no se entiende la ecología sin la especie humana; no hay ecología sin hombre. No puedes entender el funcionamiento de la biosfera sin entender el comportamiento del hombre. Estamos en el Antropoceno, una nueva era geológica caracterizadaa por la intervención humana sobre el medio. Estamos modificando la biosfera a un nivel que nadie la había modificado hasta ahora. Y muchos de los problemas económicos y sociales del mundo actual provienen en el fondo de problemas ambientales.

Usted afirma que en algunos aspectos hemos llegado a un punto de no retorno en la alteración del medio ambiente. ¿A qué se refiere?

Hay procesos de alteración del medio ambiente que llegan a un punto en que ya no puedes volver atrás, no puedes retornar al sitio de donde venías. Por ejemplo, en los ecosistemas acuáticos la introducción de especies invasoras hace que un río determinado no vuelva nunca más a ser como era. Muchos sistemas han llegado a este punto.

¿Y la Tierra ha llegado a un punto de no retorno?

Hay ciertos aspectos en que está claro que hemos pasado el punto de no retorno. El hielo de Groenlandia se está deshaciendo a un nivel más rápido que nunca. Y eso provocará un aumento del nivel del mar. Parece ser que en Groenlandia no volverá nunca a haber nunca tanto hielo como había antes. En el Ártico, de aquí a poco, se podrá pasar en verano: no habrá hielo. Hay consenso científico: en estos lugares ya hemos pasado un punto de no retorno. En cambio, en otros lugares esto no está tan claro.

Todavía no sabemos a ciencia cierta muchas cosas sobre el cambio climático"

¿El cambio climático, puede ser reversible?

En la Tierra, en conjunto, hay un claro problema de temperatura, pero no está claro qué dimensiones tendrá en los diferentes lugares del Planeta. Sabemos que hay cambios, pero todavía no sabemos si serán reversibles. No tenemos todavía series estadísticas lo bastante largas para saber si este aumento de temperaturas es una excepción o si será una regla en el futuro. Todavía no sabemos a ciencia cierta muchas cosas sobre el cambio climático.

Como valora las medidas acordadas en la cumbre por el clima de París: ¿son una tomadura de pelo, como dicen algunos, o un gran triunfo para la humanidad, cómo aseguran otros?

La cumbre de París ha aceptado establecer un máximo al calentamiento climático, y se ha fijado el límite en un incremento de la temperatura del Planeta de dos grados en un periodo de veinte años. Hay incertidumbre sobre si dos grados son mucho o poco. La opinión científica más extendida es que dos grados ya son demasiado. No hay ninguna certeza de si eso supondrá un desastre para el Planet ao no. Es difícil prever qué pasará. Yo tiendo, como decía Ramon Margalef, a ser un pesimista activo: a ser pesimista pero a la vez intentar cambiar las cosas. Que se haya fijado un límite de dos grados supone una ventaja: dar un marco de actuación claro. Pero para cumplir este compromiso de los dos grados, a partir de ahora habrá que hacer las cosas mucho mejor de cómo se han estado haciendo hasta ahora.

Su especialidad es el agua. ¿Cuál es la situación de las reservas de agua a nivel mundial?

El agua, como no la puedes llevar de una región a otra en grandes cantidades, no se puede analizar como un fenómeno global, sino que su situación se tiene que estudiar a nivel regional. Y hay zonas donde la situación es muy dramática. Con el aumento de la temperatura, hay un aumento de la transpiración de las plantas. Y por eso las plantas cada vez usan más agua y llega menos agua a los ríos. En los lugares más áridos, con el cambio climático, tendrán problemas de reservas de agua.

Cada vez que te comes una manzana consumes 70 litros de agua

¿Se puede reducir sensiblemente el consumo de agua?

Es complicado. Los humanos necesitamos agua para beber, pero también para producir alimentos. Cada vez que te comes una manzana consumes 70 litros de agua. Cada persona, en sus actividades diarias, consume 6.000 litros de agua; es lo que denominamos "el agua virtual", el agua que se ha necesitado para preparar lo que él consumirá. El consumo es muy alto, y si falta agua habrá problemas para alimentar la población. Será un problema grave en ciertas regiones.

¿Hay demasiada gente para las reservas que tenemos?

El problema de la producción de alimentos es un problema que no se quiere discutir. Cada persona que pones en el mundo es una persona a la que tienes que dar alimentos, agua, energía... Es lo que denominamos su "huella ecológica". Y en este ámbito cada persona pesa. La ecuación población / alimentos en un cierto punto se hará insostenible. Pero hay resistencias a reconocerlo, porque en el tema de la natalidad se mezclan cuestiones religiosas, éticas...

En un mundo sostenible tendríamos que comer carne una vez a la semana y pollo, dos"

¿Hay que cambiar los hábitos de consumo?

La huella ecológica de los pobres del Tercer Mundo es pequeña, pero la de la gente del Norte es muy fuerte. Y todo el mundo quiere, lógicamente, consumir como nosotros. En el mundo caben 10.000 millones de vegetarianos o 5.000 millones de carnívoros. Ahora somos 7.500 millones, y con una buena redistribución podríamos alimentarnos todos. Pero en un mundo sostenible tendríamos que comer carne una vez a la semana y pollo, dos.

¿No hay posibilidades de incrementar la producción de alimentos?

Las tierras agrícolas están relativamente agotadas. La revolución verde sólo es extensible en África, donde se puede aprovechar mucho mejor la tierra. La producción mundial podría crecer un máximo de un 20%, pero dentro de poco tiempo llegaremos a niveles de saturación. Los alimentos faltarán y eso generará tensiones sociales. Buena parte de los conflictos del mundo son conflictos ambientales, aunque se disfrazan de problemas religiosos o de tensiones nacionales.

¿Cuál es la situación en nuestro país?

En el área metropolitana de Barcelona en 2008 bajó mucho el consumo y estamos manteniendo niveles de consumo bastante bajos. No tendremos grandes problemas, en principio, para garantizar el suministro de agua a los hogares, sobre todo teniendo en cuenta las desaladoras. Tenemos las infraestructuras suficientes para aguantar dos años de sequía. El problema al conjunto de Catalunya es básicamente un problema del agua de regadío: si los ríos se explotan demasiado, los ríos pierden su calidad. Y a nivel de España, la situación es muy desigual: desde Galicia, que no tiene problemas, hasta zonas como Murcia, donde tienen problemas graves porque se les habían presentado unas expectativas de tener agua que no se han cumplido.

La Generalitat defiende mucho el agua del Ebro pero al mismo tiempo promete más agua para el canal Segarra-Garrigues, y eso no es coherente"

Usted ha sido un gran crítico del Plan Hidrológico Nacional y se ha mostrado escéptico con respecto a algunos trasvases y planes de regadíos. ¿Por qué?

Todas estas iniciativas no se basan siempre en el binomio agua/alimentos. A menudo lo que es prioritario es el binomio agua/negocio. En la Segarra y en Les Garrigues el agua se está usando básicamente para producir cultivos para hacer biodiésel. ¿Nosotros estamos haciendo un sacrificio y quedándonos sin agua para que alguien haga negocio con un recurso como el agua? Tendríamos que racionalizar el consumo, y eso se tendría que aplicar a todos los niveles. La Generalitat defiende mucho el agua del Ebro pero al mismo tiempo promete más agua para el canal Segarra-Garrigues, y eso no es coherente.

Usted apuesta por una "nueva cultura del agua". ¿En qué consistiría?

Básicamente en que tú aceptas que el agua no sólo es un recurso para ti, sino que es un bien que se tiene que compartir con la naturaleza. Tienes que aceptar que, para que tú te beneficies del medio ambiente, tienes que dejar una parte del agua en el medio.

Una de sus propuestas es reutilizar mejor el agua. ¿Qué se podría hacer, por ejemplo?

Las depuradoras del Besòs y del Llobregat tiran grandes cantidades de agua al mar. Esta agua se podría aprovechar si se depurara mejor y podría tener un uso agrícola. De hecho, esta posibilidad ya se está preparando.

Haría falta mirar bien qué hacen los partidos políticos, antes de votarlos"

¿Qué papel puede jugar la ciudadanía en un problema que muchas veces está causado por factores que le superan?

Al ciudadano a menudo se le dan muchas responsabilidades. La única opción, hoy por hoy, es votar: haría falta mirar bien qué hacen los partidos políticos, antes de votarlos. Y tenemos que movilizarnos. En este campo, el éxito mayor ha sido la plataforma del Delta del Ebro. Si la gente quiere cambiar las cosas, tiene que intervenir.

¿La gente sabe suficientemente lo que se juega con el cambio climático?

A veces resulta muy difícil comunicar a la gente los problemas del cambio climático. Con el cambio climático muchas cosas irán a peor. Se complicará el acceso al agua, a la energía y a los recursos, sobre todo con una población que se incrementa. El crecimiento de la población en Nigeria puede llegar a causar problemas aquí, por las migraciones, por las tensiones políticas... Y eso es difícil de explicar.