El Museu del Modernisme, hasta el 8 de mayo, presenta la exposición Ramon Casas. La vida moderna, que recoge más de un centenar de piezas del pintor modernista. Con esta exposición se abre el Any Ramon Casas, que quiere conmemorar los 150 años del nacimiento de este pintor, a quien se considera uno de los pintores catalanes más universales.

Casas, el cartelista

La exposición recoge algunos de los carteles emblemáticos de Casas, como el que hizo para Anís del Mono, y que se usó durante décadas. Casas y algunos de sus coetáneos, se hicieron muy populares gracias a los carteles. A finales del XIX muchas empresas, como el "champagne" Codorniu o los cigarrillos París, invirtieron mucho en el cartelismo. Incluso convocaban concursos para escoger su anuncio. Casas hizo muchos carteles, y también colaboraba como ilustrador en revistas, como Pèl & Ploma, una publicación artística que él contribuyó a crear y que se convirtió en el emblema del arte de una época.

Casas, el cronista

Ramon Casas estaba muy preocupado por transmitir a las generaciones futuras algunos acontecimientos ciudadanos. Son muy famosos sus cuadros El garrote o La carga: aprecen incluso en muchos libros de historia. En la exposición del Museo Modernista nos ofrecen algunas muestras de este periodo. La más relevante es, sin duda, Entrada a la plaza de toros de Madrid; menos preciso, pero quizá más impactante, es un cuadro de 1896, Buena artillería, que representa el embarque de tropas hacia la guerra de Cuba. Muchos de los reclutas no volverían nunca a sus casas.

Entrada en la plaza de toros de Madrid, 1886

Las mujeres de Casas

Muchos de los cuadros de Ramon Casas están consagrados a las mujeres. La exposición nos ofrece un buen abanico de ellos. Por una parte, hay toda una colección de "chulas" y "manolas", mujeres que siguen el estereotipo de la mujer madrileña de clase popular, y que buscan el exotismo en base a modelos reales. Pero también incluye muchos cuadros de mujeres modernas, activas. Mujeres que beben, que fuman, o incluso que conducen coches. Se dice que Casas vivió una vida disoluta, y que fue amante de numerosas mujeres. En 1905 conoció a una joven vendedora de lotería, Júlia Peraire, quien se convirtió con su musa. Varios retratos de la chica se pueden contemplar en el Museo del Modernismo. Pero Casas no se casó con Júlia Peraire hasta años más tarde, por la censura de su familia (no aceptaba que se casara con alguien de clase inferior). Casas pasará los últimos años con Júlia, entre Sant Gervasi y el monasterio de San Benet del Bages, propiedad de su familia (también hay alguna pintura fantástica del monasterio en la exposición).

El Casas retratista

Casas, como muchos artistas, empezó retratando a sus parientes y haciéndose autorretratos. En el Museu del Modernisme se nos presentan algunos de los primeros retratos hechos por Casas, pero también algunos de sus autoretratos más conocidos. Y también se exponen retratos de destacados personajes que marcaron una época, como el del también artista Miguel Utrillo.

La exposición y el Museu del Modernisme

A aquel que espere encontrar una gran retrospectiva de Casas, la muestra del Museu del Modernisme lo dejará insatisfecho. En el Museu se exponen algunas piezas extraordinarias, como algunos de los Autorretratos. Pero hay bastantes obras menores e incluso algunos esbozos que sirvieron para desarrollar obras posteriores. El número total de obras significativas es reducido. En realidad, el Museo del Modernismo es un espacio de pequeñas dimensiones, muy diferente de los grandes espacios museísticos de la ciudad. A pesar de todo, cuenta con algunas piezas extraordinarias, como los muebles fabricados por la Casa Busquets, algunos de los cuales proceden de los grandes edificios modernistas de la zona donde está enclavado el Museu. También dispone de una muy buena colección de terracotas de Lambert Escaler, así como alguna escultura aislada de gran calidad de Josep Llimona o una vidriera de Joaquim Mir.

Ramon Casas, el pintor de la Belle Époque

Casas era hijo de un indiano que se había enriquecido en América. Nació en plena segunda industrialización y pudo disfrutar de una vida bien cómoda, marcada por los viajes y por la vida social. Desde muy joven se trasladó a París y empezó a pintar. A los 20 años conoció a Santiago Rusiñol, con quien se hicieron muy amigos. Con él compartieron muchos buenos ratos. Casas era famoso por su sentido del humor. Fue uno de los impulsores de la cervecería Els 4 gats, lugar de encuentro de la intelectualidad modernista. A Casas le gustaba el deporte, las excursiones en bicicleta, e incluso el automovilismo, en unos años en que ir en automóvil era toda una aventura. Se explican centenares de anécdotas sobre sus fiestas, con frecuencia improvisadas.

El Año Casas

El 4 de enero se cumplían 150 años del nacimiento del pintor barcelonés, y eso ha llevado a la organización del Any Ramon Casas. Se inicia con la exposición del Museu del Modernisme y, cuando esta acabe, enlazará con una muestra sobre Júlia, el desig en el Cercle del Liceu. Más adelante habrá exposiciones en El Vendrell, en el Museu Pau Casals, en Sitges, en el Museu de Maricel (antigua vivienda de Casas), en el Museu de la Vida Rural de l'Espluga del Francolí, en la Fundació Rocamora de Barcelona y en el Museu Nacional d'Art de Catalunya. También se han previsto charlas y talleres sobre sus pinturas, actividades pedagógicas, conferencias, rutas, publicaciones... El Museu del Modernisme ya ha publicado Ramon Casas. La vida moderna, el catálogo de la exposición, que cuenta con artículos de destacados expertos en la obra del pintor modernista.