Este viernes ha muerto, en Sevilla, a los 88 años, el dramaturgo Salvador Távora, según ha informado la agencia Efe. Como director y como autor teatral era considerado uno de los grandes renovadores del teatro andaluz. Por eso había recibido la Medalla de Andalucía y la Medalla de Oro de las Bellas Artes y fue nombrado hijo honorífico de Sevilla.

Un hombre surgido de la cultura popular

El teatro de Salvador Távora está profundamente anclado en el flamenco y en la cultura popular. Távora vivió la guerra siendo niño y sufrió las miserias de la posguerra, en la que empezó a trabajar de soldador, aunque ocasionalmente se había dedicado al toreo. Su afición por el flamenco lo llevó a dirigir La Cuadra, un grupo que salió a la luz con el espectáculo Quejío (1972). El lenguaje teatral de Távora era muy particular, de una gran visualidad y originalidad, lleno de reivindicación, pero al mismo tiempo profundamente arraigado a la cultura del pueblo andaluz.