El cineasta francés Bertrand Tavernier ha muerto este jueves a los 79 años de edad en la localidad de Sainte-Maxime, en su país, según ha adelantado el diario La Croix. Conocido por filmes como La vida y nada más y Hoy empieza todo, el director deja una treintena de películas que han sido reconocidas internacionalmente con premios como cuatro Césars, el BAFTA de 1990, además de galardones en los festivales de Venecia, Berlín y San Sebastián. En 1984 también fue galardonado en el Festival de Cannes a la categoría de mejor director por Un domingo en el campo.

Nacido el 25 de abril de 1941 en Lyon e hijo del escritor Eric Tavernier, editor también de la revista literaria Confluences, el joven Bertrand convivió desde niño con genios de las letras como Paul Eluard o Louis Aragon. Este último incluso vivió al lado de su familia durante una temporada. Tavernier se enamoró del cine cuando, siendo niño, ingresó en un sanatorio con el fin de cuidarse de una tuberculosis y nunca más se separó de este amor de infancia.

Empezó a estudiar derecho a la Sorbona de París, pero poco después dejó los estudios para ser asistente del realizador de Jean-Pierre Melville en Léon Morin, prêtre. En los años sesenta ejerció de crítico de cine y publicó algunos ensayos sobre el séptimo arte, pero no fue hasta 1973 cuando dirigió su primer largometraje, El relojero de Saint-Paul, una adaptación de la novela de George Simenon con la cual ganó el Oso de Plata al Festival Internacional de Cine de Berlín de 1974.

A partir de aquí, el cineasta produció una película prácticamente cada año, Que la fête commence... (1974), El juez y el asesino (1976), Des  enfants gâtés (1977), La Question (1977) o La Mort en direct (1980), entre otros. El motivo por el cual Tavernier pasará a la historia, sin embargo, son las películas que estrenó en el 89, La vida y nada más, el 96, Capitán Conan, y el 99, Hoy empieza todo, filme con lo que se llevó la mención de la Berlinale.

En el 2008 rodó En el centro de la tormenta, protagonizada por Tommy Lee Jones, pero después de una disputa con el productor, Michael Fitzgerald, el filme acabó teniendo dos versiones: la estadounidense, de 102 minutos, y la europea –la que se estrenó por todo el mundo–, de 112..

Tavernier estuvo casado con la guionista Claudine O'Hagen desde 1965 hasta 1980 y tuvo dos hijos: Nils Tavernier (1965), quien trabajó con su padre como director y actor, y Tiffany Tavernier (1967), novelista, guionista y asistente de dirección.