James Ellroy es uno de los más emblemáticos autores de novela negra norteamericanos, con obras como La Dalia negra o L.A. Confidential. Una decena de sus obras han sido llevadas al cine, lo que ha ayudado a popularizar su obra. Pero en catalán es un autor muy poco traducido. Ahora, la Biblioteca Andreu Martín, de la editorial Efadós, publica una de sus obras clave: Els meus racons foscos (Mis rincones oscuros, en castellano, editado por Literatura Random House). Llega al público catalán el Ellroy más real y más inquietante, en un libro en que explica el asesinato de su madre, cuando él sólo tenía 10 años, y analiza cómo eso condicionó su vida.

Autobiográfico

Ellroy no sentía mucho cariño por su madre asesinada, Jean Ellroy. Prefería a su padre, divorciado de ella, quién siempre la estigmatizaba como "la puta" y "la borracha" para disputarle la custodia. Ellroy afirma incluso que su padre le encargaba espiarla. Para Ellroy el asesinato fue en cierta medida un alivio, porque le permitiría pasar a vivir con su padre. Con el tiempo se daría cuenta de que Armand Ellroy no era, en absoluto, un buen padre. en realidad, este personaje resultaría ser un pésimo padre. Pero James Ellroy tardaría muchos y muchos años al reconciliarse con el recuerdo de su madre.

Perdido

La primera parte de Mis rincones oscuros es pura autobiografía, escrita magistralmente y sin ningún escrúpulo ni pudor. En realidad, se podría titular perfectamente Mi agujero negro, porque es muy difícil encontrar nada bueno en el joven James Ellroy: violento, indolente, machista, racista, insociable, estafador, obseso sexual, alcohólico, asediador, drogadicto, ladrón... Ellroy se convierte en una auténtica "basura blanca", un auténtico excluido del sistema, pero que no lo cuestiona en absoluto. En estos años, desarrollará una gran fascinación por los crímenes con víctimas femeninas, lo que será una de las bases de su carrera profesional posterior. Su paso por la prisión no lo reformará, sino que por lo contrario radicalizará sus tendencias más negativas y autodestructivas. Acabará como sin techo, viviendo en la miseria física y moral, alejado de toda su familia. Tardará mucho tiempo en volver a integrarse en la sociedad. El relato de todos estos años es de una sinceridad aterradora. No es que Ellroy no esconda los hechos más indeseables de su vida, sino que ni siquiera esconde sus pensamientos más turbios, como la fascinación sexual que le provoca su difunta madre y que se traduce en una atracción enfermiza por las mujeres asesinadas como la misma Dalia Negra, protagonista de una de sus grandes novelas.

La investigación de la miseria

La segunda parte de la novela es la historia de un policía especializado en la investigación de asesinatos, que culmina con su relación con Ellroy para investigar el asesinato de su madre. La recreación de la historia profesional del policía es magistral. A través de los casos que va analizando, Ellroy da una visión en perspectiva de la criminalidad humana, con especial énfasis en la violencia de género. En realidad, con este largo capítulo, Ellroy se pregunta sobre porque matan a los humanos y nos recrea con una reflexión terriblemente lúcida (y pesimista) sobre el mal. Esta parte de Mis rincones oscuros tiene poderosos paralelismos con el 2666 de Roberto Bolaño. No es tan importante la resolución de un crimen, como en las novelas negras clásicas, como explicar cómo funciona el mal y cómo este se articula en un contexto determinado. Y funciona, al mismo tiempo, como un terrible relato de la sociedad americana de la segunda mitad del siglo XX. Ellroy realiza un magnífico retrato en negativo del sueño americano, en el que la miseria se nos hace presente en cada momento.

Madre

Este libro no tiene un final redondo, quizás porque en el fondo hay dos tramas que se mezclany hay dificultades para resolverlas simultáneamente. Por una parte Mis rincones oscuros se plantea como una búsqueda del asesino de la madre del autor. Pero probablemente, el motivo para escribir este libro no era este, sino otro bien distinto: Ellroy en esta obra no busca tanto al asesino, como a su madre. Ellroy había asesinado a su madre, simbólicamente, cuando después de que fuera asesinada se sintió aliviado. Y volvió a asesinarla dejando que su padre siguiera criticándola u olvidándola durante décadas. A lo largo de su investigación, Jean Ellroy, la pelirroja idealmente demonizada e hipersexualizada se convertirá en un personaje de carne y huesos. Se convertirá, realmente, en la madre olvidada.

Tan negra, sin ser novela negra

Narrativamente, Mis rincones oscuros no es un libro redondo. La trama no es equilibrada, el final deja mucho que desear... Incluso sería difícil clasificar esta obra como una verdadera novela negra. Ahora bien, pese a todo, esta es una obra de primer nivel, una exploración de los más oscuros rincones del alma humana. Nadie se podrá sentir indiferente a este relato que aprovecha los recursos más clásicos de la novela negra para hacer una cosa diferente, nueva, original, que desborda la típica novela policíaca recurriendo a la autoficción, a la reflexión... El mundo editorial en catalán no había prestado mucha atención a James Ellroy: ahora Efadós publica una de sus obras clave, que va mucho más allá del L.A. Confidential. No es su última obra, pero muy probablemente es la que tocaba publicar, indefectiblemente. El negro más negro ya está a vuestra disposición, en catalán.